Los nativos americanos tienen raíces europeas
Madrid, EP
El estudio de los restos de un joven de la aldea siberiana de Mal'ta, de 24.000 años de antigüedad, ha añadido una nueva raíz al árbol genealógico de los indígenas americanos. Mientras que algunos de los ancestros de los nativos americanos vienen claramente del este de Asia, el genoma del chico de Mal'ta --el más antiguo conocido del humano moderno-- muestra que hasta un tercio de esa ascendencia se remonta a Europa.
Concretamente, los resultados muestran que las personas relacionadas con eurasiáticos occidentales se habían extendido más al este de lo que nadie había sospechado y vivieron en Siberia durante las partes más frías de la última Edad de Hielo.
"En algún momento en el pasado, una rama de los asiáticos orientales y una sucursal de eurasiáticos occidentales se conocieron y tuvieron relaciones sexuales", ha señalado el paleontólogo Eske Willerslev. "Esta mezcla creó a los nativos americanos, en el sentido de que fueron los predecesores de las poblaciones que, posteriormente llegaron a América, tanto al norte como al sur", ha apuntado.
En 2009, el equipo de Willerslev viajó al Museo Estatal del Hermitage en San Petersburgo para recoger una muestra de ADN de uno de los huesos del brazo del chico Mal'ta. "Teníamos la esperanza de que nos podría decir algo sobre el asentamiento temprano en las américas", ha indicado.
Así, el equipo encontró que el ADN de las mitocondrias del joven pertenecían a un linaje llamado 'haplogrupo U', que se encuentra en Europa y el oeste de Asia, pero no en el este de Asia, donde fue descubierto el cuerpo. El resultado, publicado en 'Nature, fue tan extraño que Willerslev asumió que la muestra estaba contaminada con otros materiales genéticos y puso el proyecto en suspenso durante un año.
ASCENDENCIA ANTIGUA
Sin embargo, el ADN del chico contó la misma historia. "Genéticamente, esta persona no tenía ninguna semejanza con las poblaciones de Asia oriental, pero se parecía a los europeos que se habían trasladado a Asia occidental", ha destacado Willerslev.
"Pero lo que era realmente alucinante es que había datos que sólo se ven en los nativos americanos de hoy en día y son señales constantes entre los pueblos de todo el continente americano. Lo que implica que no puede haber venido de los colonos europeos que llegaron después de Cristóbal Colón", ha asegurado el autor del estudio, quien ha apuntado que este joven "refleja una ascendencia antigua".
El genoma del niño Mal'ta mostró que los nativos americanos pueden remontar entre un 14 y un 38 por ciento de su ascendencia hasta el oeste de Eurasia.
"La distribución de los linajes genéticos de hace 24.000 años debe haber sido muy diferente de lo que vemos hoy", ha indicado otra de las investigadoras, Jennifer Raff, quien ha añadido que "sería muy interesante ver lo que se parecen otros genomas de este período de tiempo".
El equipo de Willerslev sugiere que después de que los antepasados de los nativos americanos se separasen de los de los asiáticos orientales, se trasladaron hacia el norte. En algún lugar de Siberia, se encontraron con otro grupo de personas que vienen al este del oeste de Eurasia, población a la que pertenecía el chico de Mal'ta. Los dos grupos se mezclaron, y sus descendientes finalmente viajaron al este en América del Norte.
El estudio de los restos de un joven de la aldea siberiana de Mal'ta, de 24.000 años de antigüedad, ha añadido una nueva raíz al árbol genealógico de los indígenas americanos. Mientras que algunos de los ancestros de los nativos americanos vienen claramente del este de Asia, el genoma del chico de Mal'ta --el más antiguo conocido del humano moderno-- muestra que hasta un tercio de esa ascendencia se remonta a Europa.
Concretamente, los resultados muestran que las personas relacionadas con eurasiáticos occidentales se habían extendido más al este de lo que nadie había sospechado y vivieron en Siberia durante las partes más frías de la última Edad de Hielo.
"En algún momento en el pasado, una rama de los asiáticos orientales y una sucursal de eurasiáticos occidentales se conocieron y tuvieron relaciones sexuales", ha señalado el paleontólogo Eske Willerslev. "Esta mezcla creó a los nativos americanos, en el sentido de que fueron los predecesores de las poblaciones que, posteriormente llegaron a América, tanto al norte como al sur", ha apuntado.
En 2009, el equipo de Willerslev viajó al Museo Estatal del Hermitage en San Petersburgo para recoger una muestra de ADN de uno de los huesos del brazo del chico Mal'ta. "Teníamos la esperanza de que nos podría decir algo sobre el asentamiento temprano en las américas", ha indicado.
Así, el equipo encontró que el ADN de las mitocondrias del joven pertenecían a un linaje llamado 'haplogrupo U', que se encuentra en Europa y el oeste de Asia, pero no en el este de Asia, donde fue descubierto el cuerpo. El resultado, publicado en 'Nature, fue tan extraño que Willerslev asumió que la muestra estaba contaminada con otros materiales genéticos y puso el proyecto en suspenso durante un año.
ASCENDENCIA ANTIGUA
Sin embargo, el ADN del chico contó la misma historia. "Genéticamente, esta persona no tenía ninguna semejanza con las poblaciones de Asia oriental, pero se parecía a los europeos que se habían trasladado a Asia occidental", ha destacado Willerslev.
"Pero lo que era realmente alucinante es que había datos que sólo se ven en los nativos americanos de hoy en día y son señales constantes entre los pueblos de todo el continente americano. Lo que implica que no puede haber venido de los colonos europeos que llegaron después de Cristóbal Colón", ha asegurado el autor del estudio, quien ha apuntado que este joven "refleja una ascendencia antigua".
El genoma del niño Mal'ta mostró que los nativos americanos pueden remontar entre un 14 y un 38 por ciento de su ascendencia hasta el oeste de Eurasia.
"La distribución de los linajes genéticos de hace 24.000 años debe haber sido muy diferente de lo que vemos hoy", ha indicado otra de las investigadoras, Jennifer Raff, quien ha añadido que "sería muy interesante ver lo que se parecen otros genomas de este período de tiempo".
El equipo de Willerslev sugiere que después de que los antepasados de los nativos americanos se separasen de los de los asiáticos orientales, se trasladaron hacia el norte. En algún lugar de Siberia, se encontraron con otro grupo de personas que vienen al este del oeste de Eurasia, población a la que pertenecía el chico de Mal'ta. Los dos grupos se mezclaron, y sus descendientes finalmente viajaron al este en América del Norte.