Investigan en Italia la muerte de siete chinos en una fábrica

Roma, EP
Los fiscales italianos se disponen a abrir una investigación por homicidio imprudente en relación con el incendio que se cobró la vida de siete trabajadores chinos de una fábrica en la Toscana el domingo.


Las autoridades aseguran estar haciendo todo lo posible para controlar las miles de fábricas y talleres chinos que han transformado la localidad de Prato en los últimos años, a menudo empleando a trabajadores no declarados en condiciones que los sindicatos califican de "próximas a la esclavitud".

"La mayoría de las compañías están organizadas así, es el Lejano Oeste", ha denunciado el fiscal jefe de Prato, Piero Tony, en declaraciones a los medios locales. "Los controles de seguridad y las cuestiones relativas a los empleados son inadecuadas pese a los esfuerzos de las autoridades locales y a los cuerpos de seguridad", ha añadido.

"Tenemos escasez de equipos como estructura burocrática, fuimos diseñados para una ciudad que ya no existe, la ciudad de hace 30 años", ha lamentado el fiscal.

El incendio en una zona industrial próxima a Prato el domingo se cobró la vida de siete trabajadores que aparentemente estaban durmiendo en un dormitorio improvisado construido encima del taller en el que trabajaban. Los siete no han sido identificados formalmente y la causa del siniestro todavía se está investigando.

Según Tony, los fiscales de Prato se disponen a abrir una investigación formal contra dos o tres personas por varios presuntos delitos, incluido el de homicidio imprudente múltiple. En declaraciones a la emisora de radio pública RAI, ha dicho que los sospechosos inmediatos son todos chinos pero no descarta que también pueda haber ciudadanos italianos implicados.

En una declaración al Parlamento, el ministro de Trabajo, Enrico Giovannini, ha indicado que el propietario de la fábrica, un residente en Roma de 44 años de origen chino, ha sido identificado pero no ha sido encontrado aún por la Policía.

"El trágico incidente en Prato pone de manifiesto la necesidad de incrementar las comprobaciones, que ya se están llevando a cabo en la zona desde hace algún tiempo", ha afirmado.

Prato, con unos 15.000 residentes chinos en una población de algo más de 200.000 habitantes, y otros miles más que vivirían en la zona de forma ilegal, se ha convertido en uno de los centros de una economía sumergida basada en la mala supervisión y los talleres en muchos casos ilegales que fabrican ropa para la exportación así como para conocidas marcas.

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