Errores de principiante dejan a la Real sin opciones en Europa

Donestk, As
La Real volvió a ser el equipo pardillo de toda la Champions y se despidió del torneo de la forma más triste, goleada y sin solución. La única manera de hacer daño al Shakhtar era atacándole sin reservas, no había otra. Las pocas veces que esto ocurrió los ucranianos retrocederon como con miedo. Pero incomprensiblemente la Real no se empeñó más en ese cometido y permitió que el Shakhtar participase del partido, con lo que le gusta eso a sus muchos brasileños.


El despertador sonó en la banda de Bernard, el último joven fichaje procedente del mercado sudamericano. Necesitaba un defensa tan blando como Cadamuro para sentirse importante. Y sí, le hizo cuanto quiso. Le hizo tanto que una presión sobre él propició la enésima pérdida al borde del área del argelino, cuyo problema, entre otros, es que se cree un delantero en el cuerpo de un defensa.

La acción quedó invalidada por fuera de juego, pero definitivamente activó al Shakhtar, en el que sólo Douglas Costa parecía en tensión. Fue él, precisamente, quien sacó rápido un córner ante la somnolencia defensiva de la Real. Luiz Adriano se adelantó a Ansotegi para recordar que esto es la Champions y en la Champions no se echa la siesta.

Ni con esas se desbloqueó la Real. Poco después del descanso, cuando se supone que había que ir a por todas, Íñigo Martínez cedió atrás en un posición controvertida y Alex Teixeira aprovechó el regalo para liquidar cualquier mínima opción realista. Faltaba ese error, el de la mala cesión, por completar. Sólo un tiro de Griezmann al palo recordó que ahí estaba el equipo que tanto luchó el curso pasado por verse entre la élite, pero fue un espejismo. Douglas Costa, el mejor del partido, sentenció por dos veces sin compasión. Triste adiós a Europa. Muy triste.

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