Mucho morbo en el sorteo mundialista
-España, Holanda o Brasil, uno de los tres no pasará de octavos
-La Roja debutará ante su último rival en Sudáfrica, tendrá un hueso como Chile y cerrará ante Australia
-Los dos primeros del grupo de España se cruzarán con los dos primeros del de Brasil
-CR comenzará ante Alemania; Messi, frente a Bosnia
José Sámano, El País
Nada mejor que Brasil, donde el fútbol logró buena parte de su gracia, para un Mundial que se avecina con mucho morbo. La anfitriona Canarinha y los dos últimos finalistas no podrán avanzar juntos más allá de los octavos de final. Un nudo en las gargantas del campeón, en las de todo Brasil. Sería una catarsis que la torcida se quedara sin Neymar y compañía a las primeras de cambio. El fútbol es revoltoso así que el sorteo deparó que el cruce de octavos sea entre los dos primeros del grupo de Brasil (se mide a tres repescados, Croacia —en el partido inaugural— México y Camerún) y los primeros del grupo de La Roja, que, como si el tiempo se hubiera detenido en Johanesburgo, arrancará con una final ante Holanda, luego tendrá un hueso como el de Chile que no quería ni ver Vicente del Bosque —“es un contrario muy incómodo, con futbolistas con mucho oficio”— y cerrará ante la débil Australia. No obstante, si España y Brasil son primeras no se retarían hasta una posible final. Por fortuna para España, las sedes donde tendrá que jugar sí estaban entre sus favoritas, por infraestructuras y por sus temperaturas más templadas: Salvador de Bahía, Río de Janeiro y Curitiba, donde posiblemente instale sus cuarteles. “Sabía que nos tocarían Holanda y Chile”, dijo Del Bosque tal que un vidente. En su opinión, enfrentarse de entrada a un adversario del calado de la Holanda de Van Gaal tiene un efecto positivo: “Nos obligará a estar muy mentalizados desde el primer día”. Por su parte, Scolari, seleccionador brasileño, ensalzó a México: “Los mexicanos siguen siendo muy peligrosos; nuestros partidos con ellos son un clásico y en los últimos tiempos hemos tenido muchas dificultades”.
Si el grupo de España se presenta muy competido, más aún lo parece el de Italia, Uruguay, Inglaterra y Costa Rica. Por primera vez en la historia del torneo, tres campeones del mundo enfrentados entre sí. Mucha más suerte tuvo Francia, beneficiada por el súbito retoque que dio la FIFA a las normas del sorteo. Con el peor coeficiente entre las selecciones europeas antes de las repescas, Francia debería haberse cruzado con un cabeza de serie americano. No fue así, le tocó a Italia. Los galos quedaron emparejados con Ecuador, Honduras y Suiza. Tampoco parece que la Argentina de Messi vaya a tener dificultades ante Bosnia, Irán y Nigeria. Lo contrario que Cristiano, al que espera Alemania en su estreno. Más tarde, Estados Unidos y Ghana.
La ceremonia del sorteo, con la presidenta, Dilma Rousseff, al frente, se inició con un homenaje a Nelson Mandela. Del Bosque apareció con la Copa que defenderá en Brasil y entre los ilustres que sacaron las bolas había siete campeones del mundo (Hurst, Matthäus, Kempes, Zidane, Cannavaro, Cafú y Ghiggia) y Fernando Hierro. La presencia del uruguayo Ghiggia, a sus 86 años icono del maracanazo, evocó de nuevo que en el fútbol lo imposible es posible. Incluso que Brasil y España teman por esos octavos...
-La Roja debutará ante su último rival en Sudáfrica, tendrá un hueso como Chile y cerrará ante Australia
-Los dos primeros del grupo de España se cruzarán con los dos primeros del de Brasil
-CR comenzará ante Alemania; Messi, frente a Bosnia
José Sámano, El País
Nada mejor que Brasil, donde el fútbol logró buena parte de su gracia, para un Mundial que se avecina con mucho morbo. La anfitriona Canarinha y los dos últimos finalistas no podrán avanzar juntos más allá de los octavos de final. Un nudo en las gargantas del campeón, en las de todo Brasil. Sería una catarsis que la torcida se quedara sin Neymar y compañía a las primeras de cambio. El fútbol es revoltoso así que el sorteo deparó que el cruce de octavos sea entre los dos primeros del grupo de Brasil (se mide a tres repescados, Croacia —en el partido inaugural— México y Camerún) y los primeros del grupo de La Roja, que, como si el tiempo se hubiera detenido en Johanesburgo, arrancará con una final ante Holanda, luego tendrá un hueso como el de Chile que no quería ni ver Vicente del Bosque —“es un contrario muy incómodo, con futbolistas con mucho oficio”— y cerrará ante la débil Australia. No obstante, si España y Brasil son primeras no se retarían hasta una posible final. Por fortuna para España, las sedes donde tendrá que jugar sí estaban entre sus favoritas, por infraestructuras y por sus temperaturas más templadas: Salvador de Bahía, Río de Janeiro y Curitiba, donde posiblemente instale sus cuarteles. “Sabía que nos tocarían Holanda y Chile”, dijo Del Bosque tal que un vidente. En su opinión, enfrentarse de entrada a un adversario del calado de la Holanda de Van Gaal tiene un efecto positivo: “Nos obligará a estar muy mentalizados desde el primer día”. Por su parte, Scolari, seleccionador brasileño, ensalzó a México: “Los mexicanos siguen siendo muy peligrosos; nuestros partidos con ellos son un clásico y en los últimos tiempos hemos tenido muchas dificultades”.
Si el grupo de España se presenta muy competido, más aún lo parece el de Italia, Uruguay, Inglaterra y Costa Rica. Por primera vez en la historia del torneo, tres campeones del mundo enfrentados entre sí. Mucha más suerte tuvo Francia, beneficiada por el súbito retoque que dio la FIFA a las normas del sorteo. Con el peor coeficiente entre las selecciones europeas antes de las repescas, Francia debería haberse cruzado con un cabeza de serie americano. No fue así, le tocó a Italia. Los galos quedaron emparejados con Ecuador, Honduras y Suiza. Tampoco parece que la Argentina de Messi vaya a tener dificultades ante Bosnia, Irán y Nigeria. Lo contrario que Cristiano, al que espera Alemania en su estreno. Más tarde, Estados Unidos y Ghana.
La ceremonia del sorteo, con la presidenta, Dilma Rousseff, al frente, se inició con un homenaje a Nelson Mandela. Del Bosque apareció con la Copa que defenderá en Brasil y entre los ilustres que sacaron las bolas había siete campeones del mundo (Hurst, Matthäus, Kempes, Zidane, Cannavaro, Cafú y Ghiggia) y Fernando Hierro. La presencia del uruguayo Ghiggia, a sus 86 años icono del maracanazo, evocó de nuevo que en el fútbol lo imposible es posible. Incluso que Brasil y España teman por esos octavos...