El Papa pregunta a los fieles: “¿Cuántas veces damos las gracias a quien nos ayuda?”
Ciudad del Vaticano, EFE
El papa Francisco instó hoy a reflexionar a los fieles sobre si son sólo “cristianos a ratos” o “para siempre”, durante su homilía en la misa celebrada hoy en la plaza de San Pedro con ocasión de la jornada Mariana del año de la Fe.
“¿Soy un cristiano a ratos o soy siempre cristiano? La cultura de lo provisional, de lo relativo, entra también en la vida de fe. Dios nos pide que le seamos fieles cada día, en las cosas ordinarias”, dijo.
En su sermón, dedicado a la fidelidad de María a Cristo, el papa argentino destacó lo fácil que es decir “sí”, pero cómo después no se consigue repetir este “sí” cada día, y citó el ejemplo del fracaso de los matrimonios.
“Pensemos cuántas veces nos hemos entusiasmado con una cosa, con un proyecto, con una tarea, pero después, ante las primeras dificultades, hemos tirado la toalla. Y esto, desgraciadamente, sucede también con nuestras opciones fundamentales, como el matrimonio. La dificultad de ser constantes, de ser fieles a las decisiones tomadas, a los compromisos asumidos”, dijo.
El papa también preguntó a los fieles si en su vida cotidiana decían “gracias, perdón y permiso” o lo “daban por descontado”.
“¡Decir gracias es tan fácil y, sin embargo, tan difícil! ¿Cuántas veces nos decimos gracias en la familia? ¿Cuántas veces damos las gracias a quien nos ayuda, se acerca a nosotros, nos acompaña en la vida? ¡Muchas veces damos todo por descontado! Y así hacemos también con Dios”, agregó.
En el altar instalado en la plaza de San Pedro se encontraba la talla original de la Virgen de Fátima, llegada ayer desde Portugal para esta ocasión.
La imagen de la Virgen de Fátima, que ha salido del santuario portugués de Cova da Iria en contadas ocasiones, tras llegar ayer al Vaticano en helicóptero fue llevada en procesión primero al monasterio Mater Ecclesiae, donde se aloja el papa emérito Benedicto XVI, y después a la residencia de Santa Marta, donde vive el pontífice argentino, ambas en los Jardines vaticanos.
La talla llegó posteriormente a la plaza de San Pedro donde el papa celebró un momento de oración y después fue trasladada al Santuario del Divino Amor, en las afueras de Roma, donde se rezó el rosario.
Tras la misa de hoy, la imagen regresará de nuevo a Portugal.
El papa Francisco instó hoy a reflexionar a los fieles sobre si son sólo “cristianos a ratos” o “para siempre”, durante su homilía en la misa celebrada hoy en la plaza de San Pedro con ocasión de la jornada Mariana del año de la Fe.
“¿Soy un cristiano a ratos o soy siempre cristiano? La cultura de lo provisional, de lo relativo, entra también en la vida de fe. Dios nos pide que le seamos fieles cada día, en las cosas ordinarias”, dijo.
En su sermón, dedicado a la fidelidad de María a Cristo, el papa argentino destacó lo fácil que es decir “sí”, pero cómo después no se consigue repetir este “sí” cada día, y citó el ejemplo del fracaso de los matrimonios.
“Pensemos cuántas veces nos hemos entusiasmado con una cosa, con un proyecto, con una tarea, pero después, ante las primeras dificultades, hemos tirado la toalla. Y esto, desgraciadamente, sucede también con nuestras opciones fundamentales, como el matrimonio. La dificultad de ser constantes, de ser fieles a las decisiones tomadas, a los compromisos asumidos”, dijo.
El papa también preguntó a los fieles si en su vida cotidiana decían “gracias, perdón y permiso” o lo “daban por descontado”.
“¡Decir gracias es tan fácil y, sin embargo, tan difícil! ¿Cuántas veces nos decimos gracias en la familia? ¿Cuántas veces damos las gracias a quien nos ayuda, se acerca a nosotros, nos acompaña en la vida? ¡Muchas veces damos todo por descontado! Y así hacemos también con Dios”, agregó.
En el altar instalado en la plaza de San Pedro se encontraba la talla original de la Virgen de Fátima, llegada ayer desde Portugal para esta ocasión.
La imagen de la Virgen de Fátima, que ha salido del santuario portugués de Cova da Iria en contadas ocasiones, tras llegar ayer al Vaticano en helicóptero fue llevada en procesión primero al monasterio Mater Ecclesiae, donde se aloja el papa emérito Benedicto XVI, y después a la residencia de Santa Marta, donde vive el pontífice argentino, ambas en los Jardines vaticanos.
La talla llegó posteriormente a la plaza de San Pedro donde el papa celebró un momento de oración y después fue trasladada al Santuario del Divino Amor, en las afueras de Roma, donde se rezó el rosario.
Tras la misa de hoy, la imagen regresará de nuevo a Portugal.