Muere el último testigo de los últimos días de Hitler a los 96 años de edad

Berlin, EP
Roland Misch, el último testigo superviviente de los últimos días de Adolf Hitler en el búnker de Berlín y que siempre se ha referido al dictador nazi como 'el Jefe', ha muerto en su casa a los 96 años, según ha informado este viernes su agente literario.


El último testigo de la caída de Hitler padecía secuelas de un reciente ataque el corazón y falleció este jueves rodeado de su familia en su modesta casa en el sur de Berlín, en la que vivía desde 1938.

En una entrevista concedida en 2007 Misch, que trabajó como guardaespaldas, operador telefónico y mensajero del dictador nazi, aseguró que la vida en el búnker durante los últimos días de Hitler "era bastante normal" y que Hitler "estaba muy tranquilo" la mayor parte del tiempo.

El exsoldado aseguró que los historiadores, cineastas y periodistas se habían equivocado al describir el estado de ánimo en el búnker mientras las fuerzas de seguridad soviéticas se acercaban a Hitler en los últimos días del régimen nazi.

"Era mucho menos dramático", afirmó Misch. "Lo peor era el silencio. Todo el mundo estaba susurrando y nadie sabía por qué. Eso es por lo que se sentía como el búnker de la muerte", relató. El anciano ha mantenido una posición neutral sobre Hitler hasta su muerte.

"La historia es historia, es como es y nadie debería mentir sobre ella" afirmó, sin querer hacer juicios sobre el pasado. Misch no se sentía avergonzado de hablar sobre sus buenos momentos con Hitler, tal y como se muestra en la aclamada película 'El Hundimiento', considerada controvertida al mostrar un extraño lado humano, además de brutal, de la personalidad de Hitler.

Cuando se le preguntaba por el momento más feliz de su vida, Misch enseñaba fotos de Hitler y sus compañeros más cercanos en la residencia de verano del dictador alemán en Berghof, en Baviera. "Era maravilloso, como unas vacaciones. El jefe estaba muy tranquilo cuando estaba allí", aseguraba el exsoldado, enseñando una foto de Hitler rodeado de niños.

Misch, que era la única persona autorizada a llevar un arma en el búnker, se unió a las SS alemanas a los 20 años y fue herido en 1939 en Polonia. Cuando se recuperó, el soldado fue reasignado en la cancillería de Hitler. Despues de la Segunda Guerra Mundial, Misch fue capturado y pasó nueve a los en cárceles soviéticas. Cuando regresó a Alemania fundó un negocio de pintura de casas.

El exsoldado relató en la entrevista el suicidio de Hitler el 30 de abril de 1945. "Estaba preparado para ello y sólo estaba esperando el momento", recordó. "cuando se abrió la puerta vi a Eva --Braun-- tumbada con las piernas dobladas con las rodillas casi tocando su barbilla. Nunca lo olvidaré", afirmó.

Depués, Misch vio el cadáver de Hitler cubierto de mantas, de las que sólo asomaban sus zapatos. "Había un completo silencio. Fui al comandante y le dije: 'El Führer ha muerto', entonces mi compañero afirmó: 'Ahora el jefe tiene que ser quemado"', relató.

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