El Barcelona debate entre la excelencia y la efectividad

Barcelona, As
El Barcelona es líder, pero no parece feliz. La marcha del equipo estadísticamente es impecable: 34 puntos de 36 posibles es un gran botín, pero el debate en el entorno del equipo se centra en el juego. A Martino se le está poniendo una cara de Bobby Robson que asusta. Llegó el técnico inglés al Camp Nou después de Cruyff y a pesar de ganar tres de cuatro títulos, el público echó de menos la belleza del fútbol de su predecesor.


Los últimos resultados del Barça se empiezan a juzgar más en el plano estético que en el práctico, cosa que sorprende especialmente después de haber ganado al Real Madrid.

El triunfo ante los blancos ha servido para que el técnico argentino se asiente en sus convicciones y al tiempo que reconoce que "nos queda aún mucho margen de mejora" apunte con cierto resintimiento a sus críticos que "pero de momento ganamos, que es lo importante".

Jugadores. Es evidente que el Barça no juega como otros años, pero lo que está por ver si es a causa de la disposición táctica del entrenador o bien es porque hay jugadores lejos de su mejor estado de forma. De momento, éstos últimos salen de rositas del debate, aunque jugadores como Iniesta, Xavi, Piqué, Pedro y, especialmente, Messi, estén lejos de sus mejores versiones.

Declaraciones que inauguran un nuevo 'ismo' El Barça es un club cainita por tradición en el que los diversos 'ismos' se han ido enfrentando a lo largo de los años. Tras duelos entre kubalistas y suarista; cruyffistas y nuñistas o laportistas y rosellistas, parece que esta temporada se va a inaugurar el debate entre los resultadistas y los partidarios de un juego más parecido al de campañas anteriores. En el vestuario y en el palco no han dudado en salir a defender el estilo actual y se han afiliado en el resultadismo con frases más o menos acertadas, pero que vienen a demostrar que existe un debate encendido. En el caso del presidente del club, Sandro Rosell, puede que incluso el debate vaya más allá de lo futbolístico, porque sus palabras diciendo "los que dicen que el Barça juega mal es gente que no quiere que nos vaya bien" parecen trascender la defensa a Martino y tratar de montar un parapeto en el palco. En el vestuario, además de las explicaciones del Tata, Gerard Piqué fue de los más claros al defender que todo iba muy bien: "Imaginen que en cinco años sólo ganamos una Liga y una Copa. Pues bien, eso es lo que pasa en Madrid. Todo funciona".

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