El nacionalismo y la xenofobia están en ascenso en Europa, según Barroso
Bruselas, Reuters
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advirtió sobre el avance de las tendencias nacionalistas, xenófobas y racistas antes de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo año, en las que se espera un buen resultado de los partidos más radicales.
Las encuestas de opinión antes de la votación, que tiene lugar en todos los países de la Unión Europea (UE) entre el 22 y el 25 de mayo, sugieren que los candidatos de extrema izquierda y extrema derecha ganarán apoyo mientras los electores expresan su frustración después de tres años de problemas financieros, contracción del crecimiento y pérdidas de empleos.
"Tenemos que ser honestos, la crisis y la subida del paro (desempleo) es una ocasión para que las fuerzas populistas sean más agresivas y ganen algunos votos", dijo Barroso, ex primer ministro portugués de centroderecha, a Reuters en una entrevista.
"Lo que no nos gusta es el discurso que a veces está detrás de los eslóganes antieuropeos, un discurso que promueve lo que yo llamo valores negativos, cosas como el nacionalismo, el proteccionismo y la xenofobia. Es una preocupación", añadió.
Asimismo advirtió que no se debe olvidar que en Europa hace unas décadas hubo "unos episodios muy, muy preocupantes de xenofobia, racismo e intolerancia. Así que creo que todo aquel que tenga principios europeos debería preocuparle algunos de esos movimientos".
Barroso no mencionó ningún partido o movimiento por su nombre.
Las encuestas sugieren que los partidos de derechas con duros postulados sobre la inmigración podrían tener buenos resultados en varios países, como Reino Unido, Francia y Finlandia.
En Reino Unido, el partido UK Independence se prevé que sea primero o segundo en las elecciones, aunque puede cambiar mucho en los siete meses que faltan para esos comicios.
En Francia, el Frente Nacional ultraderechista de Marine Le Pen se ha distanciado de los dos partidos mayoritarios y según un sondeo reciente va a ganar las elecciones.
Además de las fuerzas de extrema derecha, hay movimientos de extrema izquierda o de protesta en Grecia e Italia que tienen un fuerte respaldo popular, además de otros partidos enfocados a un sólo asunto.
Uno de los ejemplos es el alemán AfD, que es contrario al euro y está previsto que logren participación en el Parlamento Europeo, compuesto por 760 escaños, el único organismo de la UE con representación directa.
Los políticos de formaciones mayoritarias y analistas políticos dicen que es muy pronto para predecir con precisión cuántos escaños podrían acaparar los partidos antieuropeos y de protesta, pero las estimaciones sugieren que podría estar entre un 20 y un 30 por ciento de los votos.
Asimismo se ve poco probable que actúen como un bloque en el Parlamento ya que proceden de distintos extremos del espectro político y a menudo su agenda está compuesta por asuntos concretos y nacionales. Algún tipo de coordinación entre los partidos de ultraderecha podría afectar a las decisiones del Parlamento.
"Las fuerzas proeuropeas (...) tienen que asumir el liderazgo, no dar la iniciativa a las fuerzas extremistas, explicar de forma racional y razonable qué aporta Europa, dijo.
"Por eso pedimos a los partidos llamados mayoritarios tener el coraje de salir de su zona de comodidad, pensar que hoy, en un momento de crisis, no podemos dar por garantizada la Unión Europea", explicó.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advirtió sobre el avance de las tendencias nacionalistas, xenófobas y racistas antes de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo año, en las que se espera un buen resultado de los partidos más radicales.
Las encuestas de opinión antes de la votación, que tiene lugar en todos los países de la Unión Europea (UE) entre el 22 y el 25 de mayo, sugieren que los candidatos de extrema izquierda y extrema derecha ganarán apoyo mientras los electores expresan su frustración después de tres años de problemas financieros, contracción del crecimiento y pérdidas de empleos.
"Tenemos que ser honestos, la crisis y la subida del paro (desempleo) es una ocasión para que las fuerzas populistas sean más agresivas y ganen algunos votos", dijo Barroso, ex primer ministro portugués de centroderecha, a Reuters en una entrevista.
"Lo que no nos gusta es el discurso que a veces está detrás de los eslóganes antieuropeos, un discurso que promueve lo que yo llamo valores negativos, cosas como el nacionalismo, el proteccionismo y la xenofobia. Es una preocupación", añadió.
Asimismo advirtió que no se debe olvidar que en Europa hace unas décadas hubo "unos episodios muy, muy preocupantes de xenofobia, racismo e intolerancia. Así que creo que todo aquel que tenga principios europeos debería preocuparle algunos de esos movimientos".
Barroso no mencionó ningún partido o movimiento por su nombre.
Las encuestas sugieren que los partidos de derechas con duros postulados sobre la inmigración podrían tener buenos resultados en varios países, como Reino Unido, Francia y Finlandia.
En Reino Unido, el partido UK Independence se prevé que sea primero o segundo en las elecciones, aunque puede cambiar mucho en los siete meses que faltan para esos comicios.
En Francia, el Frente Nacional ultraderechista de Marine Le Pen se ha distanciado de los dos partidos mayoritarios y según un sondeo reciente va a ganar las elecciones.
Además de las fuerzas de extrema derecha, hay movimientos de extrema izquierda o de protesta en Grecia e Italia que tienen un fuerte respaldo popular, además de otros partidos enfocados a un sólo asunto.
Uno de los ejemplos es el alemán AfD, que es contrario al euro y está previsto que logren participación en el Parlamento Europeo, compuesto por 760 escaños, el único organismo de la UE con representación directa.
Los políticos de formaciones mayoritarias y analistas políticos dicen que es muy pronto para predecir con precisión cuántos escaños podrían acaparar los partidos antieuropeos y de protesta, pero las estimaciones sugieren que podría estar entre un 20 y un 30 por ciento de los votos.
Asimismo se ve poco probable que actúen como un bloque en el Parlamento ya que proceden de distintos extremos del espectro político y a menudo su agenda está compuesta por asuntos concretos y nacionales. Algún tipo de coordinación entre los partidos de ultraderecha podría afectar a las decisiones del Parlamento.
"Las fuerzas proeuropeas (...) tienen que asumir el liderazgo, no dar la iniciativa a las fuerzas extremistas, explicar de forma racional y razonable qué aporta Europa, dijo.
"Por eso pedimos a los partidos llamados mayoritarios tener el coraje de salir de su zona de comodidad, pensar que hoy, en un momento de crisis, no podemos dar por garantizada la Unión Europea", explicó.