Rakitic al rescate del Sevilla
Sevilla, Marca
Hasta el minuto 92 de partido, el Almería había logrado atar en corto a Ivan Rakitic. Su entrenador, Francisco Rodríguez, sabía perfectamente que casi todo el fútbol de los nervionenses pasa por el pie derecho del croata, así que aleccionó a sus hombres para que taparan sus envenenados pases en largo.
El plan había salido a las mil maravillas, hasta ese fatídico minuto en el que Rakitic rondó al fin el área y desequilibró la contienda de forma definitiva con un certero cabezazo a bocajarro que superó a Esteban sin remisión.
Llegaron los mejores minutos del Sevilla en lo que va de torneo liguero, con numerosas ocasiones para cerrar la contienda a las primeras de cambio
Decimos al fin porque el croata es un centrocampista con bastante llegada pero Emery se empeña en retrasarlo hasta el doble pivote. Rakitic pierde así una de sus grandes virtudes, aunque su esfuerzo en el doble pivote es encomiable. Como sea, es decisión del técnico vasco y suyo será el éxito o el fracaso del invento. A nosotros, lo reiteramos, no nos convence.
Con ese testarazo, Rakitic sumó mucho más que tres puntos, porque el triunfo es una inyección de moral para un proyecto que no anda sobrado de ella. De hecho, evitó una más que posible bronca del respetable, porque su equipo había sido incapaz de superar al colista.
Y eso que lo tuvo de cara, porque Gameiro aprovechó un regalo de Christian, que sacó de forma defectuosa un saque de banda, para superar a Esteban y adelantar a los locales en el electrónico. Era el escenario ideal para explotar la velocidad de sus puntas, entre otras cosas porque el Almería se fue arriba en busca del empate.
Llegaron, eso sí, los mejores minutos del Sevilla en lo que va de torneo liguero, con numerosas ocasiones para cerrar la contienda a las primeras de cambio, pero lo que ocurrió fue que el Almería equilibró la balanza en su primera chace de la tarde. Pase de Suso a la espalda del siempre lento Fazio que Rodri aprovechaba para batir a Beto.
El Almería defendió fatal la acción del 2-1, porque Marin centró casi sin oposición y Rakitic remató como Pedro por su casa
Rabello pudo marcar muy poco después el 2-1, pero el larguero repelió su remate. Era el segundo palo del Sevilla tras un cabezazo de Iborra a saque de córner. Como sea, el partido se abrió y las oportunidades se sucedieron. Aleix Vidal estuvo muy cerca de superar a Beto en su salida pero el cancerbero luso detuvo finalmente el esférico cuando éste le había superado en primera instancia. Ni que decir tiene que Fazio también salía en la foto.
Un remate tan franco como fallido de Gameiro, tras un eslalon marca de la casa de Jairo, fue el preludio de la lesión del delantero francés, una baja que pesó lo suyo en el segundo acto, porque Bacca tiene gol pero está muy lejos de abrir espacios como hace el francés con su incesante movilidad.
Así las cosas, la segunda parte fue mucho más igualadad. El Sevilla se atascó en la misma medida que el Almería crecía, aunque los de Francisco no acabaron de creérselo del todo y acabaron regalando la pelota en los instantes finales. Craso error.
Un Almería que volvió a demostrar buenas maneras pero que sigue sin sumar un triunfo en esta Liga. Para más inri, el revés volvió a llegar en los minutos de prolongación. Algo mal estará haciendo este equipo cuando el drama es ya recurrente. De momento, y a la espera de un análisis más exhaustivo, defendió fatal la acción del 2-1, porque Marin centró casi sin oposición y Rakitic remató como Pedro por su casa, sin que nadie le molestara lo más mínimo.
El triunfo debe dar mayor empaque a un Sevilla que se sitúa ya en la parte media de la tabla, aunque ciertos problemas, como su endeblez defensiva, siguen vigentes. En cuanto al Almería, perdió una estupenda oportunidad de remontar el vuelo. La pregunta consiguiente es saber cuántas balas le quedan a Francisco en la recámara, una pregunta que quizás descubramos dentro de dos semanas.
Hasta el minuto 92 de partido, el Almería había logrado atar en corto a Ivan Rakitic. Su entrenador, Francisco Rodríguez, sabía perfectamente que casi todo el fútbol de los nervionenses pasa por el pie derecho del croata, así que aleccionó a sus hombres para que taparan sus envenenados pases en largo.
El plan había salido a las mil maravillas, hasta ese fatídico minuto en el que Rakitic rondó al fin el área y desequilibró la contienda de forma definitiva con un certero cabezazo a bocajarro que superó a Esteban sin remisión.
Llegaron los mejores minutos del Sevilla en lo que va de torneo liguero, con numerosas ocasiones para cerrar la contienda a las primeras de cambio
Decimos al fin porque el croata es un centrocampista con bastante llegada pero Emery se empeña en retrasarlo hasta el doble pivote. Rakitic pierde así una de sus grandes virtudes, aunque su esfuerzo en el doble pivote es encomiable. Como sea, es decisión del técnico vasco y suyo será el éxito o el fracaso del invento. A nosotros, lo reiteramos, no nos convence.
Con ese testarazo, Rakitic sumó mucho más que tres puntos, porque el triunfo es una inyección de moral para un proyecto que no anda sobrado de ella. De hecho, evitó una más que posible bronca del respetable, porque su equipo había sido incapaz de superar al colista.
Y eso que lo tuvo de cara, porque Gameiro aprovechó un regalo de Christian, que sacó de forma defectuosa un saque de banda, para superar a Esteban y adelantar a los locales en el electrónico. Era el escenario ideal para explotar la velocidad de sus puntas, entre otras cosas porque el Almería se fue arriba en busca del empate.
Llegaron, eso sí, los mejores minutos del Sevilla en lo que va de torneo liguero, con numerosas ocasiones para cerrar la contienda a las primeras de cambio, pero lo que ocurrió fue que el Almería equilibró la balanza en su primera chace de la tarde. Pase de Suso a la espalda del siempre lento Fazio que Rodri aprovechaba para batir a Beto.
El Almería defendió fatal la acción del 2-1, porque Marin centró casi sin oposición y Rakitic remató como Pedro por su casa
Rabello pudo marcar muy poco después el 2-1, pero el larguero repelió su remate. Era el segundo palo del Sevilla tras un cabezazo de Iborra a saque de córner. Como sea, el partido se abrió y las oportunidades se sucedieron. Aleix Vidal estuvo muy cerca de superar a Beto en su salida pero el cancerbero luso detuvo finalmente el esférico cuando éste le había superado en primera instancia. Ni que decir tiene que Fazio también salía en la foto.
Un remate tan franco como fallido de Gameiro, tras un eslalon marca de la casa de Jairo, fue el preludio de la lesión del delantero francés, una baja que pesó lo suyo en el segundo acto, porque Bacca tiene gol pero está muy lejos de abrir espacios como hace el francés con su incesante movilidad.
Así las cosas, la segunda parte fue mucho más igualadad. El Sevilla se atascó en la misma medida que el Almería crecía, aunque los de Francisco no acabaron de creérselo del todo y acabaron regalando la pelota en los instantes finales. Craso error.
Un Almería que volvió a demostrar buenas maneras pero que sigue sin sumar un triunfo en esta Liga. Para más inri, el revés volvió a llegar en los minutos de prolongación. Algo mal estará haciendo este equipo cuando el drama es ya recurrente. De momento, y a la espera de un análisis más exhaustivo, defendió fatal la acción del 2-1, porque Marin centró casi sin oposición y Rakitic remató como Pedro por su casa, sin que nadie le molestara lo más mínimo.
El triunfo debe dar mayor empaque a un Sevilla que se sitúa ya en la parte media de la tabla, aunque ciertos problemas, como su endeblez defensiva, siguen vigentes. En cuanto al Almería, perdió una estupenda oportunidad de remontar el vuelo. La pregunta consiguiente es saber cuántas balas le quedan a Francisco en la recámara, una pregunta que quizás descubramos dentro de dos semanas.