San Lorenzo rescató un punto en Rafaela pero dejó la punta en juego


Rafaela, Clarín
No era una noche cualquiera en Rafaela. Porque al Nuevo Monumental llegaba el líder del Torneo Inicial, con la intención de revalidar su condición. Y porque Atlético, en la mejor temporada de su breve historia en Primera, podía darle una vuelta de cuerda más a la calesita de ese increíble sueño de campeonato. El equipo de Jorge Burruchaga lo tuvo en el bolsillo, pero flaqueó en el cierre y San Lorenzo se llevó un punto que lo mantiene arriba. Fue 2 a 2, que deja más abierta que nunca la definición del certamen. Newell's, Arsenal, Lanús, Boca y Vélez se ilusionan.


Quienes sospechaban que la Crema podía apelar a un planteo conservador ante el puntero advirtieron muy rápido que no sería así. El equipo de Jorge Burruchaga salió a jugar su destino, tratando de explotar las bandas en su pequeño campo de juego, con Cristian Canuhé y Juan Eluchans.

Con esa fórmula avisó dos veces antes de hacer gritar a la multitud que abarrotó el estadio. A los 10 minutos Diego Vera la abrió de cabeza hacia la izquierda, Eluchans envió el centró al corazón del área y allí Lucas Albertengo anticipó a Santiago Gentiletti y metió un potente cabezazo contra el palo derecho del arco Sebastián Torrico.

El gol hizo sonar el despertador de San Lorenzo, que intentó adelantarse pero le costó hacerlo con claridad, como consecuencia de la intensa presión de los rafaelinos en el medio. Así, el equipo de Juan Antonio Pizzi recurrió con frecuencia a pelotazos improductivos para Ángel Correa y Héctor Villalba y los pocos intentos riesgosos fueron con remates de larga distancia.

Sin la intensidad de los primeros minutos, el local buscó aprovechar el adelantamiento de su rival y, esporádicamente, se acercó con peligro hasta el arco de Torrico. La más clara fue a los 33: tras un corner desde la derecha, Rodrigo Erramuspe anticipó a Walter Kannemann (que lo tenía tomado de la camiseta) y el arquero debió exigirse al máximo para meter el manotazo y evitar la segunda caída de su valla.

Pizzi arriesgó en el complemento con el ingreso de Alan Ruiz por Julio Buffarini, que no había podido desequilibrar con sus trepadas por la derecha. El arranque fue para la ilusión. A los 3 estuvieron cerca de festejar, cuando Piatti recibió en el círculo central, se lanzó en velocidad, dejó en el camino a dos rivales y sacó un bombazo que Esteban Conde rechazó. En el rebote, Correa la tiró muy lejos.

Pero enseguida llegó la respuesta, con la violencia de un mazazo. Pablo Alvarado derribó a Matías Fissore en la medialuna del área, pero Germán Delfino leyó bien la jugada y dejo seguir el juego. El balón llegó a la posición de Vera, quien desairó a Gentiletti con un amago y definió con un zurdazo rasante y cruzado. Fue el octavo tanto en el torneo del uruguayo, quien alcanzó a Mauro Matos en la tabla de anotadores.

Parecía asunto concluido, pero San Lorenzo no se dio por vencido y su reacción encontró premio a los 20, de la mano de su jugador más desequilibrante. En un tiro libre derivado de una infracción sobre Piatti en la medialuna, Gentiletti le movió la pelota y el exmediocampista de Gimnasia despachó un misil al centro del arco que Conde, tapado por la muralla que había formado, no pudo detener.

Entonces el partido recibió una dosis extra de emoción y fue una ruleta de emociones. El conjunto de Boedo se jugó el resto, sin orden y arriesgando al extremo, con Kannemann como puntero izquierdo y quedando mano a mano en el fondo. Pudo empatarlo, con un desborde de Piatti que Villalba, frente al arco desguarnecido y sin marca, no pudo aprovechar porque su remate se fue por arriba del travesaño. También pudo sufrir otro golpe, pero Vera no alcanzó a empujar en el área chica tras un centro de Eluchans.

Pero lo mejor para el Ciclón estaba por llegar. A cinco minutos del final, Piatti recibió una pelota cruzada en el área, la acomodó dos veces antes de que tocara el suelo, dejó fuera de acción a Andrés Rodales y Ariel Garcé y metió un derechazo que superó la débil respuesta de Conde e hizo delirar a los 500 hinchas disfrazados de neutrales, que habían copado la segunda bandeja de una de las cabeceras y que se fueron con un punto y una alegría grande. Igualmente, la parda también llevó sonrisas a Rosario, Sarandí, Lanús, La Boca y Liniers, donde nadie quiere despertarse del sueño de campeón.

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