Dos B-52 de EE UU sobrevuelan el espacio aéreo reclamado por China
Pekín declaró de forma unilateral el pasado fin de semana ampliar su zona de defensa aérea sobre unas islas que reclama suyas
Yolanda Monge
Washington, El País
Dos bombarderos B-52 norteamericanos han realizado este martes una misión de entrenamiento rutinaria en un espacio aéreo que desde el pasado fin de semana reclama China, cuando Pekín anunció, además de su tradicional reivindicación de unas islas que se disputa con Japón en el mar de China Oriental —las Senkaku, en japonés; las Diaoyu, en chino—, la declaración de una nueva “zona de identificación aérea” sobre las mismas. Según el Pentágono, las maniobras estaban planeadas mucho antes de que China cambiara las coordenadas creando esa nueva zona de defensa aérea, y continuará ejerciendo su derecho a volar por lo que considera espacio aéreo internacional.
A este respecto, la Casa Blanca ha emitido un comunicado en el que se refiere a la crisis abierta entre Japón y China pero en el que no menciona el sobrevuelo de sus aviones. En el comunicado expresa su deseo de que Pekín y Tokio resuelvan diplomáticamente su disputa en torno a las islas cuya soberanía reclaman ambos países —y un tercero, Taiwán—, y que se hallan bajo control de Tokio. “La política anunciada por China durante el fin de semana es innecesariamente provocadora”, aseguró el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest, en una rueda de prensa en California, donde se encuentra el presidente estadounidense, Barack Obama. “Estos son los tipos de problemas que no deberían abordarse con amenazas o lenguaje provocador, sino que pueden y deben ser resueltos de forma diplomática”, concluyó Earnest.
Un portaaviones norteamericano y una flotilla japonesa de barcos de guerra fondearán este miércoles en la zona marítima reclamada por China, lo que supone un claro indicador de la postura que tanto Washington como el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, van a adoptar a la hora de afrontar la crisis abierta por China. Pocas horas después de que Pekín anunciase el pasado fin de semana la creación de la zona de identificación aérea sobre las Senkaku / Diaoyu, el secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, hizo público un comunicado en el que mostró su profunda preocupación por la decisión de Pekín. “Vemos este movimiento como un intento desestabilizador de alterar el statu quo en la región”, declaró el responsable de Defensa. “La decisión unilateral incrementa el riesgo de confusión y de errores de cálculo”, advirtió Hagel.
Pekín insiste en que esa zona marítima es una fuente de recursos energéticos —en las inmediaciones hay un yacimiento de gas, el Chunxiao— y del sector pesquero que pertenece a China, lo que ha elevado en los últimos días la tradicional tensión entre China y Japón, que consideró la declaración china como “inaplicable”.
Según el portavoz del Pentágono, el coronel Steven Warren, Defensa no informó al Gobierno chino de que se iban a efectuar los sobrevuelos. La misión se desarrolló “sin incidentes”, con los dos bombarderos —sin carga— sobrevolando el espacio declarado de forma unilateral por China como zona de identificación aérea durante “menos de una hora”, según Warren.
El primer ministro de Japón ha definido este martes la postura que adoptará en este incidente —con riesgo de provocar una escalada de tensión en la zona— asegurando que dará “los pasos necesarios contra cualquier intento de alterar el statu quo mediante la fuerza”. Abe manifestó asimismo su determinación de “defender el espacio aéreo y marítimo” de su país. El desafío chino supone un reto para el partido conservador del primer ministro nipón, que llegó al poder en 2012 con la promesa de que su país dejara de tener un papel testimonial en términos militares y de reclamar el derecho a su propia defensa.
Yolanda Monge
Washington, El País
Dos bombarderos B-52 norteamericanos han realizado este martes una misión de entrenamiento rutinaria en un espacio aéreo que desde el pasado fin de semana reclama China, cuando Pekín anunció, además de su tradicional reivindicación de unas islas que se disputa con Japón en el mar de China Oriental —las Senkaku, en japonés; las Diaoyu, en chino—, la declaración de una nueva “zona de identificación aérea” sobre las mismas. Según el Pentágono, las maniobras estaban planeadas mucho antes de que China cambiara las coordenadas creando esa nueva zona de defensa aérea, y continuará ejerciendo su derecho a volar por lo que considera espacio aéreo internacional.
A este respecto, la Casa Blanca ha emitido un comunicado en el que se refiere a la crisis abierta entre Japón y China pero en el que no menciona el sobrevuelo de sus aviones. En el comunicado expresa su deseo de que Pekín y Tokio resuelvan diplomáticamente su disputa en torno a las islas cuya soberanía reclaman ambos países —y un tercero, Taiwán—, y que se hallan bajo control de Tokio. “La política anunciada por China durante el fin de semana es innecesariamente provocadora”, aseguró el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest, en una rueda de prensa en California, donde se encuentra el presidente estadounidense, Barack Obama. “Estos son los tipos de problemas que no deberían abordarse con amenazas o lenguaje provocador, sino que pueden y deben ser resueltos de forma diplomática”, concluyó Earnest.
Un portaaviones norteamericano y una flotilla japonesa de barcos de guerra fondearán este miércoles en la zona marítima reclamada por China, lo que supone un claro indicador de la postura que tanto Washington como el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, van a adoptar a la hora de afrontar la crisis abierta por China. Pocas horas después de que Pekín anunciase el pasado fin de semana la creación de la zona de identificación aérea sobre las Senkaku / Diaoyu, el secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, hizo público un comunicado en el que mostró su profunda preocupación por la decisión de Pekín. “Vemos este movimiento como un intento desestabilizador de alterar el statu quo en la región”, declaró el responsable de Defensa. “La decisión unilateral incrementa el riesgo de confusión y de errores de cálculo”, advirtió Hagel.
Pekín insiste en que esa zona marítima es una fuente de recursos energéticos —en las inmediaciones hay un yacimiento de gas, el Chunxiao— y del sector pesquero que pertenece a China, lo que ha elevado en los últimos días la tradicional tensión entre China y Japón, que consideró la declaración china como “inaplicable”.
Según el portavoz del Pentágono, el coronel Steven Warren, Defensa no informó al Gobierno chino de que se iban a efectuar los sobrevuelos. La misión se desarrolló “sin incidentes”, con los dos bombarderos —sin carga— sobrevolando el espacio declarado de forma unilateral por China como zona de identificación aérea durante “menos de una hora”, según Warren.
El primer ministro de Japón ha definido este martes la postura que adoptará en este incidente —con riesgo de provocar una escalada de tensión en la zona— asegurando que dará “los pasos necesarios contra cualquier intento de alterar el statu quo mediante la fuerza”. Abe manifestó asimismo su determinación de “defender el espacio aéreo y marítimo” de su país. El desafío chino supone un reto para el partido conservador del primer ministro nipón, que llegó al poder en 2012 con la promesa de que su país dejara de tener un papel testimonial en términos militares y de reclamar el derecho a su propia defensa.