River sufrió una derrota dolorosa y sus hinchas estallaron de bronca
No para de recibir golpes River. Aún cuando está en el piso. Sin nada importante que jugar, este fin de año lo halla desconcertado. Y en el Monumental, en la semana en la que se confirmó la millonaria renovación de su cuerpo técnico, Olimpo lo venció 3-1, en lo que fue otra muy mala actuación del equipo de Ramón.
Empezó en ventaja el local por el gol de Simeone, pero con goles de Pérez Guedes, Furios y Vega, los bahienses se llevaron tres puntos de oro para engrosar su promedio.
Pese a que en los primeros minutos fue Olimpo el que pareció atreverse a jugar en campo rival, el local consiguió tranquilidad con el gol de Giovanni Simeone en su primera llegada. Luego de sacar un lateral, Vangioni combinó con Lanzini y desde la izquierda soltó el centro que le permitió al hijo del DT del Atlético Madrid poner a River 1-0 sobre el equipo bahiense.
Pese a la ventaja, sobre el césped del Monumental no se veía a un Rievr distinto. En ataque, por caso, lo producido era pobre. Ni Lanzini ni Fabbro conseguían hacerse cargo de la pelota ni hilar jugadas de serio riesgo para el arco de Champagne. Que atrás no sufriera zozobras, más que con la solidez defensiva tenía que ver con que lo de Olimpo en ataque era más bien pobre. Ni Cerutti, ni Pérez Guedes, ni Lugüercio inquietaban a un tranquilo Chichizola. De todos modos, a los 43, los dirigidos por Walter Perazzo llegaron al empate. Pérez Guedes pescó un rebote en el borde del área y soltó un derechazo que se le metió al arquero pegado a la base del poste derecho. Con el empate y el final de los primeros 45, se escucharon silbidos en el Monumental.
Par ala segunda etapa, Ramón mandó a Menseguez a la cancha en lugar de mora, para ser más profundo. Pero, paradójicamente, las llegadas con las que contaba eran mercede de pelotas paradas. Un par de cabezazos de Pezzella no le pasaron lejos al 2-1, de hecho. Olimpo no había pateado al arco en los segundos 45 y, a los 20, en su priemr intento, consiguió el 2-1. Furios peinó un centro frontal que vino de un tiro libre y su cabezazo se le metió abajo, contra el palo izquierdo a Chichizola. Anemia ofensiva y desconcentraciones atrás eran el veneno de River.
Golpeado, el equipo de Ramón sufrió otro golpe con el gol de tiro libre de Vega, cuyo zurdazo se desvió en la barrera y se le metió por arriba a un quieto Chichizola. Además de los silbidos, de las tribunas bajaban cánticos contra los jugadores de River.
Con el pitazo final de Maglio, el grito de "qué se vayan todos" fue prácticamente unánime tras el séptimo partido en fila sin ganar. Sin fútbol, sin solidez atrás, sin jugadores que se destaquen, lo de River volvió a ser muy pobre. Olimpo, como ante Boca, sumó de a tres y marcó tres y pese a seguir en zona de descenso, su moral se va a Bahía Blanca por las nubes.