Al Sevilla le faltó el no-gol del año de Trochowski
San Sebastián, As
La Real, que descargó fútbol en la última media hora como para considerarse merecedora de la victoria, podrá decir que sólo le faltó el 2-1 para coronar su buen partido, pero nunca podrá esgrimir un argumento tan convincente para lamentar el empate como el Sevilla, que perdonó el 0-2 en uno de los errores del año. Trochowski se disfrazó de Cardeñosa, Salinas, Abreu y todos los ilustres en la materia y mandó fuera un balón que sólo tenía un destino posible: el gol que hubiese supuesto el 0-2 en el minuto 40 y, tal vez, el principio del fin de un partido que terminó por empatar Griezmann. El botín fue demasiado agridulce para Real y Sevilla antes de empezar la operación Alemania la próxima semana ante Leverkusen y Friburgo.
Acostumbrada a ser la reina de las transiciones rápidas la temporada pasada, Emery le dio a la Real de su propia medicina en el inicio. Se blindó con Cristóforo e Iborra en el mediocentro y adelantó a Rakitic, que, como si de un quarterback se tratase, teledirigió un pase excepcional al que Jairo puso una rúbrica de categoría con un toque de clase ante Bravo. El 0-1,al cuarto de hora fortaleció al Sevilla en su idea: esperar atrás y vivir de los desmarques de Gameiro, jugador con un excelente sentido táctico. El Sevilla acarició el partido al borde del descanso, cuando Trochowski, Jairo y Gameiro fabricaron una jugada primorosa que debió terminar en en 0-2,. El alemán, felizmente recuperado de una gravísima lesión, tiró la pelota fuera. Será uno de los fallos de la temporada.
Al Sevilla se le empezó a hacer el partido largo en la segunda parte. Arrasate comprendió que, pese a haber mantenido el 68 por ciento de la posesión del balón en la primera parte, su equipo no había interpretado bien qué hacer con él. Puso una marcha y un delantero más. Tiró de Seferovic, simplificó el juego, esta vez algo más directo, y empezó a entrar por tierra, mar y aire. Y al irremediable empate de Griezmann le sucedió un temporal de fútbol de la Real, que estrelló un balón al palo y dispuso de varios remates francos. En todas esas jugadas estuvo Vela, jugador superior que tiró del equipo. El 1-1 y el achuchón de la Real descompusieron al Sevilla. A Emery le quedaban las balas de Marin y Bacca, pero lo que encontró fue un incordio en Seferovic y la expulsión de Cala, que apuró al Sevilla en los últimos cinco minutos. Cuando escampó para los hispalenses, a Unai le empezaron a pasar por la cabeza los flashes del remate de Trochowski. El alemán, buen tipo y ejemplo de superación, no va a poder evitar las pesadillas. Cómo explicarle a la gente que hizo un buen partido.
La Real, que descargó fútbol en la última media hora como para considerarse merecedora de la victoria, podrá decir que sólo le faltó el 2-1 para coronar su buen partido, pero nunca podrá esgrimir un argumento tan convincente para lamentar el empate como el Sevilla, que perdonó el 0-2 en uno de los errores del año. Trochowski se disfrazó de Cardeñosa, Salinas, Abreu y todos los ilustres en la materia y mandó fuera un balón que sólo tenía un destino posible: el gol que hubiese supuesto el 0-2 en el minuto 40 y, tal vez, el principio del fin de un partido que terminó por empatar Griezmann. El botín fue demasiado agridulce para Real y Sevilla antes de empezar la operación Alemania la próxima semana ante Leverkusen y Friburgo.
Acostumbrada a ser la reina de las transiciones rápidas la temporada pasada, Emery le dio a la Real de su propia medicina en el inicio. Se blindó con Cristóforo e Iborra en el mediocentro y adelantó a Rakitic, que, como si de un quarterback se tratase, teledirigió un pase excepcional al que Jairo puso una rúbrica de categoría con un toque de clase ante Bravo. El 0-1,al cuarto de hora fortaleció al Sevilla en su idea: esperar atrás y vivir de los desmarques de Gameiro, jugador con un excelente sentido táctico. El Sevilla acarició el partido al borde del descanso, cuando Trochowski, Jairo y Gameiro fabricaron una jugada primorosa que debió terminar en en 0-2,. El alemán, felizmente recuperado de una gravísima lesión, tiró la pelota fuera. Será uno de los fallos de la temporada.
Al Sevilla se le empezó a hacer el partido largo en la segunda parte. Arrasate comprendió que, pese a haber mantenido el 68 por ciento de la posesión del balón en la primera parte, su equipo no había interpretado bien qué hacer con él. Puso una marcha y un delantero más. Tiró de Seferovic, simplificó el juego, esta vez algo más directo, y empezó a entrar por tierra, mar y aire. Y al irremediable empate de Griezmann le sucedió un temporal de fútbol de la Real, que estrelló un balón al palo y dispuso de varios remates francos. En todas esas jugadas estuvo Vela, jugador superior que tiró del equipo. El 1-1 y el achuchón de la Real descompusieron al Sevilla. A Emery le quedaban las balas de Marin y Bacca, pero lo que encontró fue un incordio en Seferovic y la expulsión de Cala, que apuró al Sevilla en los últimos cinco minutos. Cuando escampó para los hispalenses, a Unai le empezaron a pasar por la cabeza los flashes del remate de Trochowski. El alemán, buen tipo y ejemplo de superación, no va a poder evitar las pesadillas. Cómo explicarle a la gente que hizo un buen partido.