El Barcelona saca partido del caos


Sevilla, As
De nuevo, el Barça supo salir vivo del caos y sacar el máximo rédito del mínimo juego. La victoria por 1-4 en el campo del Betis combinada con el empate del Atlético de Madrid en Villarreal consolida al equipo de Martino como líder de la Liga, pero las sensaciones del juego volvieron a ser preocupantes más allá de la nueva lesión de Leo Messi, que apenas aguantó 20 minutos sobre el terreno de juego. Los primeros veinte minutos de partido fueron un calvario para los catalanes. Como acostumbra a pasar, Valdés con sus paradas fue el sostén a partir del cual el Barcelona empezó a carburar.


Pueden buscarse muchas excusas para justificar que el colista de la Liga (diezmado por las bajas, además) dominará en muchas fases del partido al líder de la competición. Que si el estado del campo, que si el Betis históricamente le crea problemas al equipo blaugrana o que si la abuela fuma… pero no serán más que eso, excusas para tratar de justificar a un equipo que gana, pero que indudablemente juega a otra cosa respecto al estilo que le hizo legendario. Esto no es más la constatación de un dato. No una crítica. A algunos les parecerá una herejía jugarle al contragolpe al último de la fila y a otros les parecerá un recurso totalmente lícito, pero que el Barcelona antes se sentía más cómodo en el orden y dibujando con escuadra y cartabón y que ahora se refocila haciendo garabatos y viviendo de la guerra de guerrillas es un hecho que cae por su propio peso.

El partido vino marcado por dos sucesos que influyeron definitivamente en su desarrollo. El primero fueron las milagrosas intervenciones de Valdés en los minutos 16 y 17 de partido, cuando el Betis tenía al Barça totalmente encerrado en su mitad de campo. El otro fue la lesión de Messi. Jamás hubiera imaginado que escribiría esto, pero la salida del argentino del campo tras una entrada de Nono en la que Leo se echó la mano al bíceps femoral marcó un antes y un después en el partido. Y lo que pasó a partir de ese momento fue mejor para el Barça. Vivir para ver.

En épocas muy cercanas, una lesión de Messi suponía un estado de depresión general en el barcelonismo, empezando por los propios jugadores que estaban sobre el césped. Ayer, en cambio, la salida del argentino del campo ejerció sobre el equipo un efecto liberador. Sin complejo alguno, el Barça empezó a practicar el juego directo. Asentado atrás en las paradas de Valdés y en la solvencia de un Marc Bartra que se revela como el central que está en mejor forma de todos los que tiene a su disposición el entrenador, el equipo blaugrana buscó el contragolpe de forma descarada. Y ahí, el Barça descosió cruelmente a un Betis que vio como en un decir Jesús pasaba de merecer ir ganando a perder por 0-2 tras dos vertiginosas acciones culminadas por Neymar y Pedro.

Con 0-2 a favor, el partido tenía muy mala pinta para un Betis que, justo es decirlo, siguió siendo valiente de mediocampo para adelante y muy blandito en defensa. En la reanudación, Verdú y Nono protagonizaron los últimos intentos de los locales por entrar a disputar el partido, pero el disparo del catalán se fue fuera por poco y el del gaditano se estrelló en el poste. Claramente, no era el día del Betis como se pudo comprobar cuando Fàbregas, de nuevo el mejor del partido, marcó dos goles más, el primero tras una jugada Old School del Barça de siempre y el último de cabeza y cojeando por molestias en una rodilla. El gol postrero de de Molina de penalti tras una acción desafortunada de Alves vino a dar un triste premio de consolación a los locales. En definitiva, un triunfo que hace al Barça más líder y que confirma que este equipo es feliz en el caos, lo que no quiere decir que sea un caos.

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