Los tres muertos en disturbios de Bogotá tenían disparos de bala en el cráneo

Bogota, EP
El director del Instituto de Medicina Legal (IML), Carlos Eduardo Valdés, ha revelado que las tres personas que murieron en los disturbios que se desataron el pasado jueves en Bogotá, en el marco de las protestas campesinas y de transportistas, tenían disparos de bala en el cráneo.


"La causa de la muerte fue el paso del proyectil a la altura del cráneo desde la parte delantera a la trasera. Se trataría de proyectiles de baja velocidad, es decir, de revolver o pistola", ha dicho, en declaraciones a Caracol Radio.

Valdés ha indicado que los informes de las tres autopsias ya han ido enviados a la Fiscalía General para que los incluya en sus pesquisas sobre estas tres muertes.

Además, el director del IML ha revelado que los cadáveres de las tres víctimas mortales de las protestas capitalinas ya han sido entregados a sus respectivas familias.

Tres personas murieron --dos jóvenes y un adolescente de 16 años de edad-- y al menos 89 personas resultaron heridas, 26 de las cuales han tenido que ser hospitalizadas, incluida una funcionaria municipal en estado grave, por los disturbios del pasado jueves en Bogotá.

Miles de personas recorrieron el centro de Bogotá para exigir el Gobierno que apruebe medidas urgentes para mejorar las condiciones laborales de los campesinos y transportistas colombianos y protegerles del impacto de los tratados de libre comercio.

La marcha transcurrió en calma hasta que por la tarde grupos de encapuchados atacaron a las fuerzas de seguridad con armas de fuego, cócteles molotov, cristales rotos, piedras y palos, según la prensa colombiana, dando lugar a una batalla campal en el corazón de Bogotá.

Agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la Policía Nacional respondieron con el lanzamiento de bengalas, gases lacrimógenos, bombas aturdidoras y balas de goma, de acuerdo con las imágenes de los enfrentamientos.

En respuesta, la Alcaldía de Bogotá decretó el toque de queda en el área metropolitana, impuso la ley seca y restringió la circulación para vehículos privados y públicos. El Gobierno de Juan Manuel Santos, por su parte, ordenó militarizar la capital colombiana.

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, denunció la infiltración de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la marcha de Bogotá y, en consecuencia, propuso juzgar por terrorismo a los detenidos por los disturbios.

Por su parte, el alcalde bogotano, Gustavo Petro, acusó a las bandas criminales de la violencia. "Las 'bacrim' están detrás del sabotaje a la movilización pacífica. Los Paisas contrataron pandillas para destruir y extorsionar", dijo en la red social Twitter.
FIN DEL PARO NACIONAL

Tras esta jornada de violencia, finalmente el pasado sábado Gobierno y campesinos y transportistas llegaron a un acuerdo, tras semanas de negociaciones infructuosas, para deponer la huelga que comenzó hace 15 días y que ha dejado cuatro muertos y cientos de heridos y detenidos.

Por virtud del mismo, el Gobierno se ha comprometido a crear zonas mineras para comunidades ancestrales y a redactar y promover en el Congreso un proyecto de ley para definir la figura de los llamados mineros informales.

El Ministerio del Medio Ambiente se encargará de elaborar una guía para que los mineros lleven a cabo proyectos respetuosos con el entorno natural y encomendará a las Corporaciones Autónomas el seguimiento de dichos proyectos.

Por su parte, los huelguistas han accedido a que el Ministerio de Defensa sancione a los que tengan cuentas pendientes con la Justicia, utilicen maquinaria ilegal o reciban financiación de grupos armados ilegales.

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