ONU confirmará uso de armas químicas: al Asad “ha cometido numerosos crímenes”

Ginebra, Agencias
El informe de los expertos de la ONU confirmará “de manera concluyente la utilización de armas químicas” en Siria, declaró este viernes el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon.
Sin atribuir directamente la responsabilidad por el uso de estas armas al presidente Bachar al Asad, Ban acusó al mandatario sirio de haber “cometido numerosos crímenes contra la humanidad”.




El Gobierno sirio impide de manera sistemática y como una “política” de Estado que los heridos que provienen de zonas controladas por la oposición o próximas a ellas sean atendidos, a través de acciones como ataques contra unidades médicas, hospitales y personal médico.

Así lo ha denunciado hoy la comisión investigadora de la ONU para Siria, en un informe centrado en los asaltos a centros médicos en el contexto de la guerra civil de Siria.

Según este nuevo informe, las fuerzas gubernamentales han atacado “estratégicamente” hospitales, con el asalto y cierre del hospital Mouadamieh de Damasco “por atender opositores heridos” -como ejemplo más reciente-, aunque los ataques más graves se han producido en Homs y Alepo.


Foto: AFP
Homs fue objeto de varios bombardeos desde helicópteros entre febrero y marzo de 2012, enfocados a tres hospitales de campaña situados a las afueras, próximos a zonas rurales donde prestaban asistencia de emergencias; y la sala de operaciones de uno de ellos quedó completamente destruida.

En Alepo, el hospital público Dar Al Shifa sufrió ataques aéreos semejantes en agosto de 2012, además de ser alcanzado por un proyectil en noviembre de ese año; ataques que causaron varios muertos y heridos, y destruyeron gran parte de la infraestructura del hospital.

El informe también recoge que desde el inicio del conflicto, al menos veinte voluntarios de la Media Luna Roja de Siria fueron asesinado
Este nuevo informe de la comisión investigadora de la ONU también atribuye actos semejantes a las fuerzas rebeldes, como el ataque en abril de 2012, al hospital Juret Al Shayah, como parte de la ofensiva militar sobre Homs del grupo rebelde Al Farouk, que “no tomo ninguna precaución para evitar víctimas civiles ni para proteger a los enfermos y heridos durante el ataque”.

En mayo de este año, la brigada rebelde FSA atacó el hospital de Daraa, bajo la sospecha de que allí se encontraban cincuenta pacientes leales al Gobierno.

La ONU también advierte de que el personal médico está siendo objetivo de la violencia, tanto del régimen, como de los rebeldes, lo que “contraviene las leyes internacionales”.

Entre abril y junio de 2011, las fuerzas gubernamentales emprendieron una oleada de arrestos de personal médico en Damasco; mientras que en 2012 y 2013, los doctores que trabajaban en los hospitales de campaña de las afueras de Homs fueron perseguidos por las fuerzas gubernamentales por “colaborar con la oposición”.

El informe también recoge que desde el inicio del conflicto, al menos veinte voluntarios de la Media Luna Roja de Siria fueron asesinados, en su mayoría por francotiradores; mientras que varias decenas han sido arrestados mientras repartían material médico.

“Los hospitales todavía operativos bajo control gubernamental no son imparciales a la hora de atender pacientes”
La comisión ha documentado un caso en el que un grupo armado de la oposición atacó deliberadamente una ambulancia, el 16 de agosto de 2013, cuando el batallón de Hamad Abd al Jalil asaltó una ambulancia de la Media Luna Roja kurda, acabando con la vida del paciente, el conductor y el sanitario.

Además, la información recopilada señala que las fuerzas del Gobierno han detenido sistemáticamente a heridos cuando se encontraban en centros médicos, alegando que las heridas de bala o de metralla que presentaban eran una prueba de su colaboración con la oposición.

La comisión también tiene constancia de varios casos en los que personal médico se ha negado a atender a heridos por temor a ser arrestados o sufrir represalias.

Como resultado de estas acciones, 32 de los 88 hospitales públicos del país han tenido que cerrar, 26 de los cuáles se ubicaban en las zonas más afectadas por el conflicto armado (Alepo Damasco, Homs y Dayr az Zawr).

Asimismo, entre el 10% y 15% de los médicos han huido del país.

Se precisa que en casi todo el país, el sistema de salud está totalmente derrumbado y ha sido reemplazado por un sistema paralelo “improvisado e inadecuado, bajo amenaza permanente de ser atacado por el Gobierno”.

“Los hospitales todavía operativos bajo control gubernamental no son imparciales a la hora de atender pacientes”, se señala.

La comisión divulgó el pasado miércoles su último informe completo sobre Siria, en el que acusa a las fuerzas gubernamentales y a la oposición armada de crímenes de guerra.

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