Oriente perdió el rumbo

GERY ZURITA MUSTAFÁ
EL DEBER
El empate fue un premio demasiado grande para Oriente, que fue superado por un Guabirá que tiene otra cara desde que asumió David de la Torre. El partido en el Tahuichi terminó 2-2, aunque bien pudo inclinarse para los azucareros que siguen sumando en su afán por escalar lo más que se pueda en este torneo Apertura, mientras que los albiverdes no salen de la crisis.


Ni siquiera la idea de jugar con un 4-3-3 le ayudó a Oriente, pues los tres delanteros (Bargas, Duk y Peña) no tuvieron una buena presión sobre la salida del rival y los tres volantes (D. Bejarano, Saucedo y Díaz) no consiguieron la recuperación rápida del balón y mucho menos generación de juego.

Guabirá, en cambio, manejó bien el balón, pues con Torrico, Tórrez y Burgos, además de contención tenían precisión y buen pie con el balón siempre en el piso, y por si fuera poco, Matías García se puso el equipo al hombro, creó e inventó pases para los delanteros Ríos y Castillo, que de haber estado finos hubieran terminado el primer tiempo con una diferencia clara en favor de los rojos.

Los azucareros asustaron al arquero Carlos Arias. Tórrez, con un derechazo que el meta albiverde detuvo (13’), luego Darwin Ríos estrelló el balón en el travesaño tras un zurdazo, a los 21’, y cuatro minutos después el mismo delantero perdió la chance cuando estuvo cara a cara con el portero y su disparo se fue por un lado del palo izquierdo. En igual situación estuvo Castillo, que anotó, pero el juez cobró fuera de juego.

En Oriente, Bargas tuvo dos buenas intervenciones, una tras quedar de frente al arco y disparar con pierna zurda, pero Elduayen respondió, igual que tras un cabezazo de Peña, que quedó solo luego del centro de Bargas.

Cuando menos se lo esperaba, Bargas ingresó al área y, tras enfrentar a Rioja, se cayó y el árbitro Óscar Maldonado cobró penal. Duk abrió la cuenta con un fuerte remate (42’). Guabirá no lo merecía y para colmo Torrico vio la roja tras una falta sobre Danny Bejarano.

Guabirá siguió igual

Como el medio de Oriente era frágil, el DT de Guabirá no hizo variantes y con un hombre menos el equipo visitante mostró personalidad para controlar el balón y salir de contragolpe con Ríos y Castillo, que mostraron un gran despliegue físico.

A los 57’ un balón mal despejado dentro del área grande por De Muner le quedó a Tórrez, que sacó un derechazo que venció a Arias. Fue el 1-1. El equipo de Pompei sintió el gol y Guabirá creyó en su capacidad para anotar el segundo.

Tras un balón largo de Elduayen, Ríos ganó la posición sobre el balón a De Muner que no tuvo otra opción que derribarlo dentro del área, por lo que el juez cobró penal (69’). Castillo se encargó de poner justicia en el resultado concretando la pena máxima, aunque prefirió no festejar y pidió disculpas a la hinchada albiverde, pues es hincha de Oriente.

El empate fue por medio de un cabezazo de Peña, que ganó a la defensa roja tras un centro de Rodríguez a los 81’

POMPEI DICE QUE EL CULPABLE ES ÉL
Como siempre, el técnico de Oriente, Roberto Pompei, no quiso buscar culpables por el mal momento de su equipo, y dejó claro que el único culpable de esta situación es él. Si tiene que tomar una decisión el primero en conocerla será el presidente del club, Miguel Ángel Antelo, con el que espera reunirse hoy.

“Si el equipo no juega bien, es porque no entiende la idea que el entrenador tiene, y si eso pasa yo soy el culpable”, apuntó el entrenador del equipo refinero, que en los últimos dos partidos en el Tahuichi solo consiguió un punto (cayó ante Wilstermann y ayer igualó ante los azucareros).

La bronca de ‘Tito’ es porque no encuentra la fórmula para que sus dirigidos cambien de actitud. En este torneo, el DT cambió de sistema constantemente, pues quería darle la vuelta al mal juego que venía mostrando su equipo, que no tiene nada que ver con el que terminó jugando el Clausura.

Sobre el nivel de los jugadores, el DT dijo que ni los extranjeros ni los nacionales están en un buen momento, pues por ello es que en casi todos los partidos de este certamen solo tuvo a Brau y De Muner como titulares indiscutibles. El resto tuvo pocos partidos de entrada.

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