Pobladores de 3 comunidades de Apolo abandonan sus casas y se encierran en sindicato e internado
Las comunidades de Copacabana, Piedra Blanca y Miraflores, que pertenecen al municipio de Apolo, han sido abandonadas en su totalidad por las mujeres, niños y ancianos que quedaban después de los hechos de sangre del 19 de octubre.
Los varones huyeron desde horas después de la emboscada que acabó con la vida de cuatro miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), los que además de recibir disparos de bala, fueron torturados.
El crimen ocurrió en Miraflores, donde la FTC se aprestaba a erradicar la coca excedentaria. Diez días después, toda la coca ilegal de esas tres poblaciones ha sido erradicada, informó a Oxígeno el periodista Humberto Pacosillo, de la radio Madidi, que es parte de la Red Erbol.
“Nos sembramos yuca, maíz. Ahora toda la coca se lo han sacado”, dijo a radio Madidi doña Asunta, quien luego se echó a llorar.
“¿Por qué dejaron sus viviendas?”, preguntó Oxígeno a Pacosillo. “Por miedo. En las comunidades sólo están militares y policías y la gente tiene miedo. Comparten comida de una olla común y duermen juntos”, dijo.
“Han erradicado coca, han quemado documentos de nuestros hijos. Han quemado carnets, certificados, libretas. Entran a las casas”, dijo otra entrevistada por Pacosillo.
A este se suma que las clases se suspendieron desde hace una semana, por lo que niños y jóvenes permanecen con sus madres en la sede sindical de Miraflores y el internado de la parroquia de Apolo.
Heridos
El periodista también informó que en este bando quedaron unas 20 personas heridas el 19 de octubre, varias de ellas incluso con impacto de bala. “Uno de ellos recibió un disparo, pero no quiso ser atendido por un médico por temor a ser detenido. Ahora nadie sabe dónde está”.
La intensa lluvia de la tarde impidió que se realice una marcha convocada por las mujeres, quienes exigen “justicia” y poner fin a la situación de incertidumbre en que se encuentran.
Apolo tiene 20.217 habitantes, según el censo de 2012, de cuales menos de 1.800 se dedican a la producción de coca. De esta cantidad de productores, unos 750 son considerados productores “ilegales”.
