Mineiro acaba tercero y Ronaldinho, expulsado
Marrakech, As
No será recordado el Atlético Mineiro en Brasil por el buen juego que desplegó. Indecisos en muchas partes del choque y sin la definición necesaria como para ser un bloque compacto, los jugadores de Cuca se pudieron resarcir de la desafortunada puesta en escena del pasado miércoles. Ronaldinho, que fue expulsado de manera justa por la reacción, pero precipitada por la provocación del rival (tres patadas y un golpe en los testículos), demostró cómo deben lanzarse las faltas desde la frontal. Mineiro acabó tercero y Guangzhou, cuatro.
Comenzó el choque que parecía que el festival de los brasileños iba a ser tremendo. Nada más arrancar, triangulación y gol. Ronaldinho de primera, apertura a la derecha, centro de Rocha a la frontal del área chica y zas, gol de Tardelli. ¡Samba! Coser y cantar. Cantar y aplaudir. Las penas parecían menos. Más de la mitad de la torcida del Galo estaba de regreso a casa. Tras vender algunos sus coches y casas para poder estar arropando al equipo, la decepción de la derrota ante el Raja del pasado miércoles, pesó tanto que quisieron abandonar Marruecos cuanto antes. Se deshicieron sus entradas (compradores no les faltaron), negociaron el cambio de billetes de avión y adiós muy buenas, a comenzar de nuevo con el disgusto en el cuerpo y la certeza de que habían cometido uno de los errores más graves de su vida: no todo es el fútbol, el Atlético Mineiro y menos, el Mundialito de Clubes.
Pero cuando creían que la fiesta no había hecho más que comenzar, Lippi salió del banquillo. Dio órdenes con la mirada y tres gestos. Los cantoneses reaccionaron rápidos. Tiene la sensación el veterano entrenador italiano que sus jugadores, conquistada la Liga y la Champions asiática, bajaron los brazos. Llevan más de 60 partidos en sus piernas y la cabeza como un bombo. Son casi una docena de meses de intensidad y presión a la que muchos jugadores no están acostumbrados. Pero sacaron fuerzas y levantaron el marcador. Dos de sus estrellas, Muriki (8’) y Conca, de penalti, demostraron a los brasileños que si no corres ni presionas, cualquiera te gana.
Pero claro, si una vez dormido el partido, cuentas con el que fue el mejor del mundo y que sigue conservando un increíble golpeo directo, las posibilidades de que las cosas se arreglen son mayores. Y así sucedió. Inocente falta cometida sobre Fernandinho y remate impecable de Ronaldinho. Segundo gol del brasileño en el Mundialito y posiblemente último, a no ser que se desbloquee su situación contractual.
Un remate al larguero de los chinos y una excelente acción de Kim, evitando un gol seguro de Ronaldinho fueron las ocasiones más claras de la segunda parte hasta que el crack fue expulsado. Cabizbajo y triste, el crack abandonó el terreno de juego aclamado por el público, una vez abroncado el árbitro. Y fue Luan, en el descuento, el que le dio la tercera posición al Mineiro a la contra, tal y como ellos fueron liquidados en las semifinales.
No será recordado el Atlético Mineiro en Brasil por el buen juego que desplegó. Indecisos en muchas partes del choque y sin la definición necesaria como para ser un bloque compacto, los jugadores de Cuca se pudieron resarcir de la desafortunada puesta en escena del pasado miércoles. Ronaldinho, que fue expulsado de manera justa por la reacción, pero precipitada por la provocación del rival (tres patadas y un golpe en los testículos), demostró cómo deben lanzarse las faltas desde la frontal. Mineiro acabó tercero y Guangzhou, cuatro.
Comenzó el choque que parecía que el festival de los brasileños iba a ser tremendo. Nada más arrancar, triangulación y gol. Ronaldinho de primera, apertura a la derecha, centro de Rocha a la frontal del área chica y zas, gol de Tardelli. ¡Samba! Coser y cantar. Cantar y aplaudir. Las penas parecían menos. Más de la mitad de la torcida del Galo estaba de regreso a casa. Tras vender algunos sus coches y casas para poder estar arropando al equipo, la decepción de la derrota ante el Raja del pasado miércoles, pesó tanto que quisieron abandonar Marruecos cuanto antes. Se deshicieron sus entradas (compradores no les faltaron), negociaron el cambio de billetes de avión y adiós muy buenas, a comenzar de nuevo con el disgusto en el cuerpo y la certeza de que habían cometido uno de los errores más graves de su vida: no todo es el fútbol, el Atlético Mineiro y menos, el Mundialito de Clubes.
Pero cuando creían que la fiesta no había hecho más que comenzar, Lippi salió del banquillo. Dio órdenes con la mirada y tres gestos. Los cantoneses reaccionaron rápidos. Tiene la sensación el veterano entrenador italiano que sus jugadores, conquistada la Liga y la Champions asiática, bajaron los brazos. Llevan más de 60 partidos en sus piernas y la cabeza como un bombo. Son casi una docena de meses de intensidad y presión a la que muchos jugadores no están acostumbrados. Pero sacaron fuerzas y levantaron el marcador. Dos de sus estrellas, Muriki (8’) y Conca, de penalti, demostraron a los brasileños que si no corres ni presionas, cualquiera te gana.
Pero claro, si una vez dormido el partido, cuentas con el que fue el mejor del mundo y que sigue conservando un increíble golpeo directo, las posibilidades de que las cosas se arreglen son mayores. Y así sucedió. Inocente falta cometida sobre Fernandinho y remate impecable de Ronaldinho. Segundo gol del brasileño en el Mundialito y posiblemente último, a no ser que se desbloquee su situación contractual.
Un remate al larguero de los chinos y una excelente acción de Kim, evitando un gol seguro de Ronaldinho fueron las ocasiones más claras de la segunda parte hasta que el crack fue expulsado. Cabizbajo y triste, el crack abandonó el terreno de juego aclamado por el público, una vez abroncado el árbitro. Y fue Luan, en el descuento, el que le dio la tercera posición al Mineiro a la contra, tal y como ellos fueron liquidados en las semifinales.