Casillas y Arbeloa siguen sin hablarse
Madrid, EFE
Iker Casillas y Álvaro Arbeloa no se hablan. Al menos eso es lo que se deduce de los gestos entre uno y otro. De sus movimientos y reacciones cuando se tienen al lado. La forma de actuar es idéntica. Ni una palabra. Ni un gesto. Silencio y distancia emocional. Son meros compañeros. Nada más.
Este lunes La Sexta cazó a ambos futbolistas llegando al Santiago Bernabéu para entrenar en el coliseo blanco. Ancelotti quiere que los suyos se ejercitasen en el escenario en el que se medirán este miércoles al Olimpic de Xátiva.
La casualidad quiso que ambos, defensa y portero, llegaran, por este orden, pero juntos, al feudo merengue. Arbeloa lucía su flamante deportivo cedido por una conocida marca de coches alemana, patrocinadora del Real Madrid. Casillas, por su parte, conducía un todoterreno blanco de una conocida marca surcoreana que le patrocina a él mismo.
Álvaro fue el primero en bajarse del coche. Empezó a rodear el vehículo cuando se dio cuenta de que justo detrás de él le seguía Iker. Se marchó al otro lado del coche y empezó a rebuscar en su asiento entre miradas furtivas lanzadas hacia el vehículo del capitán. Casillas, mientras, puso pie en tierra. Repitió la misma operación. Tenía que coger algunas cosas de su interior. Apenas fueron 20 segundos en los que ni uno, ni otro se dijeran nada.
Casillas terminó antes pese a haber llegado más tarde. Fue entonces cuando ambos estuvieron más cerca. Ni por esas se dijeron nada. Sólo hubo un instante en el que se miraron. Ése fue todo el contacto entre ambos.
Mientras el arquero continuó rumbo al vestuario, el defensa prosiguió buscando sus pertenencias unos segundos más, los suficientes para entrar con suficiente distancia con respecto a su compañero de equipo.
La confirmación de Arbeloa
Que las relaciones entre Casillas y Arbeloa no atravesaban su mejor momento se sabía desde hacía tiempo. Las diferencias nacidas a raíz de la presencia de Mourinho en el equipo provocaron tensiones entre uno y otro. Diferencias que el propio Arbeloa desveló durante la pasada Copa Confederaciones, cuando afirmó que la relación entre ambos "ya no es la que era". Del Bosque trató de mediar, pero las distancias no parecen acortarse a tenor de estas imágenes.
Iker Casillas y Álvaro Arbeloa no se hablan. Al menos eso es lo que se deduce de los gestos entre uno y otro. De sus movimientos y reacciones cuando se tienen al lado. La forma de actuar es idéntica. Ni una palabra. Ni un gesto. Silencio y distancia emocional. Son meros compañeros. Nada más.
Este lunes La Sexta cazó a ambos futbolistas llegando al Santiago Bernabéu para entrenar en el coliseo blanco. Ancelotti quiere que los suyos se ejercitasen en el escenario en el que se medirán este miércoles al Olimpic de Xátiva.
La casualidad quiso que ambos, defensa y portero, llegaran, por este orden, pero juntos, al feudo merengue. Arbeloa lucía su flamante deportivo cedido por una conocida marca de coches alemana, patrocinadora del Real Madrid. Casillas, por su parte, conducía un todoterreno blanco de una conocida marca surcoreana que le patrocina a él mismo.
Álvaro fue el primero en bajarse del coche. Empezó a rodear el vehículo cuando se dio cuenta de que justo detrás de él le seguía Iker. Se marchó al otro lado del coche y empezó a rebuscar en su asiento entre miradas furtivas lanzadas hacia el vehículo del capitán. Casillas, mientras, puso pie en tierra. Repitió la misma operación. Tenía que coger algunas cosas de su interior. Apenas fueron 20 segundos en los que ni uno, ni otro se dijeran nada.
Casillas terminó antes pese a haber llegado más tarde. Fue entonces cuando ambos estuvieron más cerca. Ni por esas se dijeron nada. Sólo hubo un instante en el que se miraron. Ése fue todo el contacto entre ambos.
Mientras el arquero continuó rumbo al vestuario, el defensa prosiguió buscando sus pertenencias unos segundos más, los suficientes para entrar con suficiente distancia con respecto a su compañero de equipo.
La confirmación de Arbeloa
Que las relaciones entre Casillas y Arbeloa no atravesaban su mejor momento se sabía desde hacía tiempo. Las diferencias nacidas a raíz de la presencia de Mourinho en el equipo provocaron tensiones entre uno y otro. Diferencias que el propio Arbeloa desveló durante la pasada Copa Confederaciones, cuando afirmó que la relación entre ambos "ya no es la que era". Del Bosque trató de mediar, pero las distancias no parecen acortarse a tenor de estas imágenes.