Rusia deniega el permiso de acceso al Ártico a un buque de Greenpeace
El ‘Arctic Sunrise’ pretende acceder a la ruta marítima del Norte en una campaña de protesta contra las exploraciones de petróleo y gas
Moscú, Agencias
Las autoridades rusas han denegado el acceso a la ruta marítima del Norte al Arctic Sunrise, de la organización ecologista Greenpeace, donde pretende denunciar las actividades de exploración de petróleo y gas que la compañía rusa Rosneft y la estadounidense ExxonMobil están realizando en el mar de Kara , en el Norte de Siberia Occidental, donde podrían comenzar las perforaciones de petróleo el año que viene.
Greenpeace ha hecho ya tres demandas para navegar por esa zona del ártico y las autoridades rusas las han rechazado alegando que el buque no cumple las recientes regulaciones del país. Sin embargo, la organización ecologista ha contestado que el Arctic Sunrise es un barco de navegación por hielos de clasificación superior a muchos de los más de 400 buques a los que se ha autorizado el acceso este año por la ruta del Norte. “Se trata de un intento velado de impedir una protesta pacífica y desviar la atención internacional de las explotaciones petrolíferas en el ártico ruso”, ha declarado la activista de Greenpeace Christy Ferguson. “El Arctic Sunries es un rompehielos completamente equipado con una experiencia notable en operaciones en esas condiciones”, ha añadido.
La negativa rusa a la petición de los permisos correspondientes para el Arctic Sunrise viola los derechos de libre navegación recogidos en el derecho internacional, denuncia Greenpeace
Según ha explicado la organización ecologista, su buque ártico se aproximó la semana, en la mar de Barents, al barco ruso Académico Lazarev, utilizado para las prospecciones sísmicas, que se consideran altamente nocivas para los mamíferos del ártico, incluidas las ballenas. Las explosiones que se realizan con esa técnica de prospección pueden, por ejemplo, ensordecer a una ballena que esté a 500 metros de distancia y el animal corre riesgo de morir si está a 150 metros.
La exploración de grandes reservas de hidrocarburos en el Ártico se ha convertido en una prioridad estratégica de Rosneft, que ha firmado acuerdos de colaboración con ExxonMobil y Statoil, según la organización ecologista, denunciando que estas grandes empresas occidentales desean trabajar en territorio ruso para aprovechar las normativas medioambientales más laxas que las de sus respectivos países.
Moscú, Agencias
Las autoridades rusas han denegado el acceso a la ruta marítima del Norte al Arctic Sunrise, de la organización ecologista Greenpeace, donde pretende denunciar las actividades de exploración de petróleo y gas que la compañía rusa Rosneft y la estadounidense ExxonMobil están realizando en el mar de Kara , en el Norte de Siberia Occidental, donde podrían comenzar las perforaciones de petróleo el año que viene.
Greenpeace ha hecho ya tres demandas para navegar por esa zona del ártico y las autoridades rusas las han rechazado alegando que el buque no cumple las recientes regulaciones del país. Sin embargo, la organización ecologista ha contestado que el Arctic Sunrise es un barco de navegación por hielos de clasificación superior a muchos de los más de 400 buques a los que se ha autorizado el acceso este año por la ruta del Norte. “Se trata de un intento velado de impedir una protesta pacífica y desviar la atención internacional de las explotaciones petrolíferas en el ártico ruso”, ha declarado la activista de Greenpeace Christy Ferguson. “El Arctic Sunries es un rompehielos completamente equipado con una experiencia notable en operaciones en esas condiciones”, ha añadido.
La negativa rusa a la petición de los permisos correspondientes para el Arctic Sunrise viola los derechos de libre navegación recogidos en el derecho internacional, denuncia Greenpeace
Según ha explicado la organización ecologista, su buque ártico se aproximó la semana, en la mar de Barents, al barco ruso Académico Lazarev, utilizado para las prospecciones sísmicas, que se consideran altamente nocivas para los mamíferos del ártico, incluidas las ballenas. Las explosiones que se realizan con esa técnica de prospección pueden, por ejemplo, ensordecer a una ballena que esté a 500 metros de distancia y el animal corre riesgo de morir si está a 150 metros.
La exploración de grandes reservas de hidrocarburos en el Ártico se ha convertido en una prioridad estratégica de Rosneft, que ha firmado acuerdos de colaboración con ExxonMobil y Statoil, según la organización ecologista, denunciando que estas grandes empresas occidentales desean trabajar en territorio ruso para aprovechar las normativas medioambientales más laxas que las de sus respectivos países.