F1: Lewis Hamilton: "Fernando y yo nos merecemos otra cosa"
Suzuka, As
A pesar de esa cara dulce que tanto gusta a algunas mujeres, figura de chocolate y todo eso dicen ellas..., lo cierto es que con su gorra de rapero de Harlem y mil tatuajes, encontrarse a Hamilton tras una esquina en una noche solitaria no es de las mejores cosas que le pueden pasar a uno. Si no le conoces, claro. Lo mismo sucede si le ves por detrás en los retrovisores. El británico se ha ganado fama merecida de ser uno de los pilotos más agresivos de la parrilla. Y por eso es amado, también por los más puros aficionados a la F-1. Sin embargo, en Corea estuvo detrás de Hulkenberg y su Sauber media carrera sin poder pasarle, aunque sí ofreció motivos para la alegría de sus numerosos seguidores que pudiera contener a Alonso y su Ferrari.
Esa lucha fue lo mejor del gran premio, más allá de Vettel y sus cosas. Pero dejó a sus protagonistas, excepción hecha de Nico y su cuarto prodigioso, exhaustos y frustrados. Al asturiano se le ve resignado en una rabia interior justificada y lógica. Y algo parecido le sucede a Lewis. Ambos saben que para la mayor parte del universo de la F-1 están considerados los dos mejores pilotos, pero sin embargo un alemán rubiales va camino de su cuarto título consecutivo. Eso no le gusta a Hamilton, no lo ve de justicia. Y se explica.
“Es algo muy extraño realmente, Alonso y yo peleando por el quinto y el sexto puesto de esa manera, para al final tener nuestra propia carrera; sólo por eso cuando somos de un nivel superior que eso, muy superior, tenemos que estar más adelante, en la lucha de los campeones del mundo, en la parte delantera con Vettel y contra Vettel”, declaró el inglés después de la prueba en la que acabó a 25 segundos del germano de Red Bull.
Tanto el español como su antiguo enemigo íntimo estaban satisfechos de su batalla, creen que esa es la F-1 “normal”. Así lo explicó Lewis: “Fue muy divertido luchar contra Fernando, pero fue una carrera decepcionante para los dos, nos habría gustado terminar mejor y creo que merecemos más, igual que nosotros en el equipo también merecemos más, pero las cosas salen como salen”. Un duelo repetido del que disfruta Lewis: “Si te has batido alguna vez con Alonso ya no le temes a nadie más. Es el más fuerte con el que me he medido”, afirmó ayer el británico en el diario alemán ‘Frankfurter Allgemeine’.
Su Mercedes es un coche rápido, pero le suelen pasar cosas. En Corea, otra vez los neumáticos, esos Pirelli en boca de todos: “El coche iba bien, pero de repente los neumáticos de delante se vinieron abajo. Desde el muro me decían que pasaban por la fase de ‘graining’ y no podía girar en las curvas. Tuve que hacer diez o quince vueltas con ese neumático y perdí mucho tiempo. Y después atrapado tras un Sauber que tenía una tracción increíble”. Y así pasó, quedó por delante de los dos campeones mejor considerados del paddock.
A pesar de esa cara dulce que tanto gusta a algunas mujeres, figura de chocolate y todo eso dicen ellas..., lo cierto es que con su gorra de rapero de Harlem y mil tatuajes, encontrarse a Hamilton tras una esquina en una noche solitaria no es de las mejores cosas que le pueden pasar a uno. Si no le conoces, claro. Lo mismo sucede si le ves por detrás en los retrovisores. El británico se ha ganado fama merecida de ser uno de los pilotos más agresivos de la parrilla. Y por eso es amado, también por los más puros aficionados a la F-1. Sin embargo, en Corea estuvo detrás de Hulkenberg y su Sauber media carrera sin poder pasarle, aunque sí ofreció motivos para la alegría de sus numerosos seguidores que pudiera contener a Alonso y su Ferrari.
Esa lucha fue lo mejor del gran premio, más allá de Vettel y sus cosas. Pero dejó a sus protagonistas, excepción hecha de Nico y su cuarto prodigioso, exhaustos y frustrados. Al asturiano se le ve resignado en una rabia interior justificada y lógica. Y algo parecido le sucede a Lewis. Ambos saben que para la mayor parte del universo de la F-1 están considerados los dos mejores pilotos, pero sin embargo un alemán rubiales va camino de su cuarto título consecutivo. Eso no le gusta a Hamilton, no lo ve de justicia. Y se explica.
“Es algo muy extraño realmente, Alonso y yo peleando por el quinto y el sexto puesto de esa manera, para al final tener nuestra propia carrera; sólo por eso cuando somos de un nivel superior que eso, muy superior, tenemos que estar más adelante, en la lucha de los campeones del mundo, en la parte delantera con Vettel y contra Vettel”, declaró el inglés después de la prueba en la que acabó a 25 segundos del germano de Red Bull.
Tanto el español como su antiguo enemigo íntimo estaban satisfechos de su batalla, creen que esa es la F-1 “normal”. Así lo explicó Lewis: “Fue muy divertido luchar contra Fernando, pero fue una carrera decepcionante para los dos, nos habría gustado terminar mejor y creo que merecemos más, igual que nosotros en el equipo también merecemos más, pero las cosas salen como salen”. Un duelo repetido del que disfruta Lewis: “Si te has batido alguna vez con Alonso ya no le temes a nadie más. Es el más fuerte con el que me he medido”, afirmó ayer el británico en el diario alemán ‘Frankfurter Allgemeine’.
Su Mercedes es un coche rápido, pero le suelen pasar cosas. En Corea, otra vez los neumáticos, esos Pirelli en boca de todos: “El coche iba bien, pero de repente los neumáticos de delante se vinieron abajo. Desde el muro me decían que pasaban por la fase de ‘graining’ y no podía girar en las curvas. Tuve que hacer diez o quince vueltas con ese neumático y perdí mucho tiempo. Y después atrapado tras un Sauber que tenía una tracción increíble”. Y así pasó, quedó por delante de los dos campeones mejor considerados del paddock.