Santos quiere que se vote el acuerdo de paz con las FARC el día de las elecciones
A través de un referendo los colombianos votarían el acuerdo que se firme en La Habana
Para las FARC el mecanismo ideal es una Asamblea Nacional Constituyente
Elizabeth Reyes L.
Bogotá, El País
El presidente Juan Manuel Santos parece cada vez más confiado en que la paz con las FARC se firmará antes de que termine el año. Este jueves, tras una reunión con los partidos que integran la llamada Mesa de Unidad Nacional –coalición del gobierno– el mandatario anunció que se radicará en el Congreso un proyecto de ley para que los colombianos puedan decidir si validan o no los acuerdos a los que se llegue en La Habana a través de un referendo, el mismo día en que se realicen las próximas elecciones, ya sean del Parlamento o las presidenciales.
Aunque esto está prohibido actualmente en Colombia, Santos ha dicho que debido a la coyuntura de las negociaciones de paz sería oportuno levantar esa prohibición. “Es un proyecto muy sencillo, de tres artículos, en donde simplemente se dice que: el referendo constitucional con ocasión de un acuerdo final para la terminación del conflicto armado podrá coincidir con otros actos electorales”, explicó Santos. Es decir, que el referendo por la paz se realizaría con las elecciones de Congreso el próximo marzo o con las presidenciales en mayo de 2014. En cualquiera de esas dos fechas los votantes recibirían un tarjetón adicional al de los candidatos.
La refrendación de los acuerdos es uno de los puntos finales de la agenda de negociación entre el gobierno y la guerrilla, y desde que Santos anunció que comenzaban los diálogos de paz en septiembre de 2012, ha insistido en que cualquier pacto tiene que ser revalidado por los colombianos. Esto significa que aunque por ahora las discusiones se han hecho a puerta cerrada en La Habana, una vez se logré la firma total de un acuerdo de la paz, los colombianos tendrán la última palabra.
Con la iniciativa de hacer un referendo el mismo día de las elecciones, el gobierno destapa la forma con la que cree debe ser el mecanismo utilizado para validar los acuerdos con las FARC, ya que los negociadores de la guerrilla han insistido en que el suyo es una Asamblea Nacional Constituyente. Así lo han dicho públicamente desde que se inició la negociación del segundo punto de la agenda que se centra en la participación política de esa guerrilla una vez se desmovilicen.
Rodrigo Granda, más conocido como el canciller de las FARC, ha asegurado que la idea de una Constituyente no es un capricho sino “un clamor nacional” e Iván Márquez, jefe del equipo negociador de esa guerrilla, ha dicho que en la agenda de negociaciones el gobierno Santos se comprometió a hacer reformas institucionales y más que refundar el Estado –como ha insinuado el Presidente–, ellos ven la iniciativa de la Constituyente como la forma ideal de sellar un pacto de paz. “El pueblo soberano es la autoridad legítima de la nación y nosotros nos someteremos a la voluntad popular, a lo que diga el pueblo en esa Asamblea Constituyente”, dijo Márquez. Unos y otros han repetido la idea de que la “Constituyente es la llave de la paz”.
Sin embargo, esta posición ha sido rechazada casi que unánimemente por los diferentes sectores del establecimiento colombiano, ya que no ven viable que tan solo 22 años después de promulgada una Constitución, la de 1991, se tenga que hacer una nueva carta política. El gobierno, por su parte, ya había dado su no rotundo a esa posibilidad. “Más que un mecanismo de refrendación, es un escenario de nueva deliberación. No es el punto final del diálogo, es por el contrario un nuevo comienzo del mismo. En vez de aprobar lo convenido, abre las puertas a la revisión y hasta a la negación de lo pactado”, ha dicho Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno. Para el expresidente Samper, con una Constituyente se podría llegar al peor de los escenarios, “una asamblea enemiga de los acuerdos que los reforme o los hunda”, dijo a EL PAÍS.
Además del refrendo y la Asamblea Constituyente, los otros mecanismos que se habían barajado eran el plebiscito y la consulta popular, todos mecanismos de participación democrática y política.
Para Santos, la decisión de un referendo por la paz en las elecciones se anticipa con responsabilidad a la firma de la paz. “Si no llegamos a un acuerdo, pues no sucede absolutamente nada. Pero, si llegamos a unos acuerdos, si llegamos de aquí a final de año –como todos queremos- y no tenemos la posibilidad de refrendación, ahí sí sería un acto de inmensa irresponsabilidad no haber previsto esa posibilidad”, dijo.
El presidente del Senado, el liberal Juan Fernando Cristo, quien en compañía de otros parlamentarios ya radicó la iniciativa en el Congreso, aseguró que la idea de hacerlo con las elecciones es “garantizar la más amplia participación”. Santos finalmente hizo un llamado al Polo Democrático, partido de oposición, para que se sume al proyecto. Habrá que ver cómo responden las FARC.
Para las FARC el mecanismo ideal es una Asamblea Nacional Constituyente
Elizabeth Reyes L.
Bogotá, El País
El presidente Juan Manuel Santos parece cada vez más confiado en que la paz con las FARC se firmará antes de que termine el año. Este jueves, tras una reunión con los partidos que integran la llamada Mesa de Unidad Nacional –coalición del gobierno– el mandatario anunció que se radicará en el Congreso un proyecto de ley para que los colombianos puedan decidir si validan o no los acuerdos a los que se llegue en La Habana a través de un referendo, el mismo día en que se realicen las próximas elecciones, ya sean del Parlamento o las presidenciales.
Aunque esto está prohibido actualmente en Colombia, Santos ha dicho que debido a la coyuntura de las negociaciones de paz sería oportuno levantar esa prohibición. “Es un proyecto muy sencillo, de tres artículos, en donde simplemente se dice que: el referendo constitucional con ocasión de un acuerdo final para la terminación del conflicto armado podrá coincidir con otros actos electorales”, explicó Santos. Es decir, que el referendo por la paz se realizaría con las elecciones de Congreso el próximo marzo o con las presidenciales en mayo de 2014. En cualquiera de esas dos fechas los votantes recibirían un tarjetón adicional al de los candidatos.
La refrendación de los acuerdos es uno de los puntos finales de la agenda de negociación entre el gobierno y la guerrilla, y desde que Santos anunció que comenzaban los diálogos de paz en septiembre de 2012, ha insistido en que cualquier pacto tiene que ser revalidado por los colombianos. Esto significa que aunque por ahora las discusiones se han hecho a puerta cerrada en La Habana, una vez se logré la firma total de un acuerdo de la paz, los colombianos tendrán la última palabra.
Con la iniciativa de hacer un referendo el mismo día de las elecciones, el gobierno destapa la forma con la que cree debe ser el mecanismo utilizado para validar los acuerdos con las FARC, ya que los negociadores de la guerrilla han insistido en que el suyo es una Asamblea Nacional Constituyente. Así lo han dicho públicamente desde que se inició la negociación del segundo punto de la agenda que se centra en la participación política de esa guerrilla una vez se desmovilicen.
Rodrigo Granda, más conocido como el canciller de las FARC, ha asegurado que la idea de una Constituyente no es un capricho sino “un clamor nacional” e Iván Márquez, jefe del equipo negociador de esa guerrilla, ha dicho que en la agenda de negociaciones el gobierno Santos se comprometió a hacer reformas institucionales y más que refundar el Estado –como ha insinuado el Presidente–, ellos ven la iniciativa de la Constituyente como la forma ideal de sellar un pacto de paz. “El pueblo soberano es la autoridad legítima de la nación y nosotros nos someteremos a la voluntad popular, a lo que diga el pueblo en esa Asamblea Constituyente”, dijo Márquez. Unos y otros han repetido la idea de que la “Constituyente es la llave de la paz”.
Sin embargo, esta posición ha sido rechazada casi que unánimemente por los diferentes sectores del establecimiento colombiano, ya que no ven viable que tan solo 22 años después de promulgada una Constitución, la de 1991, se tenga que hacer una nueva carta política. El gobierno, por su parte, ya había dado su no rotundo a esa posibilidad. “Más que un mecanismo de refrendación, es un escenario de nueva deliberación. No es el punto final del diálogo, es por el contrario un nuevo comienzo del mismo. En vez de aprobar lo convenido, abre las puertas a la revisión y hasta a la negación de lo pactado”, ha dicho Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno. Para el expresidente Samper, con una Constituyente se podría llegar al peor de los escenarios, “una asamblea enemiga de los acuerdos que los reforme o los hunda”, dijo a EL PAÍS.
Además del refrendo y la Asamblea Constituyente, los otros mecanismos que se habían barajado eran el plebiscito y la consulta popular, todos mecanismos de participación democrática y política.
Para Santos, la decisión de un referendo por la paz en las elecciones se anticipa con responsabilidad a la firma de la paz. “Si no llegamos a un acuerdo, pues no sucede absolutamente nada. Pero, si llegamos a unos acuerdos, si llegamos de aquí a final de año –como todos queremos- y no tenemos la posibilidad de refrendación, ahí sí sería un acto de inmensa irresponsabilidad no haber previsto esa posibilidad”, dijo.
El presidente del Senado, el liberal Juan Fernando Cristo, quien en compañía de otros parlamentarios ya radicó la iniciativa en el Congreso, aseguró que la idea de hacerlo con las elecciones es “garantizar la más amplia participación”. Santos finalmente hizo un llamado al Polo Democrático, partido de oposición, para que se sume al proyecto. Habrá que ver cómo responden las FARC.