Valencia: Miroslav Djukic fulmina a Rami

Valencia, As
Cuando más le apretaba la soga, con los mimbres de su vestuario deshilachados, Djukic se sacó un conejo de la chistera. El Valencia recobró el pulso y el técnico serbio esquivó la guillotina. La zurda de un geniecillo de 20 años, Fede Cartabia (Santa Fe, Argentina, 20-1-1993), salió al rescate de un equipo que estaba a punto de saltar por los aires. Pero la calma es sinónimo de quimera en Mestalla. Rami se encargó anoche de incendiar de nuevo el vestuario che cargando contra Djukic y sus compañeros. El técnico no dudó y decidió, con el beneplácito de la directiva, fulminar al central francés y expulsarle de la concentración. Rami cogerá hoy un avión de vuelta a Valencia a las 7:00 de la mañana.


Esa fragilidad emocional que azota al Valencia es la baza que tratará de explotar el Granada de Lucas Alcaraz. Los rojiblancos también han coqueteado con las dudas en los últimos partidos. El fútbol no ha sido generoso con ellos en algunos encuentros. Alguna que otra decisión puntual de los árbitros y la falta de gol tiene a Los Cármenes en ayunas. Cinco puntos de nueve fuera de casa. Cero puntos y ni un solo gol como local. Alcaraz pide pausa y huir de la precipitación para recuperar la chispa en ataque. Argumentos para ello tiene el Granada, a pesar de la lesión de Piti y de las eternas molestias de Brahimi, aún entre algodones pero con opciones de ser titular. Riki volverá a vestirse de nueve con doble misión: marcar su primer tanto y hacer que Los Cármenes cante por fin gol.

Menos cambios hará Djukic, que después de unos cuantos fiascos encontró su equipo tipo ante el Sevilla y no se saldrá de ese guión. Sólo hará el cambio obligado en el centro de la zaga por la lesión de Ricardo Costa. El resto del once lo formarán los mismos que devolvieron el domingo la sonrisa a la hinchada che con Fede como estandarte y Jonas y Postiga para intimidar a Roberto. Granada y Valencia aún no espantaron del todo los fantasmas. Ambos necesitan confirmar su mejoría. Los ches, además, apagar el enésimo incendio.

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