Palestinos e israelíes se reencuentran después de tres años

La ampliación de asentamientos no impiden la reanudación del diálogo

Carmen Rengel
Jerusalén, El País
Israelíes y palestinos no tienen muchas esperanzas en el proceso de paz, pero tampoco han tirado la toalla. “Aún podemos sacar algo bueno”, resumía un portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Por eso, pese a la crisis de la última semana, provocada por la aprobación en masa de nuevas viviendas en colonias sobre suelo ocupado (más de 3.300 unidades), las dos partes acudieron ayer a su cita en Jerusalén. Ninguna de ellas filtró el lugar del encuentro, aunque estaba previsto que se celebrase en el céntrico hotel King David. Tras esta primera toma de contacto, habrá otra en pocos días en Jericó.


Por Israel acudieron, como se esperaba, su ministra de Justicia, Tzipi Livni, y su mano derecha, Isaac Molho, y por la palestina, el máximo negociador, Saeb Erekat, y su segundo, Mohamed Shtayyeh. La reunión comenzó hacia las seis de la tarde, hora española (siete en Jerusalén) y concluyó unas cinco horas después, sin declaraciones (según un tuit de Livni, "para permitir a los equipos trabajar juntos y no pensar en los medios de comunicación que esperan fuera"). El secretismo con el que Estados Unidos ordenó mantener los contactos fue seguido a rajatabla y ni siquiera trascendió el orden del día.

Es conocido que Israel desearía comenzar a discutir en una fase temprana el reconocimiento de su Estado como judío, cuestión espinosa porque hoy dentro de su territorio residen más de un millón y medio de árabes, musulmanes en su mayoría. Palestina tiene especial empeño en hablar de las fronteras de su futuro estado y de las colonias que hoy horadan su territorio.

Aunque no intervino en la reunión, el mediador de Washington, Martin Indyk, ha acelerado los contactos con israelíes y palestinos para intentar que las diferencias, ya sentados a la mesa, fuesen algo menores. El domingo por la noche se entrevistó largamente con el presidente palestino, Mahmud Abbas, y ayer con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. A ambos les transmitió que “el diálogo es la única vía” para poner fin a 65 años de conflicto, informan desde la Embajada de EEUU en Tel Aviv.

Horas antes, el secretario de estado norteamericano, John Kerry, telefoneó a Netanyahu para decirle que “hubiera preferido” que no hiciera anuncios sobre colonias, pero el israelí “fue muy franco y directo, dijo que esas nuevas construcciones ya estaban programadas y aseguró que no tendrán impacto alguno en el proceso de paz”.

No fue conciliador el ministro de Vivienda de Netanyahu, Uri Ariel, del partido ultraconservador Hogar Judío, quien advirtió de que las casas anunciadas la pasada semana para Cisjordania y el este de Jerusalén son sólo “el primer plato” de lo que está por venir. “Escuchamos esto y… ¿cómo no decir que el proceso de paz está en crisis? Lo está desde el momento en que Israel comienza a construir más y actúa como si ya se hubiese anexionado Cisjordania”, se dolió Hanan Ashrawi, portavoz de la OLP.

La noche previa a la reunión sí había sido festiva con la liberación de 26 presos palestinos encarcelados desde antes de 1993. Si reuniones como la de ayer fructifican, saldrán 78 más. Ayer los allegados de presos recibieron otra buena noticia: el ministro palestino de Asuntos Civiles desveló al diario Yedioth Ahronoth que Israel devolverá los cuerpos de los reclusos muertos durante su condena, que hasta ahora se enterraban temporalmente en las prisiones, como castigo simbólico, hasta que cumpliesen la pena asignada por el juez.

Israel, por su parte, amaneció con otro frente abierto en Gaza, desde donde llovieron dos cohetes sobre el Negev; ninguno causó daños. Su Ejército respondió de seguido con un ataque aéreo, con F-16, que destrozaron dos puntos de lanzamiento de cohetes.

En este contexto, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se entrevistará este jueves por la tarde con Abbas en Ramala. La idea es continuar luego a Jerusalén y verse con Netanyahu, aunque esto podría posponerse a la mañana del viernes, dependiendo de los retrasos que acumule su viaje.

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