Madrid se queda sin unos Juegos que acogerá Tokio
La propuesta madrileña queda descartada por cuatro votos en la primera votación
Francisco Peregil
Buenos Aires, El País
A la tercera no fue la vencida. Madrid perdió en 2005 sus opciones de organizar unos Juegos Olímpicos, la volvió a perder en 2009 y la perdió en Buenos Aires al ser eliminada en primera ronda, tras un empate parcial con Estambul. En la final quedaron Tokio y Estambul. Y fue la capital nipona quien, finalmente, albergará los Juegos de 2020. A Madrid sólo le queda preguntarse en qué se falló.
La delegación española había temido el efecto de la crisis que se cierne sobre España desde hace seis años. Intentó hacer de la necesidad, virtud. No había grandes sumas de dinero para invertir porque ya se había invertido casi todo lo que se precisaba. Había organizado su estrategia en torno a la solvencia de un proyecto al que sólo faltaban 1.500 millones de inversión y un 20% de sus infraestructuras. Pero, cuando se terminó la exposición de 45 minutos y llegó el turno de las preguntas para España, los delegados del COI eludieron la crisis y se centraron en la lucha contra el dopaje. Uno de ellos preguntó acerca de las bolsas de sangre de deportistas supuestamente dopados.
El delegado se refería a las más de 200 bolsas que, entre congeladas o meramente refrigeradas el médico Eufemiano Fuentes y sus colaboradores conservaban en dos pisos de Madrid; o sea, la sangre de la Operación Puerto. La operación, que comenzó a investigarse en 2006, fue calificada por varios medios internacionales y deportistas de élite como el tenista Andy Murray como“el mayor encubrimiento de la historia del deporte”. Tras siete años de instrucción y tres meses de juicio, la sentencia de la juez Julia Patricia Santamaría fue muy tibia. De los cinco acusados tres fueron absueltos y dos condenados a penas mínimas. Y encima, la juez ordenó destruir las 212 bolsas de sangre y plasma incautadas, con los cual se vetaba la posibilidad de castigar a los deportistas dopados que pudieron ser una centena. La sentencia fue recurrida por la fiscalía.
El punto débil de España, una vez más, fue la lucha contra el dopaje.
En el momento en que se promulgaba la sentencia, el presidente del COE, Alejandro Blanco se encontraba en Buenos Aires. Cuando se le preguntó cómo podría afectar a la candidatura madrileña, contestó que muy mal y que era una pena que un hecho tan lamentable opacara todos los esfuerzos que se han venido haciendo para adaptarse a la legislación internacional.
El sábado, cuando Blanco respondió a los delegados del COI, aseguró que España ha adaptado la ley a todas las exigencias: por el número de controles, por la calidad de los deportistas”. Pero eludió contestar al caso concreto de las bolsas. En la posterior conferencia de prensa aclaró que España es el sexto país en número de controles. Y que hay un total compromiso para luchar sin límites contra el dopaje. En esa conferencia de prensa también se refirió a las bolsas: “Estamos en un proceso judicial y hasta el final de ese proceso la juez no decide si da las bolsas o no las da. (…) No dejaremos de luchar hasta conocer los nombres de todos aquellos que estaban implicados”, aseguró. Pero ya era demasiado tarde.
Tal vez, si la lucha contra la droga en el deporte se hubiera iniciado antes, el resultado habría sido otro.
Buenos Aires, El País
A la tercera no fue la vencida. Madrid perdió en 2005 sus opciones de organizar unos Juegos Olímpicos, la volvió a perder en 2009 y la perdió en Buenos Aires al ser eliminada en primera ronda, tras un empate parcial con Estambul. En la final quedaron Tokio y Estambul. Y fue la capital nipona quien, finalmente, albergará los Juegos de 2020. A Madrid sólo le queda preguntarse en qué se falló.
La delegación española había temido el efecto de la crisis que se cierne sobre España desde hace seis años. Intentó hacer de la necesidad, virtud. No había grandes sumas de dinero para invertir porque ya se había invertido casi todo lo que se precisaba. Había organizado su estrategia en torno a la solvencia de un proyecto al que sólo faltaban 1.500 millones de inversión y un 20% de sus infraestructuras. Pero, cuando se terminó la exposición de 45 minutos y llegó el turno de las preguntas para España, los delegados del COI eludieron la crisis y se centraron en la lucha contra el dopaje. Uno de ellos preguntó acerca de las bolsas de sangre de deportistas supuestamente dopados.
El delegado se refería a las más de 200 bolsas que, entre congeladas o meramente refrigeradas el médico Eufemiano Fuentes y sus colaboradores conservaban en dos pisos de Madrid; o sea, la sangre de la Operación Puerto. La operación, que comenzó a investigarse en 2006, fue calificada por varios medios internacionales y deportistas de élite como el tenista Andy Murray como“el mayor encubrimiento de la historia del deporte”. Tras siete años de instrucción y tres meses de juicio, la sentencia de la juez Julia Patricia Santamaría fue muy tibia. De los cinco acusados tres fueron absueltos y dos condenados a penas mínimas. Y encima, la juez ordenó destruir las 212 bolsas de sangre y plasma incautadas, con los cual se vetaba la posibilidad de castigar a los deportistas dopados que pudieron ser una centena. La sentencia fue recurrida por la fiscalía.
El punto débil de España, una vez más, fue la lucha contra el dopaje.
En el momento en que se promulgaba la sentencia, el presidente del COE, Alejandro Blanco se encontraba en Buenos Aires. Cuando se le preguntó cómo podría afectar a la candidatura madrileña, contestó que muy mal y que era una pena que un hecho tan lamentable opacara todos los esfuerzos que se han venido haciendo para adaptarse a la legislación internacional.
El sábado, cuando Blanco respondió a los delegados del COI, aseguró que España ha adaptado la ley a todas las exigencias: por el número de controles, por la calidad de los deportistas”. Pero eludió contestar al caso concreto de las bolsas. En la posterior conferencia de prensa aclaró que España es el sexto país en número de controles. Y que hay un total compromiso para luchar sin límites contra el dopaje. En esa conferencia de prensa también se refirió a las bolsas: “Estamos en un proceso judicial y hasta el final de ese proceso la juez no decide si da las bolsas o no las da. (…) No dejaremos de luchar hasta conocer los nombres de todos aquellos que estaban implicados”, aseguró. Pero ya era demasiado tarde.
Tal vez, si la lucha contra la droga en el deporte se hubiera iniciado antes, el resultado habría sido otro.