Kenia pone fin al ataque yihadista

-Las fuerzas de seguridad despejan el centro comercial y detienen a 11 personas
-El presidente alerta del intento de romper el carácter multiétnico del país


Ángeles Espinosa, enviada especial
Nairobi, El País
"Hemos humillado y derrotado a nuestros atacantes". Con estas palabras el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ha dado este martes por concluido el asalto terrorista a un centro comercial de Nairobi, que se prolongaba desde el pasado sábado. "Todavía quedan varios cuerpos atrapados entre los escombros", ha señalado el mandatario durante un mensaje televisado a la nación. Al parecer una parte del edificio se ha derrumbado. Durante todo el día, los kenianos habían contenido el aliento ante la dilación de las actividades policiales y el sonido de disparos. Además de los 61 muertos ya contabilizados, Kenyatta ha anunciado que han perdido la vida seis miembros de las fuerzas de seguridad y cinco asaltantes. Once personas más han sido detenidas.


A mediodía del pasado sábado, un grupo de hombres armados, estimados entre 10 y 15 según las fuentes, entró a tiro limpio en el centro comercial Westgate, en una de las barriadas acomodadas de Nairobi. Al menos un millar de personas se encontraban en ese momento en la galería comercial, una de las más modernas de la capital keniana. En las horas siguientes, la mayoría lograron escapar o fueron rescatadas por las fuerzas de seguridad, pero los asaltantes, que un portavoz de Al Shabab identificó como miembros de ese grupo extremista somalí, lograron hacerse con varios rehenes a los que amenazaban con matar si se intentaba liberarlos. Su acción ha sido una represalia por la actuación de las tropas kenianas en el sur de Somaila.

"No ha sido un trance fácil para ninguno de nosotros", ha dicho Kenyatta, uno de cuyos sobrinos murió junto a su novia en el atentado. "Nuestros atacantes querían destruir el carácter esencial de nuestra sociedad", ha señalado en referencia al carácter multiétnico y plurirreligioso de Kenya, un país con un 12% de musulmanes y en el que también ha encontrado refugio de la guerra civil una significativa colonia somalí.

Sin embargo, lejos de abrir una brecha, el brutal ataque terrorista ha hermanado a los kenianos que, tal como ha destacado el presidente, "han mostrado unidad, altruismo y empatía". Una colecta telefónica ha recogido 16 millones de chelines (145.000 euros) para ayudar a las familias de las víctimas. Otro ejemplo de esa solidaridad se podía observar en las inmediaciones del Westgate, donde un centro religioso y comunitario hindú había abierto sus puertas y ofrecía comida a los periodistas y los miembros de los servicios de emergencia que montaban guardia desde el sábado.

En varias ocasiones durante el día, sanitarios, reporteros y curiosos agrupados en una rotonda cercana oyeron tiros, e incluso una pequeña explosión. La última vez, hacia las cinco y media de la tarde, las salvas se produjeron después de que los cámaras observaran a través de sus teleobjetivos a un grupo de soldados moviéndose por entre las ventanas del tercer piso.

En ese momento, no estaba claro si disparaban a los terroristas, o simplemente para cubrirse unos a otros, según iban avanzando por el interior del recinto, con una superficie total 32.000 metros cuadrados repartidos en cuatro plantas que albergaban 80 tiendas. Sólo tras la intervención del presidente ha quedado claro que las fuerzas especiales kenianas llevaban a cabo una operación de limpieza, tienda por tienda, para asegurarse de que no quedaban asaltantes escondidos o trampas explosivas.

En una guerra de propaganda paralela a las operaciones policiales, Al Shabab recurrió a Twitter para ir desmintiendo a las autoridades kenianas, cuyas informaciones resultaban a menudo contradictorias. Así, desde la última cuenta abierta a su nombre, después de que los administradores de la red social cerraran las tres anteriores, los extremistas somalíes han desmentido durante el día que hubiera acabado el asalto y que no quedaran más rehenes.

"Hay numerosos cuerpos aún esparcidos dentro del centro comercial y los Muyahidín mantienen sus posiciones #Westgate", aseguraba uno de sus tuits. En otro mensaje, defendían que aún había rehenes con vida.

Esa información ha resultado inicialmente creíble porque tras los últimos rescatados el lunes, la Cruz Roja dijo tener una lista de 51 personas cuyos familiares creían en el centro comercial y de las que no se tenía noticia. A falta de conocerse el número de cuerpos que permanecen bajo los escombros, es uno de los datos que queda por aclarar.

Las autoridades kenianas también tendrán que esclarecer el número y las nacionalidades de los asaltantes. La ministra de Exteriores, Amina Mohamed, declaró a la cadena de televisión PBS que "dos o tres de los terroristas eran estadounidenses y uno, una mujer, británica".

Al Shabab ha negado que hubiera extranjeros implicados en el ataque. Por su parte, el presidente Kenyatta ha dicho que no podía confirmar las informaciones relativas a la nacionalidad de los terroristas y que habrá que esperar al análisis de los forenses para determinar las nacionalidades.

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