América Latina debe apurar las reformas para evitar una "ola de frustración social"

El Economista
Una clara advertencia y para muchos una oportunidad. Las economías latinoamericanas enfrentan un período de menor crecimiento económico con mayor volatilidad y, lo que tienen que hacer ahora es impulsar reformas estructurales si quieren evitar que una ola de frustración ponga en riesgo la estabilidad de la región, ha afirmado el Banco Mundial. México y Brasil frenarán el crecimiento de América Latina en 2013, según S&P.


Según el economista jefe del organismo para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre, las reformas deben apuntar a crear empleos de calidad, mejorando la capacidad de las empresas para innovar y generando el vigor económico que muestran países como Corea del Sur o Taiwán.

"La región está entrando en un proceso de menor crecimiento (...) a menos que hagamos este tipo de reformas, nos vamos a encontrar con que el crecimiento es más bajo y el progreso social que empezamos a experimentar se va a estancar", dijo De la Torre en un encuentro con periodistas en Asunción.

Hay que destacar que el Banco Mundial estima que el crecimiento para el próximo año será de entre un 2,5% y un 3%, al menos tres puntos porcentuales por debajo del ritmo de hace cuatro años, dijo el experto.
Ola de frustración...

Por ser un importante productor de materias primas, la región sufre los efectos de una caída en la demanda global, sobre todo de un socio comercial clave como China.

"Puede haber una ola enorme de frustración de las nuevas generaciones que pueden sentir que les puede ir mejor en la vida. Ahí el tema de la capacidad de generar empleos de buena calidad", agregó.

La reciente bonanza económica de América Latina alimentada por las materias primas permitió mejorar los índices macro, estabilizar la inflación en la mayoría de los países y lanzar programas sociales que sacaron a 70 millones de la pobreza.

Pero China está cambiando su modelo de crecimiento industrial hacia uno impulsado por el consumo. Y eso a largo plazo tendrá un efecto mayor sobre los países latinoamericanos productores de minerales y más moderado en los exportadores de alimentos, dijo De la Torre.
Y qué pasa si no...

Si Latinoamérica no encara las reformas estructurales pendientes, la región podría volver al pasado.

"Puede ser que lo que pase a futuro es que hayamos alcanzado un salto de progreso social que se quedó estancado y luego entremos en una especie de trampa de bajo crecimiento, baja generación de empleo y bajo ahorro", advirtió el economista.

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