Brasil promete luchar contra abusos en los precios del Mundial
Brasilia, EP
La jefa del Gabinete de la Presidencia de Brasil, Gleisi Hoffmann, ha anunciado este jueves que el Gobierno se ha comprometido a tomar medidas para luchar contra abusos en los precios de la Copa del Mundo 2014, según ha recogido Agencia Brasil.
En este sentido, Hoffmann ha explicado que no quieren que los turistas que viajen hasta Brasil el próximo año para la Copa del Mundo sean "explotados", por lo que ya se están realizando controles de inspección en servicios como billetes de avión y hoteles. "Si hay abuso, el gobierno va a actuar", ha apostillado.
La información fue trasladada por la jefa del Gabinete de la Presidencia tras una reunión celebrada en el palacio presidencial, en la que han participado representantes de los sectores del gobierno que tienen competencias en este evento, como son los Ministerios de Deportes, Turismo y Justicia.
"Tenemos un acuerdo nacional de cara al Mundial para establecer unos precios justos. Ese es nuestro objetivo", ha insistido Hoffmann. En cualquier caso, ha reconocido que existe "una tendencia al alza de los precios", cuando se organiza cualquier tipo de evento en las grandes ciudades.
FRENTE A LA VIOLENCIA
Por otra parte, las autoridades de Brasil aseguraron el pasado miércoles que han aprendido la lección tras la violencia producida durante la Copa Confederaciones y afirman que "el Mundial de fútbol del 2014 no estará empañado por la violencia".
El director ejecutivo del Comité Organizador Local (COL) de la Copa Mundial de Brasil, Ricardo Trade, afirmó en una entrevista con Reuters que lo más importante es que las protestas que puedan surgir sean pacíficas y no transformen las ciudades de la nación en campos de batalla.
"No somos Dios para decir que no vamos a tener problemas, los estamos teniendo ahora", dijo, aludiendo a las protestas a menudo violentas que están teniendo lugar en ciudades como Río de Janeiro o Sao Paulo, dos de las doce sedes de la Copa. "Vivimos en una democracia, pero los vandalismos y la violencia no deben ser permitidos", señaló Trade.
Cientos de miles de brasileños salieron a las calles durante la Copa Confederaciones para reclamar contra de corrupción, la mala calidad de servicios públicos como la salud y la educación y ante lo que perciben como absurdos gastos para la Copa Mundial. Las protestas hundieron la popularidad de la presidenta Dilma Rousseff y arrojaron dudas sobre la capacidad de Brasil de garantizar un Mundial sin sobresaltos.
La jefa del Gabinete de la Presidencia de Brasil, Gleisi Hoffmann, ha anunciado este jueves que el Gobierno se ha comprometido a tomar medidas para luchar contra abusos en los precios de la Copa del Mundo 2014, según ha recogido Agencia Brasil.
En este sentido, Hoffmann ha explicado que no quieren que los turistas que viajen hasta Brasil el próximo año para la Copa del Mundo sean "explotados", por lo que ya se están realizando controles de inspección en servicios como billetes de avión y hoteles. "Si hay abuso, el gobierno va a actuar", ha apostillado.
La información fue trasladada por la jefa del Gabinete de la Presidencia tras una reunión celebrada en el palacio presidencial, en la que han participado representantes de los sectores del gobierno que tienen competencias en este evento, como son los Ministerios de Deportes, Turismo y Justicia.
"Tenemos un acuerdo nacional de cara al Mundial para establecer unos precios justos. Ese es nuestro objetivo", ha insistido Hoffmann. En cualquier caso, ha reconocido que existe "una tendencia al alza de los precios", cuando se organiza cualquier tipo de evento en las grandes ciudades.
FRENTE A LA VIOLENCIA
Por otra parte, las autoridades de Brasil aseguraron el pasado miércoles que han aprendido la lección tras la violencia producida durante la Copa Confederaciones y afirman que "el Mundial de fútbol del 2014 no estará empañado por la violencia".
El director ejecutivo del Comité Organizador Local (COL) de la Copa Mundial de Brasil, Ricardo Trade, afirmó en una entrevista con Reuters que lo más importante es que las protestas que puedan surgir sean pacíficas y no transformen las ciudades de la nación en campos de batalla.
"No somos Dios para decir que no vamos a tener problemas, los estamos teniendo ahora", dijo, aludiendo a las protestas a menudo violentas que están teniendo lugar en ciudades como Río de Janeiro o Sao Paulo, dos de las doce sedes de la Copa. "Vivimos en una democracia, pero los vandalismos y la violencia no deben ser permitidos", señaló Trade.
Cientos de miles de brasileños salieron a las calles durante la Copa Confederaciones para reclamar contra de corrupción, la mala calidad de servicios públicos como la salud y la educación y ante lo que perciben como absurdos gastos para la Copa Mundial. Las protestas hundieron la popularidad de la presidenta Dilma Rousseff y arrojaron dudas sobre la capacidad de Brasil de garantizar un Mundial sin sobresaltos.