Florentino aprieta a Ramos

El presidente del Madrid, ante las desavenencias con el central tras la etapa de Mourinho y por la negociación para mejorar su contrato, sugiere a Ancelotti que meta presión al capitán

Diego Torres
Madrid, El País
Florentino Pérez convocó a Carlo Ancelotti a una cena en los últimos días de septiembre para reafirmar las líneas de la estrategia deportiva. El cónclave contó con la presencia de personas de máxima responsabilidad dentro del Real Madrid. Según fuentes del club, el entrenador no dijo gran cosa. El presidente, en cambio, se mostró tan locuaz que hasta le sugirió que el mejor sistema táctico posible era el 4-2-3-1 pues permitiría incluir a Isco por detrás de Benzema. Por supuesto, Pérez habló de jugadores. Y habló de Sergio Ramos, el segundo capitán, con quien aseguró estar muy decepcionado. Cansado de su ingratitud, de su constante reclamo de un aumento de sueldo y de presuntas distracciones que le alienan, entre las que señaló la selección española. Ancelotti escuchó a su interlocutor con gran atención y dio muestras de comprender perfectamente el mensaje.


Sutilmente, el presidente insinuó a Ancelotti que Ramos se merecía una lección porque se sentía más importante de lo que realmente era. A lo largo de la cena le explicó que había terminado jugando de central gracias a que el club había presionado en su día a Mourinho. Ramos, en definitiva, había cumplido con su sueño por obra de la influencia de Florentino Pérez y, a pesar de tener un contrato firmado hasta 2017, no paraba de reclamar una mejora salarial. Estaba claro, según el mandatario, que había que frenar su actitud desconsiderada.

Fichado por Pérez al Sevilla en 2005, Ramos mantuvo con el presidente una relación casi familiar. El empresario le tuteló con paternalismo y el jugador firmó sus contratos con la candidez de quien se siente en manos amigas. Su sueldo neto desde hace tres años ronda los cinco millones de euros anuales, en el mismo escalón que Di María, Pepe o Alonso; un millón menos que Benzema; tres millones menos que Casillas; seis millones menos que Bale y 15 millones menos que Cristiano. Su caché, sin embargo, ha crecido con una Copa del Mundo y dos Eurocopas, y, a pesar de ser uno de los centrales de mayor jerarquía del planeta, se encuentra en lo más bajo de la tabla de los defensas mejor pagados. Thiago Silva (PSG), Terry (Chelsea), Ferdinand (Manchester), Kompany (City) y Lahm (Bayern) superan los 10 millones de euros netos anuales. En el Barça, Piqué y Puyol también cobran más que el andaluz.

Ramos, de 27 años, siente que Pérez le esconde las cartas. El presidente, por su parte, hace tiempo que le incluyó en la larga lista de jugadores que le fallaron. Según fuentes del club, José Mourinho, el exentrenador, le advirtió hace un año que debía desprenderse de Casillas, Ramos, Marcelo, Higuaín, Kaká, Albiol y Özil si quería limpiar la plantilla de potenciales traidores (“ovejas negras”, les llamaba). El portugués señaló que en este grupo había saboteadores que, por extensión, amenazan el proyecto presidencial. Pérez se aferró a esta teoría tras el 4-1 de Dortmund y algo parecido le trasladó a Ancelotti durante las negociaciones que mantuvieron en primavera, antes de firmar la cláusula de rescisión del PSG.

La cena estratégica entre Ancelotti y Pérez en septiembre coincidió con la recuperación aparentemente completa de Raphael Varane. El francés es, desde hace un año, el nuevo central favorito del presidente. Con la inclusión de Varane en el centro de la zaga en los dos partidos más complicados que ha dirigido Ancelotti, en el Camp Nou y en Turín, la posición de Ramos se debilitó con traslados al lateral y al medio centro. Sin embargo, el rendimiento de Varane en Turín fue pobre (provocó un penalti) y pronto se supo que la rodilla derecha, operada del menisco en mayo, sufría una inflamación crónica. En el club aseguran que la morfología y las características físicas de Varane debilitan sus rodillas, interrumpiendo indefinidamente su fabulosa progresión. Ahora Ancelotti cuenta con una joven promesa (20 años) bajo sospecha médica y con el líder de la zaga preocupado ante las constantes señales de peligro que observa a su alrededor. En Valdebebas aseguran que Ramos se sabe fiscalizado y que, bajo presión, en su intento de reivindicarse, se arriesga a cometer errores.

Al vestuario le llamó la atención el desenfreno con que Ancelotti expuso a Ramos tras su error frente al Galatasaray, el miércoles, cuando le expulsaron. “¡Te han cogido la espalda!”, le repitió, mientras el jugador se retiraba escarnecido. Los más veteranos del equipo saben que el técnico desconfía de la intuición táctica de Ramos, a quien no cree capaz de dirigir una presión adelantada de forma fiable. Pero el segundo capitán tiene otros valores que le han convertido, con todo derecho, en uno de los mejores defensas del mundo, titular indiscutible en las selecciones que conquistaron dos Eurocopas y un Mundial. Solo Casillas, Xavi e Iniesta pueden decir lo mismo. En el mundo del fútbol, una reputación semejante suele imponer mucho respeto. Pero Ancelotti, seguro de que en este punto está bien respaldado, no se reprimió.

El miércoles, El Larguero, de la SER, informó de que Florentino Pérez le ha dicho a Ramos que si le trae una oferta de 60 millones lo vendería incluso al Barça. Las fuentes consultadas en el club sospechan que el presidente está utilizando todas las vías a su alcance para hacerle llegar al jugador los mensajes que no quiere transmitirle personalmente. En este contexto, unas imágenes de un acto publicitario celebrado el jueves mostraron a Ramos girando la cara al paso del mandatario. El jugador aclaró el viernes, valiéndose de Twitter, que siempre saluda a su presidente. Como prueba portó un vídeo en el que se le ve estrechando la mano que le extiende Pérez.

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