Santos promete reformas agrarias tras las protestas campesinas en Colombia
El presidente intenta poner en marcha lo que ha llamado Pacto Nacional Agrario, cuya primera reunión se produjo el jueves
Elizabeth Reyes
L. Bogotá, El País
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, propuso el jueves un paquete de reformas agrarias para intentar pasar la página de la huelga general que, tras sumar distintos gremios relacionados con el mundo rural, ha provocado durante tres semanas una crisis política y social en Colombia hasta el punto de hacer a Santos cambiar cinco ministros de su Gobierno. Además, el presidente intenta poner en marcha lo que ha llamado Pacto Nacional Agrario, cuya primera reunión se produjo el jueves. Sin embargo, a la cita, a la que asistieron los gremios, no tuvo una presencia representativa de los pequeños campesinos que participaron en las protestas. Se trata de movimientos como Dignidad Agropecuaria Nacional, que agrupa a pequeños productores de café, patatas, cacao, arroz y leche, entre otros agricultores, que no participaron porque no se sienten representados por los grandes sindicatos.
El Pacto Agrario fue diseñado en la última semana por Santos como un mecanismo de concertación para construir “una verdadera política agropecuaria, moderna y equitativa hacia el futuro”. Al principio de la huelga, Santos la despreció (“el tal paro no existe”, dijo, algo que luego reconoció como un error). Pero ahora ha centrado su discurso en el tema agrario y, junto con la negociación de paz con las FARC, se ha convertido en el primer punto de su agenda. “Vamos a refundar el campo colombiano”, dijo durante el lanzamiento del Pacto en Bogotá.
En el mismo acto, Santos anunció la firma de varios decretos que están en sintonía con algunas de las demandas de los campesinos que mantuvieron bloqueadas algunas vías del país hasta el pasado martes. Entre otras medidas, quitará los aranceles a 25 insumos agrícolas y controlará los precios de fertilizantes y plaguicidas.
Santos también habló de la necesidad de hacer un censo rural, de un programa de distribución gratuita de tierras, de la formalización masiva de la propiedad rural y de reducir la pobreza. Según el presidente, estas iniciativas son acordes a lo que el Gobierno colombiano y las FARC ya han pactado en La Habana con respecto a la reforma rural. Los términos de la negociación de paz son secretos hasta que esta concluya.
Finalmente, el presidente colombiano anunció que se reactivará el comercio con Venezuela, que comprará cerca de 600 millones de dólares en productos agropecuarios a Colombia, lo que equivale a un aumento del 20% de las exportaciones hacia ese país.
En opinión del parlamentario liberal Guillermo Rivera, los anuncios de Santos son positivos porque ponen el tema en el primer orden. Sin embargo, “habría sido más interesante darle continuidad a las conversaciones que tenían con los campesinos de tal manera que eso concluyera en un gran pacto agrario, pero con los campesinos”, dijo. Para Rivera, el pacto debía haberse retrasado hasta convencer también a los pequeños productores.
Elizabeth Reyes
L. Bogotá, El País
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, propuso el jueves un paquete de reformas agrarias para intentar pasar la página de la huelga general que, tras sumar distintos gremios relacionados con el mundo rural, ha provocado durante tres semanas una crisis política y social en Colombia hasta el punto de hacer a Santos cambiar cinco ministros de su Gobierno. Además, el presidente intenta poner en marcha lo que ha llamado Pacto Nacional Agrario, cuya primera reunión se produjo el jueves. Sin embargo, a la cita, a la que asistieron los gremios, no tuvo una presencia representativa de los pequeños campesinos que participaron en las protestas. Se trata de movimientos como Dignidad Agropecuaria Nacional, que agrupa a pequeños productores de café, patatas, cacao, arroz y leche, entre otros agricultores, que no participaron porque no se sienten representados por los grandes sindicatos.
El Pacto Agrario fue diseñado en la última semana por Santos como un mecanismo de concertación para construir “una verdadera política agropecuaria, moderna y equitativa hacia el futuro”. Al principio de la huelga, Santos la despreció (“el tal paro no existe”, dijo, algo que luego reconoció como un error). Pero ahora ha centrado su discurso en el tema agrario y, junto con la negociación de paz con las FARC, se ha convertido en el primer punto de su agenda. “Vamos a refundar el campo colombiano”, dijo durante el lanzamiento del Pacto en Bogotá.
En el mismo acto, Santos anunció la firma de varios decretos que están en sintonía con algunas de las demandas de los campesinos que mantuvieron bloqueadas algunas vías del país hasta el pasado martes. Entre otras medidas, quitará los aranceles a 25 insumos agrícolas y controlará los precios de fertilizantes y plaguicidas.
Santos también habló de la necesidad de hacer un censo rural, de un programa de distribución gratuita de tierras, de la formalización masiva de la propiedad rural y de reducir la pobreza. Según el presidente, estas iniciativas son acordes a lo que el Gobierno colombiano y las FARC ya han pactado en La Habana con respecto a la reforma rural. Los términos de la negociación de paz son secretos hasta que esta concluya.
Finalmente, el presidente colombiano anunció que se reactivará el comercio con Venezuela, que comprará cerca de 600 millones de dólares en productos agropecuarios a Colombia, lo que equivale a un aumento del 20% de las exportaciones hacia ese país.
En opinión del parlamentario liberal Guillermo Rivera, los anuncios de Santos son positivos porque ponen el tema en el primer orden. Sin embargo, “habría sido más interesante darle continuidad a las conversaciones que tenían con los campesinos de tal manera que eso concluyera en un gran pacto agrario, pero con los campesinos”, dijo. Para Rivera, el pacto debía haberse retrasado hasta convencer también a los pequeños productores.