El Banco de España da por finalizada la recesión más prolongada en décadas
Estima que la economía creció un 0,1% entre julio y septiembre, tras nueve trimestres en retroceso
Alejandro Bolaños
Madrid, El País
El fin de la recesión más larga de la democracia, que el Banco de España ha dado por hecho este miércoles, se ve distinto según el cristal con que se mire. El primer plano revela un avance del PIB casi insignificante, un 0,1% más en el tercer trimestre que en el segundo, pero suficiente para quebrar la definición estadística de recesión. A poco que la perspectiva se amplía, emergen los perfiles de una crisis brutal, con casi seis millones de parados y una deuda enorme. La vista atrás permite comprobar el resultado de más de cinco años de depresión: 3,7 millones de empleos perdidos y un 7,5% menos de actividad económica. Cuando se levanta la mirada, unos optan por fijar el foco en las señales de recuperación; otros, en la enormidad de la tarea pendiente, en el legado de desigualdad y pobreza.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, opta por un cristal de aumento, por proyectar “algo más que un dato puntual” a la recuperación que está por venir. “Nos queda mucho por delante, nos queda mucha crisis por delante, pero este es el primer paso”, ha dicho, tras admitir que es un avance “pequeño, tímido y limitado”. Es una visión muy similar a la que han dejado traslucir mercados e inversores financieros en los últimos meses, con su apuesta por el inicio de una recuperación sin recaídas, como la que ya sufrió la economía española en 2011, tras la Gran Recesión que experimentaron los países occidentales al rebufo del descalabro de las hipotecas subprime. Aunque ayer la Bolsa volvió a demostrar que sigue su propia lógica: bajó un 1,8% al pesar más las dudas sobre la repercusión de los nuevos exámenes a la banca, que el anuncio del fin de la recesión, descontado hace semanas.
La oposición mira los datos desde otro ángulo, bien distinto, enfocado a la gestión del Gobierno del PP y sus recientes invocaciones al optimismo. “No se puede hablar de recuperación de la economía española mientras no se pueda hablar de recuperación de la economía de los españoles”, ha clamdo Alfredo Pérez Rubalcaba. El líder socialista ha destacado que en lo que va de legislatura “se han perdido un millón de empleos, hay 250.000 millones más de deudas, más morosidad que nunca” y ha criticado al Ejecutivo por “cargarse el Estado de bienestar”. “Hablar de crecimiento roza el sarcasmo, los ciudadanos viven una situación de paro masivo y depresión económica”, ha abundado Gaspar Llamazares, diputado de IU en el Congreso.
Entre los expertos predomina la vista al frente, la descripción de los riesgos, el análisis de cuál puede ser el ritmo de la recuperación, que también dan por iniciada. “La elevada tasa de desempleo [en el 26%] y el enorme exceso de deuda atenazarán el consumo en el futuro más próximo”, advirtieron los analistas de JPMorgan. El Instituto Flores de Lemus cree que “en el mercado laboral, lo peor habría pasado”, con tasas de paro a la baja en los próximos años. Pero para ver la recuperación del nivel de empleo previo a la crisis saca el catalejo: “Resulta razonable esperar ese nivel de ocupación en algún año entorno a 2026”.
La estimación del Banco de España, revelada en su boletín económico, debe ser aún certificada de forma oficial por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la próxima semana. La entidad que dirige Luis María Linde precisa que “la demanda interna habría registrado un retroceso similar al del trimestre anterior (del 0,3% en tasa intertrimestral)”, por lo que, de nuevo, es el sector exterior el que tira del crecimiento al elevar su aportación al PIB, “con una contribución de 0,4 puntos porcentuales”. El Banco de España destaca además que se han enlazado dos recesiones desde mediados de 2008, de modo que en los últimos cinco años y medio apenas se ha registrado crecimiento (siempre inferior al 0,3% trimestral) en cuatro trimestres, entre 2010 y 2011.
El servicio de estudios del Banco de España apunta a una leve recuperación del consumo privado, con un avance trimestral del 0,1%. Algo mayor es el impacto de la mejora del sector exterior, con datos muy similares a los registrados entre abril y junio. Descontado el efecto estacional del verano, las exportaciones de bienes y servicios (que incluyen el turismo) habrían aumentado un 0,4% respecto al segundo trimestre, mientras las importaciones retrocedieron un 0,7%.
“Durante el tercer trimestre, la economía española prolongó la mejora gradual que se viene observando desde principios de año, en un entorno caracterizado por un cierto alivio en las tensiones financieras y una mejora de la confianza”, argumentaron los expertos del Banco de España, que estiman que el PIB aún retrocede un 1,2% en la comparación anual. Para el supervisor financiero, que los inversores extranjeros aumentaran en 5.600 millones sus compras netas de títulos emitidos por el Tesoro es una “evidencia” de esa mayor confianza. Para enjuiciar la evolución de la deuda pública en su conjunto, que se acerca al 100% del PIB, cambian de cristal: “Es una cifra que ilustra sobre la importancia de la tarea pendiente”.
Alejandro Bolaños
Madrid, El País
El fin de la recesión más larga de la democracia, que el Banco de España ha dado por hecho este miércoles, se ve distinto según el cristal con que se mire. El primer plano revela un avance del PIB casi insignificante, un 0,1% más en el tercer trimestre que en el segundo, pero suficiente para quebrar la definición estadística de recesión. A poco que la perspectiva se amplía, emergen los perfiles de una crisis brutal, con casi seis millones de parados y una deuda enorme. La vista atrás permite comprobar el resultado de más de cinco años de depresión: 3,7 millones de empleos perdidos y un 7,5% menos de actividad económica. Cuando se levanta la mirada, unos optan por fijar el foco en las señales de recuperación; otros, en la enormidad de la tarea pendiente, en el legado de desigualdad y pobreza.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, opta por un cristal de aumento, por proyectar “algo más que un dato puntual” a la recuperación que está por venir. “Nos queda mucho por delante, nos queda mucha crisis por delante, pero este es el primer paso”, ha dicho, tras admitir que es un avance “pequeño, tímido y limitado”. Es una visión muy similar a la que han dejado traslucir mercados e inversores financieros en los últimos meses, con su apuesta por el inicio de una recuperación sin recaídas, como la que ya sufrió la economía española en 2011, tras la Gran Recesión que experimentaron los países occidentales al rebufo del descalabro de las hipotecas subprime. Aunque ayer la Bolsa volvió a demostrar que sigue su propia lógica: bajó un 1,8% al pesar más las dudas sobre la repercusión de los nuevos exámenes a la banca, que el anuncio del fin de la recesión, descontado hace semanas.
La oposición mira los datos desde otro ángulo, bien distinto, enfocado a la gestión del Gobierno del PP y sus recientes invocaciones al optimismo. “No se puede hablar de recuperación de la economía española mientras no se pueda hablar de recuperación de la economía de los españoles”, ha clamdo Alfredo Pérez Rubalcaba. El líder socialista ha destacado que en lo que va de legislatura “se han perdido un millón de empleos, hay 250.000 millones más de deudas, más morosidad que nunca” y ha criticado al Ejecutivo por “cargarse el Estado de bienestar”. “Hablar de crecimiento roza el sarcasmo, los ciudadanos viven una situación de paro masivo y depresión económica”, ha abundado Gaspar Llamazares, diputado de IU en el Congreso.
Entre los expertos predomina la vista al frente, la descripción de los riesgos, el análisis de cuál puede ser el ritmo de la recuperación, que también dan por iniciada. “La elevada tasa de desempleo [en el 26%] y el enorme exceso de deuda atenazarán el consumo en el futuro más próximo”, advirtieron los analistas de JPMorgan. El Instituto Flores de Lemus cree que “en el mercado laboral, lo peor habría pasado”, con tasas de paro a la baja en los próximos años. Pero para ver la recuperación del nivel de empleo previo a la crisis saca el catalejo: “Resulta razonable esperar ese nivel de ocupación en algún año entorno a 2026”.
La estimación del Banco de España, revelada en su boletín económico, debe ser aún certificada de forma oficial por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la próxima semana. La entidad que dirige Luis María Linde precisa que “la demanda interna habría registrado un retroceso similar al del trimestre anterior (del 0,3% en tasa intertrimestral)”, por lo que, de nuevo, es el sector exterior el que tira del crecimiento al elevar su aportación al PIB, “con una contribución de 0,4 puntos porcentuales”. El Banco de España destaca además que se han enlazado dos recesiones desde mediados de 2008, de modo que en los últimos cinco años y medio apenas se ha registrado crecimiento (siempre inferior al 0,3% trimestral) en cuatro trimestres, entre 2010 y 2011.
El servicio de estudios del Banco de España apunta a una leve recuperación del consumo privado, con un avance trimestral del 0,1%. Algo mayor es el impacto de la mejora del sector exterior, con datos muy similares a los registrados entre abril y junio. Descontado el efecto estacional del verano, las exportaciones de bienes y servicios (que incluyen el turismo) habrían aumentado un 0,4% respecto al segundo trimestre, mientras las importaciones retrocedieron un 0,7%.
“Durante el tercer trimestre, la economía española prolongó la mejora gradual que se viene observando desde principios de año, en un entorno caracterizado por un cierto alivio en las tensiones financieras y una mejora de la confianza”, argumentaron los expertos del Banco de España, que estiman que el PIB aún retrocede un 1,2% en la comparación anual. Para el supervisor financiero, que los inversores extranjeros aumentaran en 5.600 millones sus compras netas de títulos emitidos por el Tesoro es una “evidencia” de esa mayor confianza. Para enjuiciar la evolución de la deuda pública en su conjunto, que se acerca al 100% del PIB, cambian de cristal: “Es una cifra que ilustra sobre la importancia de la tarea pendiente”.