Israel aprueba una ley que permite detener durante un año a inmigrantes
Jerusalén, EP
El Parlamento israelí ha aprobado una ley que permite a las autoridades detener a los inmigrantes que entren de forma ilegal en el país durante un año sin ninguna causa penal, poco después de que el Supremo derogara una norma similar que permitía este tipo de detenciones durante tres años.
La legislación, aprobada a última hora de este lunes, dispone de un período máximo de detención de un año destinado a los nuevos inmigrantes. A pesar de que la nueva valla instalada en la frontera sur ha disminuido efectivamente el flujo de inmigrantes que cruzan desde Egipto, la nueva legislación también tendrá cierto impacto en algunos de los cerca de 50.000 sudaneses y eritreos que ya se encuentran en el Estado israelí.
Según la nueva regulación, que los opositores también prevén llevar ante los tribunales, las autoridades tendrán la capacidad de enviar a los inmigrantes que ya se encuentran en territorio israelí a lo que el Gobierno ha descrito como "instalaciones abiertas".
Bajo esta ley, estas detenciones serán abiertas y quedarán pendientes de sus solicitudes de asilo, de la emisión de las órdenes de deportación o de la repatriación voluntaria. La primera de este tipo de instalaciones, con capacidad para varios cientos de personas, estará operativa esta semana en el desierto del sur del país.
Los inmigrantes detenidos en estos emplazamientos tendrán permiso para estar ausentes durante el día, aunque deberán volver cada noche y no tienen permiso para buscar empleo. Las mujeres, los niños y las familias no podrán ser enviados a este tipo de centros, y les serán facilitados, por ley, servicios sociales y sanitarios.
Los críticos y detractores de esta nueva legislación han asegurado que estos centros, a efectos prácticos, son cárceles y han denunciado esta medida por ser antidemocrática. Sin embargo, los diputados que apoyan esta nueva norma han asegurado que lo hacen en defensa del carácter judío de Israel.
"Esta ley es necesaria para detener a potenciales infiltrados. La realidad actual es una bomba de relojería", ha asegurado el presidente de la comisión de Interior del Parlamento, Miri Regev.
No obstante, la líder del partido de izquierda Meretz, Zahava Galon, ha asegurado que los inmigrantes no amenazan la identidad judía de Israel. "¿Es así como nosotros, gente que hemos pedido asilo, tratamos a los seres humanos?", ha preguntado Galon en una emisión de la radio israelí.
DIFERENTES VISIONES
El Gobierno considera a los inmigrantes como demandantes de empleo ilegales, mientras los defensores de Derechos Humanos y los diputados liberales tienen una perspectiva diferente, y los ven como personas que solicitan asilo huyendo de las dificultades y de la persecución en sus países de origen.
Desde que el Tribunal Supremo derogó en septiembre la anterior legislación, 700 de los 1.700 inmigrantes detenidos en una prisión del sur de Israel han sido liberados. El resto deberán ser trasladados a las nuevas "instalaciones abiertas" esta semana, según ha informado un responsable de los Servicios Penitenciarios.
Decenas de miles de africanos, muchos de ellos trabajando en empleos mal pagados como limpiadores, todavía habitan en los barrios pobres de Tel Aviv y otras localidades israelíes.
Israel ha intentado persuadirles para que abandonen voluntariamente el país a cambio de un pago. Gracias a este monto ofrecido por el Gobierno, algunos de los sudaneses y eritreos que se encontraban en el país han vuelto a sus hogares durante este año, según datos del Ministerio del Interior.
El Parlamento israelí ha aprobado una ley que permite a las autoridades detener a los inmigrantes que entren de forma ilegal en el país durante un año sin ninguna causa penal, poco después de que el Supremo derogara una norma similar que permitía este tipo de detenciones durante tres años.
La legislación, aprobada a última hora de este lunes, dispone de un período máximo de detención de un año destinado a los nuevos inmigrantes. A pesar de que la nueva valla instalada en la frontera sur ha disminuido efectivamente el flujo de inmigrantes que cruzan desde Egipto, la nueva legislación también tendrá cierto impacto en algunos de los cerca de 50.000 sudaneses y eritreos que ya se encuentran en el Estado israelí.
Según la nueva regulación, que los opositores también prevén llevar ante los tribunales, las autoridades tendrán la capacidad de enviar a los inmigrantes que ya se encuentran en territorio israelí a lo que el Gobierno ha descrito como "instalaciones abiertas".
Bajo esta ley, estas detenciones serán abiertas y quedarán pendientes de sus solicitudes de asilo, de la emisión de las órdenes de deportación o de la repatriación voluntaria. La primera de este tipo de instalaciones, con capacidad para varios cientos de personas, estará operativa esta semana en el desierto del sur del país.
Los inmigrantes detenidos en estos emplazamientos tendrán permiso para estar ausentes durante el día, aunque deberán volver cada noche y no tienen permiso para buscar empleo. Las mujeres, los niños y las familias no podrán ser enviados a este tipo de centros, y les serán facilitados, por ley, servicios sociales y sanitarios.
Los críticos y detractores de esta nueva legislación han asegurado que estos centros, a efectos prácticos, son cárceles y han denunciado esta medida por ser antidemocrática. Sin embargo, los diputados que apoyan esta nueva norma han asegurado que lo hacen en defensa del carácter judío de Israel.
"Esta ley es necesaria para detener a potenciales infiltrados. La realidad actual es una bomba de relojería", ha asegurado el presidente de la comisión de Interior del Parlamento, Miri Regev.
No obstante, la líder del partido de izquierda Meretz, Zahava Galon, ha asegurado que los inmigrantes no amenazan la identidad judía de Israel. "¿Es así como nosotros, gente que hemos pedido asilo, tratamos a los seres humanos?", ha preguntado Galon en una emisión de la radio israelí.
DIFERENTES VISIONES
El Gobierno considera a los inmigrantes como demandantes de empleo ilegales, mientras los defensores de Derechos Humanos y los diputados liberales tienen una perspectiva diferente, y los ven como personas que solicitan asilo huyendo de las dificultades y de la persecución en sus países de origen.
Desde que el Tribunal Supremo derogó en septiembre la anterior legislación, 700 de los 1.700 inmigrantes detenidos en una prisión del sur de Israel han sido liberados. El resto deberán ser trasladados a las nuevas "instalaciones abiertas" esta semana, según ha informado un responsable de los Servicios Penitenciarios.
Decenas de miles de africanos, muchos de ellos trabajando en empleos mal pagados como limpiadores, todavía habitan en los barrios pobres de Tel Aviv y otras localidades israelíes.
Israel ha intentado persuadirles para que abandonen voluntariamente el país a cambio de un pago. Gracias a este monto ofrecido por el Gobierno, algunos de los sudaneses y eritreos que se encontraban en el país han vuelto a sus hogares durante este año, según datos del Ministerio del Interior.