Tailandia amplía la aplicación de la ley de seguridad tras las protestas
Bangkok, EP
La primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, ha ampliado este lunes la Ley de Seguridad Interior para cubrir más zonas de Bangkok, Nonthaburi, justo al norte, y distritos hacia el este, entre ellos en el que se encuentra el principal aeropuerto de la capital.
En un discurso televisado a la nación ante las protestas antigubernamentales, Yingluck ha explicado que ha tomado la decisión "por los acontecimientos en curso". La ley permite a las autoridades imponer toque de queda, operar puestos de control, restringir movimientos de protesta y actuar de forma rápida si las manifestaciones se descontrolan.
Por otra parte, la primera ministra ha advertido de que la ocupación de los ministerios de Exteriores y de Finanzas por parte de los manifestantes antigubernamentales suponen una amenaza para la estabilidad del país.
"Las acciones por parte de los manifestantes que tomaron el Ministerio de Finanzas, el Ministerio de Exteriores (...) del Departamento de Relaciones Públicas para que los funcionarios no puedan hacer su trabajo, amenaza la estabilidad del gobierno", ha subrayado.
Así las cosas, ha prometido que el Gobierno no recurrirá a la fuerza contra los manifestantes que han ocupado los edificios oficiales y ha instado a los funcionarios a seguir trabajando pese a las protestas.
OCUPACIÓN DE EDIFICIOS OFICIALES
La toma de edificios gubernamentales por parte de los manifestantes, encabezados por el opositor Partido Democrático, sume a Tailandia en su más grave incertidumbre política desde que hace tres años se produjeran violentas manifestaciones.
Los manifestantes acusan a Yingluck de ser una marioneta de su hermano, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, quien fue derrocado en un golpe de Estado militar en 2006 y condenado dos años después por corrupción, cargos que niega. Thaksin en un exilio autoimpuesto pero ejerce una gran influencia sobre su hermana y su gobierno.
"Invito a los manifestantes a quedarse aquí durante la noche en el Ministerio de Finanzas", ha señalado a la multitud el líder de las protestas, Suthep Thaugsuban. "Nuestro único objetivo es librar al país del régimen de Thaksin", ha añadido Suthep, un antiguo viceprimer ministro en el anterior gobierno demócrata.
Las manifestaciones han traído a la memoria las protestas de 2008 cuando los 'camisas amarillas' contrarios a Thaksin provocaron el cierre de los aeropuertos de Bangkok y retaron a dos gobiernos pro Thaksin, que en último término fueron disueltos por los tribunales.
Thaksin o sus aliados han ganado todas las elecciones en el país en la última década. Desde el golpe de 2006, las sentencias judiciales han derrocado a dos primeros ministros, desmantelado cuatro partidos, encarcelado a tres comisarios electorales y prohibido ejercer a 220 políticos.
El papel del Ejército también será seguido de cerca. El estamento militar ha sido una gran fuerza en la política desde que Tailandia se convirtió en democracia en 1932 y ha estado detrás de 18 golpes de Estado, algunos infructuosos, además de intervenir de forma discreta en la formación de gobiernos de coalición.
La primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, ha ampliado este lunes la Ley de Seguridad Interior para cubrir más zonas de Bangkok, Nonthaburi, justo al norte, y distritos hacia el este, entre ellos en el que se encuentra el principal aeropuerto de la capital.
En un discurso televisado a la nación ante las protestas antigubernamentales, Yingluck ha explicado que ha tomado la decisión "por los acontecimientos en curso". La ley permite a las autoridades imponer toque de queda, operar puestos de control, restringir movimientos de protesta y actuar de forma rápida si las manifestaciones se descontrolan.
Por otra parte, la primera ministra ha advertido de que la ocupación de los ministerios de Exteriores y de Finanzas por parte de los manifestantes antigubernamentales suponen una amenaza para la estabilidad del país.
"Las acciones por parte de los manifestantes que tomaron el Ministerio de Finanzas, el Ministerio de Exteriores (...) del Departamento de Relaciones Públicas para que los funcionarios no puedan hacer su trabajo, amenaza la estabilidad del gobierno", ha subrayado.
Así las cosas, ha prometido que el Gobierno no recurrirá a la fuerza contra los manifestantes que han ocupado los edificios oficiales y ha instado a los funcionarios a seguir trabajando pese a las protestas.
OCUPACIÓN DE EDIFICIOS OFICIALES
La toma de edificios gubernamentales por parte de los manifestantes, encabezados por el opositor Partido Democrático, sume a Tailandia en su más grave incertidumbre política desde que hace tres años se produjeran violentas manifestaciones.
Los manifestantes acusan a Yingluck de ser una marioneta de su hermano, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, quien fue derrocado en un golpe de Estado militar en 2006 y condenado dos años después por corrupción, cargos que niega. Thaksin en un exilio autoimpuesto pero ejerce una gran influencia sobre su hermana y su gobierno.
"Invito a los manifestantes a quedarse aquí durante la noche en el Ministerio de Finanzas", ha señalado a la multitud el líder de las protestas, Suthep Thaugsuban. "Nuestro único objetivo es librar al país del régimen de Thaksin", ha añadido Suthep, un antiguo viceprimer ministro en el anterior gobierno demócrata.
Las manifestaciones han traído a la memoria las protestas de 2008 cuando los 'camisas amarillas' contrarios a Thaksin provocaron el cierre de los aeropuertos de Bangkok y retaron a dos gobiernos pro Thaksin, que en último término fueron disueltos por los tribunales.
Thaksin o sus aliados han ganado todas las elecciones en el país en la última década. Desde el golpe de 2006, las sentencias judiciales han derrocado a dos primeros ministros, desmantelado cuatro partidos, encarcelado a tres comisarios electorales y prohibido ejercer a 220 políticos.
El papel del Ejército también será seguido de cerca. El estamento militar ha sido una gran fuerza en la política desde que Tailandia se convirtió en democracia en 1932 y ha estado detrás de 18 golpes de Estado, algunos infructuosos, además de intervenir de forma discreta en la formación de gobiernos de coalición.