Las conservadora Solberg podría ser primera ministra de Noruega

Oslo, EP
La líder de la oposición conservadora, Erna Solberg, podría convertirse en primera ministra de Noruega tras las elecciones que tendrán lugar el próximo 9 de septiembre, debido a su compromiso con la bajada de impuestos, la mejora de la sanidad y la venta de algunas participaciones petroleras, aunque se vería obligada a formar una complicada coalición con la extrema derecha.


Los sondeos previos a las elecciones sugieren que la líder del Partido Conservador, firme seguidora de la canciller alemana, Angela Merkel, podría necesitar el apoyo de pequeños partidos para formar Gobierno. Esto aumenta las posibilidades del Partido del Progreso noruego, con un programa populista cuyo objetivo principal es la restricción de la inmigración, de acceder al poder.

En este caso y a pesar de que el Partido del Progreso es probable que obtenga menos votos que en las últimas elecciones, podría entrar a formar parte del Gobierno por primera vez, aunque con un discurso más moderado y más dispuesto a hacer concesiones.

El actual primer ministro, Jens Stoltenberg, gobierna desde 2005 Noruega, que ha conseguido no verse dañado en medio de un periodo de recesión a nivel mundial. No obstante, el crecimiento en el país está ralentizándose y Stoltenberg ha sido acusado de despilfarrar los ingresos petroleros que han blindado el bienestar de Noruega.

"No creo que el Gobierno sea la razón por la que Noruega haya salido bien de la crisis europea", asegura un enfermero de Oslo. "No estoy seguro de que las cosas vayan a mejorar con otros en el poder, pero estoy convencido de que tenemos que deshacernos de este Gobierno", ha añadido. "No han hecho nada por la sanidad durante los últimos ocho años, incluso la situación ha empeorado, tanto para los pacientes como para los que trabajamos en ella".

"El Ejecutivo ha gobernado en mayoría durante ocho años. El coste de este Gobierno le está pasando factura, y la gente quiere que cambie", ha asegurado un analista político del centro para investigación social UNI Rokkan.

Los últimos sondeos le dan al líder del Partido Laborista y actual primer ministro alrededor del 30 por ciento de los votos, convirtiéndolo en la primera fuerza política en solitario. Sin embargo, los partidos de la oposición, en campaña para acabar con el Gobierno actual, están en camino de conseguir al menos 10 escaños en el Parlamento.
EL RIESGO DE LA DERECHA

El mayor riesgo al que se enfrenta la coalición de centro-derecha es el Partido del Progreso noruego (PPN), al que perteneció Anders Breivik, quien asesinó a 77 personas en 2011 en la isla de Utoya, donde se celebraba un campamento de juventudes del Partido Laborista, visto por muchos ciudadanos como demasiado radical para el Gobierno.

El PPN ha intentando mejorar su imagen, sin embargo, sigue manteniendo posturas muy radicales en las cuestiones de inmigración y gasto público. "No es un partido de extrema derecha, es un partido populista de derecha y con algunas similitudes con otros partidos populistas en Europa", ha afirmado la politóloga Elisabeth Ivarsflaten, de la Universidad de Bergen. "Pero parece que realmente están intentando unirse al Gobierno, por lo que se comprometerá en muchas cuestiones", ha añadido.

Si el Gobierno se formara con el PPN, Solberg tendría que enfrentarse a su férrea intención de restringir al menos un 50 por ciento la inmigración extraeuropea, y la de reducir la cifra de peticiones de asilo. Aunque las cifras de inmigración en Noruega son altas, el crecimiento de la población va a un ritmo de un 1 por ciento anual, el desempleo actual está por debajo del 3 por ciento y las empresas noruegas necesitan mano de obra.
PROGRAMA CONSERVADOR

Erna Solberg, apodada 'Iron Erna' --Erna de hierro-- por su férrea postura mientras formó parte del Ejecutivo entre 2001 y 2005, tendrá que mantener a raya al PPN, aunque se vería obligada a hacer concesiones en materia de recorte de impuestos y gasto público en infraestructuras, y quizás un gesto simbólico en la cuestión de inmigración.

"No hemos aprovechado la mejor época que la economía noruega ha experimentado a lo largo de su historia para invertir en el futuro", ha explicado Solberg. "Nuestra economía se mantiene sobre una sola pierna: el sector petrolero. ¿Qué pasará si los precios del crudo se desploman? ¿Qué pasará después de la era dorada del petróleo en Noruega?".

A pesar de que Noruega ha salido ilesa de la crisis que se asienta en Europa desde los últimos años, su economía crece cada vez a menos velocidad y Stoltenberg, visto como un líder en la gestión económica, interrumpió la inversión internacional este año cuando hizo pública la primera subida de impuestos al petróleo en Noruega en décadas.

La conservadora Solberg se ha comprometido a reducir los impuestos, así como a vender participaciones de grandes empresas petroleras estatales como Statoil o Telenor, reducir el tamaño del Ejecutivo y flexibilizar la regulación empresarial. Además, ha impulsado una campaña para incrementar el gasto en salud e infraestructura sin inflar el presupuesto.

La responsabilidad fiscal podría ser un tema crucial. El PPN espera invertir en infraestructura parte de los 750.000 millones de dólares que Noruega ha ahorrado gracias a los ingresos del petróleo. Solberg podría darle al PPN la cartera de Finanzas, pero tendría que realizar contenciones en el gasto o acabaría siendo visto como una actitud irresponsable.

Es muy difícil que los cuatro partidos de la oposición, muy diferentes entre sí, formen una coalición de Gobierno, por lo que aumentarían las posibilidades de que Solberg gobernara en minoría, algo habitual en Noruega debido, en parte, a que la legislación no permite las elecciones anticipadas.

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