Los incendios en Australia amenazan con llegar a las puertas de Sídney

Sidney, AFP
Los bomberos australianos reforzaron su dispositivo este domingo para hacer frente a los gigantescos incendios que asuelan la región de Sídney, atizados por una combinación de sequía, altas temperaturas y vientos de hasta 100 km por hora.
Más de 200 viviendas han sido destruidas y otras 120 dañadas en los incendios que asuelan desde hace una semana el Estado de Nueva Gales del Sur.


El peor se ha registrado en las Montañas Azules, a un centenar de kilómetros al oeste de Sídney, que cubrió el cielo de la ciudad con humo y cenizas.

Mientras los daños materiales son cuantiosos, los humanos son limitados hasta ahora. Un hombre de 63 años murió, probablemente, a causa de una crisis cardíaca cuando trataba de proteger su casa de las llamas en el norte de Sídney, donde los habitantes hablaban de un “apocalipsis”.

El domingo había tres focos abiertos en las Montañas Azules y se teme que en los próximos dos días puedan unirse para formar un gigantesco incendio, lo que podría llevar el fuego a las puertas de Sídney.

“Nos estamos preparando para lo peor, pero confiamos en que no ocurra”
El primer ministro del Estado, Barry O’Farrel, decretó el estado de emergencia y ha dejado en manos de los bomberos la decisión de evacuar forzosamente a la gente y multar a los que se nieguen a abandonar sus casas.

Este domingo se emitió una orden de evacuación de la localidad de Bell en las Montañas Azules y en Sídney y sus alrededores está terminantemente prohibido encender fuegos.

“Nos estamos preparando para lo peor, pero confiamos en que no ocurra”, dijo O’Farrel.

Los bomberos tuvieron un respiro el viernes y sábado debido a una caída de las temperaturas y la remisión del viento, pero las condiciones climatológicas amenazaban con deteriorarse de nuevo este domingo con vientos huracanados de hasta 100 km/h.

“Nos encontramos ante una situación sin precedentes en cuanto al riesgo y la exposición de la región de las Montañas Azules y de Hawkesbury”, dijo el jefe de los bomberos de la región, Shane Fitzsimmons, que vaticinó que los próximos días serán muy difíciles.

Hay que remontarse a los años 1960 para encontrar unas condiciones similares, pese a que los incendios son mucho más importantes, según Fitzimmons.

Los incendios suelen ser frecuentes en Australia de diciembre a febrero, los meses del verano austral, pero este año han empezado mucho antes debido al cálido invierno y a las altas temperaturas. En 2009, en un incendio en el Estado de Victoria (sur) murieron 173 personas, y miles de viviendas quedaron reducidas a cenizas.

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