El número uno ya es Valdés
El meta alcanza la titularidad de La Roja gracias a su excelente estado de forma y a la suplencia de Casillas, que ha jugado solo 105 minutos esta temporada, 10 veces menos que el azulgrana
Luis Martín / Faustino Sáez
Madrid, El País
Valdés, el niño que no quería ser portero, se ha ganado ser titular en La Roja. Empecinado en ser justo, Vicente Del Bosque apostó por él contra Bielorrusia, con tantas razones como las que esgrimió cuando mantuvo su confianza en Iker Casillas como portero titular de la selección española en la Copa Confederaciones, a pesar de que había terminado la temporada siendo suplente en el Real Madrid. Del Bosque insistió en Casillas en el trascendental encuentro contra Finlandia, el pasado 6 de septiembre, y contra pronóstico —venía de ser suplente en el arranque de Liga, y sólo había jugado un par de amistosos, el Teresa Herrera y el Santiago Bernabéu—, le hizo jugar su partido 150 con La Roja.
Al seleccionador no pareció importarle que Valdés, de 31 años, hubiera arrancado la temporada como un tiro, siendo decisivo en la consecución del primer título, la Supercopa de España, para el Barcelona, y hubo quien le criticó por ello. “En el fútbol hay que tener memoria”, respondió al justificarse Del Bosque, muy consciente de que Casillas (32 años) vivía inmerso en un desagradable debate en su club, suplente y en entredicho, y pedía a gritos un espaldarazo moral. Y Del Bosque lo tuvo en cuenta y se lo dio: “Jugarán los mejores”, anunció el jueves, la víspera del partido contra Bielorrusia. Y puso bajo los palos a Valdés. “Son situaciones distintas. Contra Finlandia tenían el mismo ritmo, de entrenamiento y de partidos. En las últimas cinco semanas Casillas solo ha jugado un partido”, explicó después. “Ya veremos si el martes [ante Georgia] cambiamos o no de portero”, añadió.
Se entiende que Del Bosque, en medio del debate sobre Iker, trató de proteger al capitán y le dio su confianza, pero que, llegado a este punto, necesitaba demostrar que en la selección no se juega por los méritos acumulados, sino por estar en forma. Y parece evidente que en España no hay portero más en forma que Valdés.
A Iker el banquillo siempre pareció provocarle alergia, porque no lo cataba nunca. Desde el año 2002 solo había desaparecido de la alineación titular del Real Madrid en nueve encuentros de Liga: dos por sanción, uno por lesión y seis en encuentros de escasa importancia, en las últimas jornadas en las que, generoso, comprendía que el compañero de turno, con la temporada resuelta, merecía su oportunidad. Hasta que Mourinho decidió sentarle en Málaga, Iker no había sido suplente por decisión técnica desde un Deportivo-Real Madrid del 10 de mayo de 2002.
En la selección nunca hubo duda desde que antes del Mundial de Corea-Japón de ese año una extraña lesión de Cañizares le llevó a la portería: La Roja eran Iker y 10 más. Siempre fue así hasta el sábado 22 de diciembre del año pasado. En La Rosaleda, Casillas fue suplente con el Madrid y Mourinho justificó su decisión diciendo: “Adán está mejor”. Desde aquel sábado el de Móstoles no levanta cabeza. Volvió a jugar, sí, pero una patada de Arbeloa en un partido contra el Valencia le mandó a la enfermería.
Casillas acumuló 460 minutos (264 en Liga y 196 en Copa) en el resto de la temporada 2012-13 y lleva jugados 105 minutos (en dos partidos de Champions) en lo que va de la 2013-14. Poco comparado con la hoja de servicios de Valdés, titular el pasado viernes en Son Moix. El portero catalán, entre diciembre y el final de la temporada, jugó 1.890 minutos (1.350 en Liga y 540 en Champions), y en lo que va de curso suma 1.080 minutos (720 en Liga, 180 en Champions y 180 en la Supercopa) por los 105 minutos de Iker. Además de jugar más, Valdés ha jugado muy bien y ha sido determinante.
Desde que Del Bosque llamó por vez primera a Valdés a la selección, en la lista del Mundial 2010, el catalán ha disputado 18 partidos con La Roja para un total de 1.189 minutos y ha realizado 27 paradas, encajando ocho goles; en ese mismo espacio de tiempo, Casillas suma 47 partidos, 3.458 minutos, 76 paradas y 24 goles.
Muy fuerte mentalmente, Valdés supo salir adelante de la comprometida situación a la que le llevó comunicar en enero que no pensaba renovar contrato con el Barcelona el próximo 30 de junio. Está por ver cómo sale de esta Casillas, suplente en su club y apartado de la titularidad en la selección. Hoy es difícil negarle a Del Bosque que tenga razones para apostar por Valdés.
Luis Martín / Faustino Sáez
Madrid, El País
Valdés, el niño que no quería ser portero, se ha ganado ser titular en La Roja. Empecinado en ser justo, Vicente Del Bosque apostó por él contra Bielorrusia, con tantas razones como las que esgrimió cuando mantuvo su confianza en Iker Casillas como portero titular de la selección española en la Copa Confederaciones, a pesar de que había terminado la temporada siendo suplente en el Real Madrid. Del Bosque insistió en Casillas en el trascendental encuentro contra Finlandia, el pasado 6 de septiembre, y contra pronóstico —venía de ser suplente en el arranque de Liga, y sólo había jugado un par de amistosos, el Teresa Herrera y el Santiago Bernabéu—, le hizo jugar su partido 150 con La Roja.
Al seleccionador no pareció importarle que Valdés, de 31 años, hubiera arrancado la temporada como un tiro, siendo decisivo en la consecución del primer título, la Supercopa de España, para el Barcelona, y hubo quien le criticó por ello. “En el fútbol hay que tener memoria”, respondió al justificarse Del Bosque, muy consciente de que Casillas (32 años) vivía inmerso en un desagradable debate en su club, suplente y en entredicho, y pedía a gritos un espaldarazo moral. Y Del Bosque lo tuvo en cuenta y se lo dio: “Jugarán los mejores”, anunció el jueves, la víspera del partido contra Bielorrusia. Y puso bajo los palos a Valdés. “Son situaciones distintas. Contra Finlandia tenían el mismo ritmo, de entrenamiento y de partidos. En las últimas cinco semanas Casillas solo ha jugado un partido”, explicó después. “Ya veremos si el martes [ante Georgia] cambiamos o no de portero”, añadió.
Se entiende que Del Bosque, en medio del debate sobre Iker, trató de proteger al capitán y le dio su confianza, pero que, llegado a este punto, necesitaba demostrar que en la selección no se juega por los méritos acumulados, sino por estar en forma. Y parece evidente que en España no hay portero más en forma que Valdés.
A Iker el banquillo siempre pareció provocarle alergia, porque no lo cataba nunca. Desde el año 2002 solo había desaparecido de la alineación titular del Real Madrid en nueve encuentros de Liga: dos por sanción, uno por lesión y seis en encuentros de escasa importancia, en las últimas jornadas en las que, generoso, comprendía que el compañero de turno, con la temporada resuelta, merecía su oportunidad. Hasta que Mourinho decidió sentarle en Málaga, Iker no había sido suplente por decisión técnica desde un Deportivo-Real Madrid del 10 de mayo de 2002.
En la selección nunca hubo duda desde que antes del Mundial de Corea-Japón de ese año una extraña lesión de Cañizares le llevó a la portería: La Roja eran Iker y 10 más. Siempre fue así hasta el sábado 22 de diciembre del año pasado. En La Rosaleda, Casillas fue suplente con el Madrid y Mourinho justificó su decisión diciendo: “Adán está mejor”. Desde aquel sábado el de Móstoles no levanta cabeza. Volvió a jugar, sí, pero una patada de Arbeloa en un partido contra el Valencia le mandó a la enfermería.
Casillas acumuló 460 minutos (264 en Liga y 196 en Copa) en el resto de la temporada 2012-13 y lleva jugados 105 minutos (en dos partidos de Champions) en lo que va de la 2013-14. Poco comparado con la hoja de servicios de Valdés, titular el pasado viernes en Son Moix. El portero catalán, entre diciembre y el final de la temporada, jugó 1.890 minutos (1.350 en Liga y 540 en Champions), y en lo que va de curso suma 1.080 minutos (720 en Liga, 180 en Champions y 180 en la Supercopa) por los 105 minutos de Iker. Además de jugar más, Valdés ha jugado muy bien y ha sido determinante.
Desde que Del Bosque llamó por vez primera a Valdés a la selección, en la lista del Mundial 2010, el catalán ha disputado 18 partidos con La Roja para un total de 1.189 minutos y ha realizado 27 paradas, encajando ocho goles; en ese mismo espacio de tiempo, Casillas suma 47 partidos, 3.458 minutos, 76 paradas y 24 goles.
Muy fuerte mentalmente, Valdés supo salir adelante de la comprometida situación a la que le llevó comunicar en enero que no pensaba renovar contrato con el Barcelona el próximo 30 de junio. Está por ver cómo sale de esta Casillas, suplente en su club y apartado de la titularidad en la selección. Hoy es difícil negarle a Del Bosque que tenga razones para apostar por Valdés.