Turquía anuncia reformas democráticas que favorecen a kurdos e islamistas
-Se permitirá la enseñanza en kurdo en escuelas privadas pero no se habla de los presos políticos
-Las reformas llegan después de que la milicia kurda del PKK detuviera su retirada de Turquía
-Se permitirá a las funcionarias turcas que lleven el velo islámico pero no se habla de libertad de expresión ni de las protestas antigubernamentales de junio
José Miguel
Calatayud, El País
A partir de ahora, la minoría kurda en Turquía podrá recibir educación en su idioma materno, aunque sólo en escuelas privadas, y las funcionarias turcas podrán llevar el velo islámico en las instituciones públicas, gracias a un conjunto de medidas democratizadoras presentadas este lunes por el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
"No es racional esperar que este paquete aborde todos los problemas del país, aunque ojalá pudiéramos hacer eso", declaró en rueda de prensa en Ankara el primer ministro. "No es el primero ni será el último en este tipo de reformas", añadió Erdogan, quien citó los "derechos humanos internacionales" y la "legislación de la Unión Europea" como sus referencias al preparar estas medidas.
Las reformas presentadas por el primer ministro se discutirán este martes en el Parlamento, donde está previsto se aprueben gracias a la mayoría absoluta del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).
Entre otras propuestas que afectan a la minoría kurda, también se despenaliza el uso de letras como la q, la x y la w, que no existen en el alfabeto turco pero sí en el kurdo. Pueblos y ciudades podrán volver a usar su nombre original en un idioma diferente del turco, algo que ocurre con muchas localidades kurdas. Además, todos los partidos políticos podrán usar idiomas diferentes del turco en sus campañas, también fuera de los periodos electorales.
Para el Partido para la Paz y la Democracia (BDP, en turco), la principal formación política legal kurda, estas reformas no llegan lo suficientemente lejos. "El paquete democratizador no satisface nuestras expectativas", dijo ayer en rueda de prensa Gultan Kisanak, copresidenta del BDP. "No tiene la capacidad para superar los bloqueos en el proceso de paz [entre el PKK y el Estado]".
Las medidas han sido anunciadas cuatro semanas después del que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo), enfrentado al Estado desde 1984, anunciara que detenía la retirada de sus guerrilleros de territorio turco como parte de un proceso de paz iniciado en 2012.
Las reformas también dan alas a los partidos pequeños, ya que reducen del 7% al 3% el mínimo de votos nacionales para que un grupo reciba financiación pública. Sin embargo, no reducen el mínimo del 10% de los votos nacionales necesarios para entrar en el Parlamento, aunque sí se abre una discusión para decidir si se reduce al 5%, y también se introducirá un nuevo sistema de circunscripciones electorales.
A partir de ahora, las funcionarias turcas, con la excepción de juezas, fiscales, policías y militares podrán llevar el velo islámico en las instituciones públicas, ya que el paquete elimina esta prohibición. Igualmente, las medidas incrementan las penas por "crímenes de odio" de uno a tres años para quienes impidan a los grupos religiosos practicar su fe, al tiempo que se creará "una institución para luchar contra la discriminación". También se elimina la práctica de recitar el juramento nacionalista turco en las escuelas primarias y se hacen pequeños gestos hacia las minorías musulmana aleví, siriaca cristina y gitana.
El principal grupo en la oposición, el nacionalista Partido Republicano Popular, se mostró decepcionado por las reformas. Gursel Tekin, uno de sus vicepresidentes, declaró que solo apoyaba las medidas relativas a la discriminación y los crímenes de odio.
Por su lado, la Comisión Europea señaló en un comunicado que "las medidas anunciadas ofrecen la posibilidad de avanzar en toda una serie de cuestiones importantes" y que "va a seguir de cerca la aplicación de las propuestas en acciones concretas".
"Es un paso en la dirección correcta pero no es suficiente", asegura Sinan Ulgen, exdiplomático y presidente del Centro de Estudios Económicos y de Política Exterior, con sede en Estambul. "Las reformas reflejan el contexto actual, en el que el primer ministro no quiere perder el apoyo del electorado nacionalista en Turquía al realizar demasiadas concesiones a los kurdos y otras minorías", precisa Ulgen.
Las reformas, sin embargo, no hablan de la polémica ley antiterrorista, que ha sido criticada repetidamente por organizaciones defensoras de los derechos humanos. La norma define muy vagamente el concepto de terrorismo y ha favorecido el encarcelamiento de miles de activistas, periodistas, abogados y políticos kurdos considerados cercanos al PKK.
El paquete no incluye referencias a las libertades de prensa y de expresión, campos en el que Turquía también ha recibido críticas por parte de organizaciones internacionales. Al menos 49 periodistas están encarcelados en Turquía, lo que lo convierte en el país con un mayor número de reporteros en prisión del mundo, según las cifras más recientes del Comité para la Protección de los Periodistas.
Las reformas tampoco abordan una respuesta a las protestas multitudinarias de junio y julio contra el Gobierno de Erdogan, acusado de "autoritarismo" por los manifestantes.
La violenta respuesta de las autoridades y las miles de detenciones de manifestantes también recibió críticas por parte de las organizaciones defensoras de los derechos humanos y desde la propia Unión Europea.
-Las reformas llegan después de que la milicia kurda del PKK detuviera su retirada de Turquía
-Se permitirá a las funcionarias turcas que lleven el velo islámico pero no se habla de libertad de expresión ni de las protestas antigubernamentales de junio
José Miguel
Calatayud, El País
A partir de ahora, la minoría kurda en Turquía podrá recibir educación en su idioma materno, aunque sólo en escuelas privadas, y las funcionarias turcas podrán llevar el velo islámico en las instituciones públicas, gracias a un conjunto de medidas democratizadoras presentadas este lunes por el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
"No es racional esperar que este paquete aborde todos los problemas del país, aunque ojalá pudiéramos hacer eso", declaró en rueda de prensa en Ankara el primer ministro. "No es el primero ni será el último en este tipo de reformas", añadió Erdogan, quien citó los "derechos humanos internacionales" y la "legislación de la Unión Europea" como sus referencias al preparar estas medidas.
Las reformas presentadas por el primer ministro se discutirán este martes en el Parlamento, donde está previsto se aprueben gracias a la mayoría absoluta del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).
Entre otras propuestas que afectan a la minoría kurda, también se despenaliza el uso de letras como la q, la x y la w, que no existen en el alfabeto turco pero sí en el kurdo. Pueblos y ciudades podrán volver a usar su nombre original en un idioma diferente del turco, algo que ocurre con muchas localidades kurdas. Además, todos los partidos políticos podrán usar idiomas diferentes del turco en sus campañas, también fuera de los periodos electorales.
Para el Partido para la Paz y la Democracia (BDP, en turco), la principal formación política legal kurda, estas reformas no llegan lo suficientemente lejos. "El paquete democratizador no satisface nuestras expectativas", dijo ayer en rueda de prensa Gultan Kisanak, copresidenta del BDP. "No tiene la capacidad para superar los bloqueos en el proceso de paz [entre el PKK y el Estado]".
Las medidas han sido anunciadas cuatro semanas después del que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo), enfrentado al Estado desde 1984, anunciara que detenía la retirada de sus guerrilleros de territorio turco como parte de un proceso de paz iniciado en 2012.
Las reformas también dan alas a los partidos pequeños, ya que reducen del 7% al 3% el mínimo de votos nacionales para que un grupo reciba financiación pública. Sin embargo, no reducen el mínimo del 10% de los votos nacionales necesarios para entrar en el Parlamento, aunque sí se abre una discusión para decidir si se reduce al 5%, y también se introducirá un nuevo sistema de circunscripciones electorales.
A partir de ahora, las funcionarias turcas, con la excepción de juezas, fiscales, policías y militares podrán llevar el velo islámico en las instituciones públicas, ya que el paquete elimina esta prohibición. Igualmente, las medidas incrementan las penas por "crímenes de odio" de uno a tres años para quienes impidan a los grupos religiosos practicar su fe, al tiempo que se creará "una institución para luchar contra la discriminación". También se elimina la práctica de recitar el juramento nacionalista turco en las escuelas primarias y se hacen pequeños gestos hacia las minorías musulmana aleví, siriaca cristina y gitana.
El principal grupo en la oposición, el nacionalista Partido Republicano Popular, se mostró decepcionado por las reformas. Gursel Tekin, uno de sus vicepresidentes, declaró que solo apoyaba las medidas relativas a la discriminación y los crímenes de odio.
Por su lado, la Comisión Europea señaló en un comunicado que "las medidas anunciadas ofrecen la posibilidad de avanzar en toda una serie de cuestiones importantes" y que "va a seguir de cerca la aplicación de las propuestas en acciones concretas".
"Es un paso en la dirección correcta pero no es suficiente", asegura Sinan Ulgen, exdiplomático y presidente del Centro de Estudios Económicos y de Política Exterior, con sede en Estambul. "Las reformas reflejan el contexto actual, en el que el primer ministro no quiere perder el apoyo del electorado nacionalista en Turquía al realizar demasiadas concesiones a los kurdos y otras minorías", precisa Ulgen.
Las reformas, sin embargo, no hablan de la polémica ley antiterrorista, que ha sido criticada repetidamente por organizaciones defensoras de los derechos humanos. La norma define muy vagamente el concepto de terrorismo y ha favorecido el encarcelamiento de miles de activistas, periodistas, abogados y políticos kurdos considerados cercanos al PKK.
El paquete no incluye referencias a las libertades de prensa y de expresión, campos en el que Turquía también ha recibido críticas por parte de organizaciones internacionales. Al menos 49 periodistas están encarcelados en Turquía, lo que lo convierte en el país con un mayor número de reporteros en prisión del mundo, según las cifras más recientes del Comité para la Protección de los Periodistas.
Las reformas tampoco abordan una respuesta a las protestas multitudinarias de junio y julio contra el Gobierno de Erdogan, acusado de "autoritarismo" por los manifestantes.
La violenta respuesta de las autoridades y las miles de detenciones de manifestantes también recibió críticas por parte de las organizaciones defensoras de los derechos humanos y desde la propia Unión Europea.