Además, se está retirando a parte del personal del consulado en Adana, en el sureste de Turquía, y se ha recomendado a los ciudadanos estadounidenses que eviten los viajes a Líbano y el sur de Turquía.
El gobierno advirtió que aquellos que aún así persistan en sus viajes, lo hacen bajo su propio riesgo y deberían estar listos para marcharse rápidamente.
No se ofrecieron detalles sobre la naturaleza de las amenazas.
Todo esto se produce mientras el Congreso de EE.UU. estudia la autorización de ataques militares sobre Siria, país vecino tanto de Líbano como de Turquía.