La Policía emplea gases lacrimógenos contra manifestantes en Sudán

Jartum, EP
La Policía sudanesa ha empleado gases lacrimógenos para dispersar a miles de ciudadanos que reclaman la dimisión del presidente, Omar Hasan al Bashir, después de que grupos de defensa de los Derechos Humanos hayan denunciado que al menos 50 manifestantes han muerto por disparos en la cabeza o el pecho por parte de las fuerzas de seguridad.


Unas 3.000 personas, enfurecidas por la represión de las protestas contra la supresión de los subsidios a los combustibles, se han echado a las calles tras la oración del viernes en Omburman, al otro lado del Nilo frente a Jartum, al grito de "libertad, libertad" y "el pueblo quiere la caída del régimen".

Desafiando la fuerte presencia de seguridad, con camiones militares aparcados en las principales arterias, la multitud ha marchado hacia el mercado central, portando pancartas en las que se podía leer "no a la subida de precios".

La Policía ha empleado gases lacrimógenos después de que la multitud recorriera unos dos kilómetros en el centro de la ciudad. Algunos manifestantes han buscado cubierto, pero el grueso se ha quedado, algunos de ellos incluso han lanzado piedras a la Policía, mientras que otros han prendido fuego a coches.

Más de 1.000 personas también se han manifestado en el distrito de Bahri, en el norte de Jartum, uno de los focos de los incidentes de los últimos días, según testigos. También ha habido cientos de manifestantes en otra zona de Omdurman y en Jartum, así como en la localidad de Wad Madani, al sur de la capital.

En el centro de Jartum, había camiones del Ejército con ametralladoras antiaéreas, que normalmente solo se usan en regiones conflictivas como Darfur. Más de 100 soldados, policías y agentes de paisano armados con Kalashnikov y otras armas han patrullado el distrito gubernamental en las orillas del Nilo.

50 MUERTOS

Amnistía Internacional y el Centro Africano para los Estudios de Justicia y Paz, con sede en Nueva York, han informado de que al menos 50 personas han muerto por disparos de bala en el pecho o la cabeza, citando a testigos, familiares, médicos y periodistas.

Entre estos fallecidos figura un niño de 14 años, mientras que la mayoría de las víctimas tienen entre 19 y 26 años, han informado ambas organizaciones en un comunicado, en el que precisan que hay cientos de detenidos.

"Disparar a matar, incluido haciéndolo contra el pecho y la cabeza de los manifestantes, es una flagrante violación del derecho a la vida y Sudán debe cesar inmediatamente esta represión violenta por parte de sus fuerzas de seguridad", ha reclamado la vicedirectora para Africa de AI, Lucy Freeman.

Por su parte, Human Rights Watch (HRW) ha indicado en un comunicado aparte que ha confirmado que el balance de muertos es superior a los 29 reconocidos por el Gobierno, pero no ha ofrecido una cifra.

"La Policía y las fuerzas de seguridad nacional emplearon gases lacrimógenos, balas recubiertas de goma y, según informaciones creíbles, munición real, contra la multitud", ha denunciado HRW.

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