Merkel se enfrenta a una negociación complicada con Verdes y SPD
Berlín, EP
La oposición a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Angela Merkel ha dado señales este miércoles de que las eventuales conversaciones para la formación de un gobierno de coalición serán complicadas, después de que socialdemócratas y Verdes hayan dado muestras de no tener interés en gobernar con la canciller.
La canciller se ha quedado a cinco escaños de conseguir la mayoría absoluta tras las elecciones del pasado domingo, por lo que tendrá que formar gobierno con uno de los otros tres partidos que han conseguido representación. Excluido el partido La Izquierda, la CDU deberá llegar a a un acuerdo con el Partido Social Demócrata (SPD) o con los Verdes.
Ambos han iniciado un proceso de negociación que podría llevar meses jurando que prefieren estar en la oposición a ayudar a Merkel a gozar de un tercer mandato.
El SPD sigue siendo el socio más probable para Merkel. Incluso después de las segundas elecciones desastrosas, el partido sigue siendo el segundo del país y pedirá un alto precio a cambio de reeditar la "gran coalición" que encabezó Merkel entre 2005 y 2009.
Los líderes regionales del SPD, que son influyentes en un sistema en el que el poder está dividido entre Berlín y los 'laender', quieren someter cualquier acuerdo al voto de los más de 472.000 militantes del partido.
"Al final de un proceso de este tipo, nuestros miembros deben tener la última palabra", ha subrayado Nils Schmid, líder del SPD en Baden-Wuerttemberg, añadiendo que sus seguidores no tienen "interés en sacar siempre las castañas del fuego a Frau Merkel".
La ejecutiva del SPD se reúne este viernes para discutir estrategias y el voto de sus militantes. Los partidarios del SPD consideran la idea de ser socio de coalición desagradable y no es seguro que los militantes apoyarían una gran coalición.
Pero dado que las otras opciones que tiene Merkel que no sean una coalición son un inestable gobierno en minoría o nuevas elecciones, el politólogo Hans Vorlaender cree que el resultado más probable es un país "más socialdemócrata".
"La ventaja es que garantizará mayor estabilidad política y no habrá bloqueos en el Bundesrat", la Cámara Alta que domina el SPD, según este profesor de la Universidad de Dresde.
LOS VERDES NO LO VEN CLARO
Los Verdes están haciendo cambios en su cúpula después de haberse visto relegados a ser el partido con menor representación en el Parlamento.
Katrin Goering-Eckardt, una de las dirigentes que todavía siguen, ha afirmado que las diferencias con los conservadores son demasiado amplias para que los dos partidos puedan trabajar de forma eficiente juntos en un mismo gobierno.
"No tendría ninguna credibilidad y no ayudaría a un gobierno estable, después de los puntos de vista expresados en esta campaña", ha afirmado Goering-Eckardt. El partido la presentó en las elecciones como el contrapeso centrista al veterano Juergen Trittin, cuya defensa de una subida de impuestos a los más ricos parece haber perjudicado a los más ricos.
Los elementos más de derecha en el bando de Merkel, como el ministro principal de Baviera, Horst Seehofer, consideran a los Verdes difíciles de digerir, si bien no han concretado sus objeciones. Aunque primero descartó ningún contacto, rebajó esta postura a rechazar "a los líderes Verdes que han jugado un papel en la campaña electoral" y parece haber dejado abierta la puerta a otros como Goering-Eckardt.
De forma significativa, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, el segundo dirigente de la CDU con más influencia por detrás de Merkel, ha dicho que podría trabajar con pragmáticos como Winfried Kretschmann en Baden-Wuerttemberg, quien es el ministro principal del estado.
Preguntado por el semanario 'Die Zeit' sobre si los Verdes son una opción, Schaeuble ha dicho: "depende de qué Verdes estemos hablando". El ministro, al que Merkel sería reacia a sacrificar en la negociación de los puestos en el futuro gobierno, ha instado a unas negociaciones rápidas "dadas algunas importantes decisiones de política europea a las que nos enfrentamos, por ejemplo la unión bancaria".
Preguntado sobre si el precio de una coalición podría incluir concesiones en las promesas electorales hechas por el SPD y los Verdes de un salario mínimo, impuestos más altos para los que más ganan y un impuesto para los ricos, Schaeuble no ha querido pronunciarse: "tendremos que ver cómo van las conversaciones".
Sin embargo el veterano parlamentario de la CDU Norbert Barthle ha dejado abierta aparentemente la puerta al compromiso, declarando a un diario local que podría imaginarse que los impuestos a los que más ganan subieran al 45 por ciento desde el 42 por ciento, lejos del 49 por ciento reclamado por el SPD.
La oposición a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Angela Merkel ha dado señales este miércoles de que las eventuales conversaciones para la formación de un gobierno de coalición serán complicadas, después de que socialdemócratas y Verdes hayan dado muestras de no tener interés en gobernar con la canciller.
La canciller se ha quedado a cinco escaños de conseguir la mayoría absoluta tras las elecciones del pasado domingo, por lo que tendrá que formar gobierno con uno de los otros tres partidos que han conseguido representación. Excluido el partido La Izquierda, la CDU deberá llegar a a un acuerdo con el Partido Social Demócrata (SPD) o con los Verdes.
Ambos han iniciado un proceso de negociación que podría llevar meses jurando que prefieren estar en la oposición a ayudar a Merkel a gozar de un tercer mandato.
El SPD sigue siendo el socio más probable para Merkel. Incluso después de las segundas elecciones desastrosas, el partido sigue siendo el segundo del país y pedirá un alto precio a cambio de reeditar la "gran coalición" que encabezó Merkel entre 2005 y 2009.
Los líderes regionales del SPD, que son influyentes en un sistema en el que el poder está dividido entre Berlín y los 'laender', quieren someter cualquier acuerdo al voto de los más de 472.000 militantes del partido.
"Al final de un proceso de este tipo, nuestros miembros deben tener la última palabra", ha subrayado Nils Schmid, líder del SPD en Baden-Wuerttemberg, añadiendo que sus seguidores no tienen "interés en sacar siempre las castañas del fuego a Frau Merkel".
La ejecutiva del SPD se reúne este viernes para discutir estrategias y el voto de sus militantes. Los partidarios del SPD consideran la idea de ser socio de coalición desagradable y no es seguro que los militantes apoyarían una gran coalición.
Pero dado que las otras opciones que tiene Merkel que no sean una coalición son un inestable gobierno en minoría o nuevas elecciones, el politólogo Hans Vorlaender cree que el resultado más probable es un país "más socialdemócrata".
"La ventaja es que garantizará mayor estabilidad política y no habrá bloqueos en el Bundesrat", la Cámara Alta que domina el SPD, según este profesor de la Universidad de Dresde.
LOS VERDES NO LO VEN CLARO
Los Verdes están haciendo cambios en su cúpula después de haberse visto relegados a ser el partido con menor representación en el Parlamento.
Katrin Goering-Eckardt, una de las dirigentes que todavía siguen, ha afirmado que las diferencias con los conservadores son demasiado amplias para que los dos partidos puedan trabajar de forma eficiente juntos en un mismo gobierno.
"No tendría ninguna credibilidad y no ayudaría a un gobierno estable, después de los puntos de vista expresados en esta campaña", ha afirmado Goering-Eckardt. El partido la presentó en las elecciones como el contrapeso centrista al veterano Juergen Trittin, cuya defensa de una subida de impuestos a los más ricos parece haber perjudicado a los más ricos.
Los elementos más de derecha en el bando de Merkel, como el ministro principal de Baviera, Horst Seehofer, consideran a los Verdes difíciles de digerir, si bien no han concretado sus objeciones. Aunque primero descartó ningún contacto, rebajó esta postura a rechazar "a los líderes Verdes que han jugado un papel en la campaña electoral" y parece haber dejado abierta la puerta a otros como Goering-Eckardt.
De forma significativa, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, el segundo dirigente de la CDU con más influencia por detrás de Merkel, ha dicho que podría trabajar con pragmáticos como Winfried Kretschmann en Baden-Wuerttemberg, quien es el ministro principal del estado.
Preguntado por el semanario 'Die Zeit' sobre si los Verdes son una opción, Schaeuble ha dicho: "depende de qué Verdes estemos hablando". El ministro, al que Merkel sería reacia a sacrificar en la negociación de los puestos en el futuro gobierno, ha instado a unas negociaciones rápidas "dadas algunas importantes decisiones de política europea a las que nos enfrentamos, por ejemplo la unión bancaria".
Preguntado sobre si el precio de una coalición podría incluir concesiones en las promesas electorales hechas por el SPD y los Verdes de un salario mínimo, impuestos más altos para los que más ganan y un impuesto para los ricos, Schaeuble no ha querido pronunciarse: "tendremos que ver cómo van las conversaciones".
Sin embargo el veterano parlamentario de la CDU Norbert Barthle ha dejado abierta aparentemente la puerta al compromiso, declarando a un diario local que podría imaginarse que los impuestos a los que más ganan subieran al 45 por ciento desde el 42 por ciento, lejos del 49 por ciento reclamado por el SPD.