Estado de emergencia en Trípoli
Madrid, EP
Las autoridades libias han declarado este sábado el estado de emergencia en Trípoli, la capital, para los próximos dos días, a raíz de una nueva ola de ataques que, en total, ya se ha cobrado la vida de más de medio centenar de personas, según ha informado la cadena qatarí Al Yazira.
A la violencia que golpea Trípoli se ha sumado la madrugada de este domingo la llamada a una huelga general para los próximos tres días por parte del Ayuntamiento, coincidiendo con los tres días de luto por los enfrentamientos del viernes entre manifestantes y milicianos.
En pos de la "calma y la moderación", la huelga general convocada por el Ayuntamiento de Trípoli entrará en vigor este domingo, pero hospitales y centros médicos, panaderías, farmacias y gasolineras no podrán secundarla, según ha informado la agencia estatal de noticias, LANA.
No obstante, los enfrentamientos armados han continuado este sábado después de que al menos 43 personas murieran y unas 460 resultaran heridas en los choques que siguieron a los disparos efectuados por milicianos procedentes de Misrata contra los asistentes a una protesta contra la presencia de estos grupos armados en Trípoli, según el último balance oficial.
NUEVOS ENFRENTAMIENTOS
Tres milicianos procedentes de la ciudad de Misrata han muerto y al menos 45 han resultado heridos en combates registrados en el este de Trípoli entre milicianos y las fuerzas de seguridad libias.
Los hombres armados habrían vulnerado un acuerdo alcanzado con las fuerzas de seguridad para no adentrarse en uno de los barrios de Trípoli, haciéndose con varios vehículos, armas y munición.
Las fuerzas de seguridad libias han erigido varias barricadas y puestos de control en las carreteras que conectan el centro de Trípoli con las carreteras que bordean la costa, así como con los barrios de Ain Zara y Gharaboulli, según el diario libio 'Libya Herald'.
Por otra parte, seis combatientes de Misrata han muerto y cinco han resultado heridos este sábado en una operación ejecutada por las fuerzas de seguridad contra un campamento de refugiados del grupo tawerghan, de dicha localidad, situado en el barrio capitalino de Fallá, según miembros de esta milicia.
LLAMADA A LA CALMA
El primer ministro libio, Alí Zeidan, ha exhortado este sábado a las partes a mantener la calma ante los continuados enfrentamientos que se han producido al este de Trípoli, en la localidad de Tajoura.
Las milicias de Misrata se han convertido en una de las más activas y poderosas del país tras la caída del régimen de Muamar Gadafi. Haciendo acopio del ingente arsenal del Ejército libio, las milicias se han embarcado en una intensa lucha por hacerse con el control de diversas localidades estratégicas próximas a la capital del país.
Su actividad, fuera del control del Gobierno --aún mermadas por la falta de medios tras la guerra civil y sin autoridad por la inestabilidad política reinante en la mitad oriental--, se ha expandido hasta Trípoli, antes un reducto de seguridad, donde han perpetrado ataques y atentados contra objetivos del Gobierno y las fuerzas de seguridad libias.
Las consecuencias de esta ola de violencia, que azota al país desde hace más de un año, degeneró en una importante bajada de la producción petrolífera, la principal fuente de ingresos de Libia, por la ola de atentados que llevaron a cabo estas milicias contra varias refinerías.
Las autoridades libias han declarado este sábado el estado de emergencia en Trípoli, la capital, para los próximos dos días, a raíz de una nueva ola de ataques que, en total, ya se ha cobrado la vida de más de medio centenar de personas, según ha informado la cadena qatarí Al Yazira.
A la violencia que golpea Trípoli se ha sumado la madrugada de este domingo la llamada a una huelga general para los próximos tres días por parte del Ayuntamiento, coincidiendo con los tres días de luto por los enfrentamientos del viernes entre manifestantes y milicianos.
En pos de la "calma y la moderación", la huelga general convocada por el Ayuntamiento de Trípoli entrará en vigor este domingo, pero hospitales y centros médicos, panaderías, farmacias y gasolineras no podrán secundarla, según ha informado la agencia estatal de noticias, LANA.
No obstante, los enfrentamientos armados han continuado este sábado después de que al menos 43 personas murieran y unas 460 resultaran heridas en los choques que siguieron a los disparos efectuados por milicianos procedentes de Misrata contra los asistentes a una protesta contra la presencia de estos grupos armados en Trípoli, según el último balance oficial.
NUEVOS ENFRENTAMIENTOS
Tres milicianos procedentes de la ciudad de Misrata han muerto y al menos 45 han resultado heridos en combates registrados en el este de Trípoli entre milicianos y las fuerzas de seguridad libias.
Los hombres armados habrían vulnerado un acuerdo alcanzado con las fuerzas de seguridad para no adentrarse en uno de los barrios de Trípoli, haciéndose con varios vehículos, armas y munición.
Las fuerzas de seguridad libias han erigido varias barricadas y puestos de control en las carreteras que conectan el centro de Trípoli con las carreteras que bordean la costa, así como con los barrios de Ain Zara y Gharaboulli, según el diario libio 'Libya Herald'.
Por otra parte, seis combatientes de Misrata han muerto y cinco han resultado heridos este sábado en una operación ejecutada por las fuerzas de seguridad contra un campamento de refugiados del grupo tawerghan, de dicha localidad, situado en el barrio capitalino de Fallá, según miembros de esta milicia.
LLAMADA A LA CALMA
El primer ministro libio, Alí Zeidan, ha exhortado este sábado a las partes a mantener la calma ante los continuados enfrentamientos que se han producido al este de Trípoli, en la localidad de Tajoura.
Las milicias de Misrata se han convertido en una de las más activas y poderosas del país tras la caída del régimen de Muamar Gadafi. Haciendo acopio del ingente arsenal del Ejército libio, las milicias se han embarcado en una intensa lucha por hacerse con el control de diversas localidades estratégicas próximas a la capital del país.
Su actividad, fuera del control del Gobierno --aún mermadas por la falta de medios tras la guerra civil y sin autoridad por la inestabilidad política reinante en la mitad oriental--, se ha expandido hasta Trípoli, antes un reducto de seguridad, donde han perpetrado ataques y atentados contra objetivos del Gobierno y las fuerzas de seguridad libias.
Las consecuencias de esta ola de violencia, que azota al país desde hace más de un año, degeneró en una importante bajada de la producción petrolífera, la principal fuente de ingresos de Libia, por la ola de atentados que llevaron a cabo estas milicias contra varias refinerías.