El Estado perderá el grueso del dinero inyectado
La factura provisional supera los 36.000 millones
Íñigo de Barrón
Madrid, El País
Elena Salgado, vicepresidenta del Gobierno de Zapatero, afirmó en 2011: “La reestructuración del sector la pagará el sector y no los contribuyentes”. Un año después, Luis de Guindos, ministro de Economía del PP, ratificó el discurso: “Los contribuyentes no pondrán ni un euro en la reestructuración”. Posteriormente, ante la tozudez de los hechos, el ministro viró hacia un discurso más realista: “Hacemos todo lo necesario para minimizar el coste de la crisis para el contribuyente”.
Ya nadie duda de que la factura del hundimiento de parte de las antiguas cajas de ahorros tendrá un coste descomunal para los ciudadanos. No se puede precisar cuántos millones de los 41.400 aportados por Europa (además de los 14.404 millones adelantados por el Estado) se perderán para siempre porque todavía no se han hecho las cuentas definitivas ya que no se han vendido las entidades rescatadas más importantes: Bankia, Novagalicia Banco y Catalunya Banc. También se desconoce cómo acabará el banco malo, es decir, si necesitará o no más de los 2.160 millones que ha aportado el Estado a la Sareb, el 45% del capital.
De cualquier forma, y según los propios cálculos preliminares del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), se puede concluir que el grueso de lo invertido no se recuperará. También los datos de la Asociación Española de Banca, (AEB) van en esta línea. En junio pasado cifró en 33.000 millones las pérdidas reconocidas en la crisis.
Las cuentas de resultados del FROB, que no son cálculos definitivos, daban por perdidos 36.000 millones de los cerca de 52.000 millones que inyectó al sector hasta 2012. Para llegar a esta conclusión, el FROB realizó una valoración económica de sus participaciones en los bancos nacionalizados (ver cuadro). La mayor parte de esas pérdidas es de dinero procedente del rescate, aunque parte viene de las inyecciones de capital anteriores.
Según estos cálculos, Bankia tenía un valor provisional de 8.783 millones. El Gobierno confía en que esta cifra se supere cuando se privatice y eso alivie la factura final del rescate bancario. Ahora la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri vale unos 12.000 millones en Bolsa. El 70% es del Estado, es decir, que tiene un valor actual de unos 8.400 millones. El problema es que Novagalicia y Catalunya están valoradas en las cuentas del FROB en 4.740 millones, una cifra casi imposible de recuperar. Además, habrá que saber el futuro de las inyecciones de fondos a BMN, Liberbank y Caja España y las pérdidas adicionales a asumir por los esquemas de protección de activos.
En resumen, según el último informe del Banco de España, las antiguas cajas quebradas han recibido 61.366 millones. De esta cantidad, los contribuyentes españoles han puesto 53.482 millones (incluidos los de la troika) mientras que 7.884 millones los han aportado las entidades financieras a través de los Fondos de Garantía de Depósitos.
Íñigo de Barrón
Madrid, El País
Elena Salgado, vicepresidenta del Gobierno de Zapatero, afirmó en 2011: “La reestructuración del sector la pagará el sector y no los contribuyentes”. Un año después, Luis de Guindos, ministro de Economía del PP, ratificó el discurso: “Los contribuyentes no pondrán ni un euro en la reestructuración”. Posteriormente, ante la tozudez de los hechos, el ministro viró hacia un discurso más realista: “Hacemos todo lo necesario para minimizar el coste de la crisis para el contribuyente”.
Ya nadie duda de que la factura del hundimiento de parte de las antiguas cajas de ahorros tendrá un coste descomunal para los ciudadanos. No se puede precisar cuántos millones de los 41.400 aportados por Europa (además de los 14.404 millones adelantados por el Estado) se perderán para siempre porque todavía no se han hecho las cuentas definitivas ya que no se han vendido las entidades rescatadas más importantes: Bankia, Novagalicia Banco y Catalunya Banc. También se desconoce cómo acabará el banco malo, es decir, si necesitará o no más de los 2.160 millones que ha aportado el Estado a la Sareb, el 45% del capital.
De cualquier forma, y según los propios cálculos preliminares del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), se puede concluir que el grueso de lo invertido no se recuperará. También los datos de la Asociación Española de Banca, (AEB) van en esta línea. En junio pasado cifró en 33.000 millones las pérdidas reconocidas en la crisis.
Las cuentas de resultados del FROB, que no son cálculos definitivos, daban por perdidos 36.000 millones de los cerca de 52.000 millones que inyectó al sector hasta 2012. Para llegar a esta conclusión, el FROB realizó una valoración económica de sus participaciones en los bancos nacionalizados (ver cuadro). La mayor parte de esas pérdidas es de dinero procedente del rescate, aunque parte viene de las inyecciones de capital anteriores.
Según estos cálculos, Bankia tenía un valor provisional de 8.783 millones. El Gobierno confía en que esta cifra se supere cuando se privatice y eso alivie la factura final del rescate bancario. Ahora la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri vale unos 12.000 millones en Bolsa. El 70% es del Estado, es decir, que tiene un valor actual de unos 8.400 millones. El problema es que Novagalicia y Catalunya están valoradas en las cuentas del FROB en 4.740 millones, una cifra casi imposible de recuperar. Además, habrá que saber el futuro de las inyecciones de fondos a BMN, Liberbank y Caja España y las pérdidas adicionales a asumir por los esquemas de protección de activos.
En resumen, según el último informe del Banco de España, las antiguas cajas quebradas han recibido 61.366 millones. De esta cantidad, los contribuyentes españoles han puesto 53.482 millones (incluidos los de la troika) mientras que 7.884 millones los han aportado las entidades financieras a través de los Fondos de Garantía de Depósitos.