US Open: Nadal aplasta a Gasquet y se medirá a Djokovic en la final
Nueva York, As
El Super Saturday del US Open deparó una superfinal. Novak Djokovic y Rafa Nadal, los dos mejores tenistas del mundo, volverán a enfrentarse en Flushing Meadows. Será la tercera vez que el español y el serbio se citan en el partido decisivo del Grand Slam norteamericano, la 17ª vez que ambos luchen por un título. Nadal domina 9-7 en ese cara a cara de finales, pero nada de eso contará mañana lunes (22:30) sobre la Arthur Ashe neoyorquina, ante 23.000 espectadores emocionados por ver otro clásico del tenis moderno.
Pero si queremos buscar argumentos para creer en la victoria del de Manacor, los encontraremos sin esfuerzo. Acumula 21 victorias sobre cemento (ninguna derrota) en una temporada en la que ha levantado nueve torneos, tres sobre esta superficie (Indian Wells, Cincinnati y Montreal). Ayer, en las semifinales ante Gasquet, no mostró su mejor tenis, pero le bastó para tumbar en tres mangas al galo, que acumula un desesperante 11-0 en contra ante el español. El español supo bloquear la mejor arma del francés, un revés que desesperó a Ferrer en cuartos. Las bolas altas de la segunda raqueta mundial impedían que el galo sacase su látigo. Al final su único consuelo fue convertirse en el primer tenista en romper el saque de Nadal en este US Open. Aunque de poco le sirvió.
No será número 1. Más dificultades tuvo su rival para confirmar su presencia en la cita del lunes. Djokovic necesitó más de cuatro horas para derrotar a un aguerrido Wawrinka. El suizo comenzó como tocado por una varita mágica, asfixiando el tenis del número uno y bombardeándole con un poderoso servicio. Empezó arrasando, pero Djokovic pudo sobrevivir gracias a ganar un tie-break.
El desgaste de un partido tan exigente pasó factura al suizo, que incluso tuvo que pedir la asistencia médica. Acabó sucumbiendo ante un Djokovic que si de algo pudo alardear fue de fortaleza mental. Su triunfo además le asegura que no perderá el número uno del ranking ante su rival del lunes. Sabe que el mejor Rafa Nadal le aprieta y su agónica resistencia pasa por conquistar un US Open de claro color español.
El Super Saturday del US Open deparó una superfinal. Novak Djokovic y Rafa Nadal, los dos mejores tenistas del mundo, volverán a enfrentarse en Flushing Meadows. Será la tercera vez que el español y el serbio se citan en el partido decisivo del Grand Slam norteamericano, la 17ª vez que ambos luchen por un título. Nadal domina 9-7 en ese cara a cara de finales, pero nada de eso contará mañana lunes (22:30) sobre la Arthur Ashe neoyorquina, ante 23.000 espectadores emocionados por ver otro clásico del tenis moderno.
Pero si queremos buscar argumentos para creer en la victoria del de Manacor, los encontraremos sin esfuerzo. Acumula 21 victorias sobre cemento (ninguna derrota) en una temporada en la que ha levantado nueve torneos, tres sobre esta superficie (Indian Wells, Cincinnati y Montreal). Ayer, en las semifinales ante Gasquet, no mostró su mejor tenis, pero le bastó para tumbar en tres mangas al galo, que acumula un desesperante 11-0 en contra ante el español. El español supo bloquear la mejor arma del francés, un revés que desesperó a Ferrer en cuartos. Las bolas altas de la segunda raqueta mundial impedían que el galo sacase su látigo. Al final su único consuelo fue convertirse en el primer tenista en romper el saque de Nadal en este US Open. Aunque de poco le sirvió.
No será número 1. Más dificultades tuvo su rival para confirmar su presencia en la cita del lunes. Djokovic necesitó más de cuatro horas para derrotar a un aguerrido Wawrinka. El suizo comenzó como tocado por una varita mágica, asfixiando el tenis del número uno y bombardeándole con un poderoso servicio. Empezó arrasando, pero Djokovic pudo sobrevivir gracias a ganar un tie-break.
El desgaste de un partido tan exigente pasó factura al suizo, que incluso tuvo que pedir la asistencia médica. Acabó sucumbiendo ante un Djokovic que si de algo pudo alardear fue de fortaleza mental. Su triunfo además le asegura que no perderá el número uno del ranking ante su rival del lunes. Sabe que el mejor Rafa Nadal le aprieta y su agónica resistencia pasa por conquistar un US Open de claro color español.