La violencia, el narcotráfico y la familia, principales temas de la Asamblea de Obispos
Cochabamba, ANF
Con una advocación cantada al Espíritu Santo, representantes de las 18 jurisdicciones eclesiásticas de Bolivia dieron inicio a la XCVI (noventa y seis) Asamblea Anual de Obispos de la Iglesia Católica que se desarrolla en la Casa Maurer y concluirá el martes 12 de noviembre.
El presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, monseñor Oscar Aparicio, en su discurso de inauguración, dijo que los Obispos de Bolivia vienen denunciando de manera contante la intromisión del narcotráfico en el país, “que parece crecer de forma amenazante” entre la sociedad, situación que demanda de forma ineludible una mayor participación de la sociedad civil y un respeto a la institucionalidad.
“El narcotráfico, así como la producción de cocaína, al ser actividades que se lucran de la muerte, están en contra de los principios básicos de la moral y la ética que nos van empujando a una espiral de violencia y muerte con efectos perversos, que no pueden ser ignorados o permitidos en una sociedad, porque ella misma comenzará a sufrir las consecuencias de este círculo inmoral y mortal”, dijo.
“Es cierto que vivimos tiempos cada vez más difíciles en los que preocupa el nivel de violencia que va creciendo y el desprecio por la vida humana, que tiene como base el afán de buscar intereses personales y bienes de la tierra. Este problema requiere nuestra participación activa, movidos por el amor a los hermanos”, sostuvo.
Aparicio señaló que la Asamblea tiene como labor primaria la elaboración y aprobación de las directrices pastorales de la Iglesia Católica para el quinquenio 2014-2018, por lo que se abordarán los problemas que afectan a las familias bolivianas, la violencia y el incidencia del narcotráfico.
“Como Iglesia de Bolivia estamos seriamente comprometidos en la renovación de nuestra pastoral, a la luz de la misión permanente como indican las actividades que se han realizado en este periodo siguiendo el itinerario formativo de la Conferencia Episcopal Boliviana”, sostuvo.
En ese marco, Monseñor Aparicio manifestó que se comenzará con el estudio del cuestionario para el Sínodo de la Familia, enviado por la Santa Sede, y que tiene por objetivo escuchar y analizar los problemas y expectativas de las familias bolivianas, que viven en la actualidad dentro de una crisis social y espiritual en el país.
“Toda familia en cualquier situación, no debe sentirse excluida de la familia de familias, que es la Iglesia, sino debe sentirla como madre y compañera en el camino hacia la casa del Padre”, manifestó en el acto inaugural.
Por otro lado, el Monseñor hizo referencia a la preocupación de la Iglesia Católica por los actos de violencia ocurridos en la localidad paceña de Apolo, situada al norte de La Paz, donde se produjo cuatro muertes a causa de las labores de erradicación de coca excedente, hecho preocupante que lo relacionó con la actividad del narcotráfico.
Al finalizar su intervención, monseñor invitó a la clausura del Año de la Fe este próximo domingo en la Catedral Metropolitana a las 07.00, donde se leerá la carta de mensaje final que brindará una palabra orientadora a la sociedad boliviana.
REPRESENTANTE DEL VATICANO: El Monseñor Giambattista Diquattro, representante de la Santa Sede en Bolivia, en su intervención en la inauguración de este encuentro de Obispos, dijo que la experiencia de la visita del Papa Francisco a Río de Janeiro en la Jornada de la Juventud, marcó el camino que debe seguir a la Iglesia como el espacio de encuentro entre hermanos.
En ese marco, manifestó su satisfacción al encontrar en la agenda de esta Asamblea la reflexión de las palabras del Papa a los Obispos del CELAM, donde se pide la renovación interna de la Iglesia Católica y el diálogo con el mundo actual.
Con una advocación cantada al Espíritu Santo, representantes de las 18 jurisdicciones eclesiásticas de Bolivia dieron inicio a la XCVI (noventa y seis) Asamblea Anual de Obispos de la Iglesia Católica que se desarrolla en la Casa Maurer y concluirá el martes 12 de noviembre.
El presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, monseñor Oscar Aparicio, en su discurso de inauguración, dijo que los Obispos de Bolivia vienen denunciando de manera contante la intromisión del narcotráfico en el país, “que parece crecer de forma amenazante” entre la sociedad, situación que demanda de forma ineludible una mayor participación de la sociedad civil y un respeto a la institucionalidad.
“El narcotráfico, así como la producción de cocaína, al ser actividades que se lucran de la muerte, están en contra de los principios básicos de la moral y la ética que nos van empujando a una espiral de violencia y muerte con efectos perversos, que no pueden ser ignorados o permitidos en una sociedad, porque ella misma comenzará a sufrir las consecuencias de este círculo inmoral y mortal”, dijo.
“Es cierto que vivimos tiempos cada vez más difíciles en los que preocupa el nivel de violencia que va creciendo y el desprecio por la vida humana, que tiene como base el afán de buscar intereses personales y bienes de la tierra. Este problema requiere nuestra participación activa, movidos por el amor a los hermanos”, sostuvo.
Aparicio señaló que la Asamblea tiene como labor primaria la elaboración y aprobación de las directrices pastorales de la Iglesia Católica para el quinquenio 2014-2018, por lo que se abordarán los problemas que afectan a las familias bolivianas, la violencia y el incidencia del narcotráfico.
“Como Iglesia de Bolivia estamos seriamente comprometidos en la renovación de nuestra pastoral, a la luz de la misión permanente como indican las actividades que se han realizado en este periodo siguiendo el itinerario formativo de la Conferencia Episcopal Boliviana”, sostuvo.
En ese marco, Monseñor Aparicio manifestó que se comenzará con el estudio del cuestionario para el Sínodo de la Familia, enviado por la Santa Sede, y que tiene por objetivo escuchar y analizar los problemas y expectativas de las familias bolivianas, que viven en la actualidad dentro de una crisis social y espiritual en el país.
“Toda familia en cualquier situación, no debe sentirse excluida de la familia de familias, que es la Iglesia, sino debe sentirla como madre y compañera en el camino hacia la casa del Padre”, manifestó en el acto inaugural.
Por otro lado, el Monseñor hizo referencia a la preocupación de la Iglesia Católica por los actos de violencia ocurridos en la localidad paceña de Apolo, situada al norte de La Paz, donde se produjo cuatro muertes a causa de las labores de erradicación de coca excedente, hecho preocupante que lo relacionó con la actividad del narcotráfico.
Al finalizar su intervención, monseñor invitó a la clausura del Año de la Fe este próximo domingo en la Catedral Metropolitana a las 07.00, donde se leerá la carta de mensaje final que brindará una palabra orientadora a la sociedad boliviana.
REPRESENTANTE DEL VATICANO: El Monseñor Giambattista Diquattro, representante de la Santa Sede en Bolivia, en su intervención en la inauguración de este encuentro de Obispos, dijo que la experiencia de la visita del Papa Francisco a Río de Janeiro en la Jornada de la Juventud, marcó el camino que debe seguir a la Iglesia como el espacio de encuentro entre hermanos.
En ese marco, manifestó su satisfacción al encontrar en la agenda de esta Asamblea la reflexión de las palabras del Papa a los Obispos del CELAM, donde se pide la renovación interna de la Iglesia Católica y el diálogo con el mundo actual.