Mugabe se compromete a la aplicación "total" de su política económica nacionalista
Harare, EP
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, ha asegurado que su reelección en los comicios del 31 de julio es una oportunidad para la "total" aplicación de su política económica nacionalista, basada en obligar a las empresas extranjeras a transferir la mayoría de sus acciones a la comunidad negra del país.
"Ahora que la población de Zimbabue nos ha garantizado un mandato rotundo en el gobierno del país, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para asegurar que nuestro objetivo de indigenización total, empoderamiento, desarrollo y empleo se cumple", ha afirmado Mugabe.
El presidente zimbabuense ha asegurado que "ésta es nuestra fase final de implementación de los ideales de la lucha de la liberación". La denominada 'política de indigenización' se basa en redistribuir la riqueza mediante la obligación de las compañías extranjeras a vender al menos el 51 por ciento de las acciones a los ciudadanos negros.
Las operaciones locales de los dos mayores productores del mundo de platino, Anglo American Platinum e Impala Platinum Holdings, ya han sido objeto de esta política, y se prevé que varios bancos extranjeros como Barclays y Standard Chartered se vean afectados.
La promesa de Mugabe de una aplicación más enérgica de su agenda nacionalista ha ofrecido poco consuelo a los inversores extranjeros, que esperaban que Zimbabue consolidase la frágil recuperación económica que se vio en 2009 por el Gobierno de unidad formado por la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) de Mugabe y el Movimiento por el Cambio Democrático (MCD) del principal opositor Morgan Tvsangirai.
Sin embargo, las elecciones del 31 de julio han dividido al país, ya que el MDC ha presentado una demanda ante el Tribunal Constitucional en la que solicita la repetición de los comicios, que según el partido opositor estuvieron plagados de fraude e irregularidades.
En su discurso, Mugabe ha alabado al Ejército de Zimbabue, que ha calificado de "pilar fiable" para su gobierno, y se ha comprometido ha aumentar sus esfuerzos para mejorar los salarios militares y sus condiciones de vida.
Además ha acusado a Tsvangirai de trabajar junto al antiguo poder colonial británico al hacer llamamientos sobre la necesidad de reformas en las fuerzas armadas. El líder opositor ha acusado al Ejército de apoyar a Mugabe, mostrar preferencias e intimidarle a él y a su partido, haciendo imposible la celebración de unas elecciones justas.
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, ha asegurado que su reelección en los comicios del 31 de julio es una oportunidad para la "total" aplicación de su política económica nacionalista, basada en obligar a las empresas extranjeras a transferir la mayoría de sus acciones a la comunidad negra del país.
"Ahora que la población de Zimbabue nos ha garantizado un mandato rotundo en el gobierno del país, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para asegurar que nuestro objetivo de indigenización total, empoderamiento, desarrollo y empleo se cumple", ha afirmado Mugabe.
El presidente zimbabuense ha asegurado que "ésta es nuestra fase final de implementación de los ideales de la lucha de la liberación". La denominada 'política de indigenización' se basa en redistribuir la riqueza mediante la obligación de las compañías extranjeras a vender al menos el 51 por ciento de las acciones a los ciudadanos negros.
Las operaciones locales de los dos mayores productores del mundo de platino, Anglo American Platinum e Impala Platinum Holdings, ya han sido objeto de esta política, y se prevé que varios bancos extranjeros como Barclays y Standard Chartered se vean afectados.
La promesa de Mugabe de una aplicación más enérgica de su agenda nacionalista ha ofrecido poco consuelo a los inversores extranjeros, que esperaban que Zimbabue consolidase la frágil recuperación económica que se vio en 2009 por el Gobierno de unidad formado por la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) de Mugabe y el Movimiento por el Cambio Democrático (MCD) del principal opositor Morgan Tvsangirai.
Sin embargo, las elecciones del 31 de julio han dividido al país, ya que el MDC ha presentado una demanda ante el Tribunal Constitucional en la que solicita la repetición de los comicios, que según el partido opositor estuvieron plagados de fraude e irregularidades.
En su discurso, Mugabe ha alabado al Ejército de Zimbabue, que ha calificado de "pilar fiable" para su gobierno, y se ha comprometido ha aumentar sus esfuerzos para mejorar los salarios militares y sus condiciones de vida.
Además ha acusado a Tsvangirai de trabajar junto al antiguo poder colonial británico al hacer llamamientos sobre la necesidad de reformas en las fuerzas armadas. El líder opositor ha acusado al Ejército de apoyar a Mugabe, mostrar preferencias e intimidarle a él y a su partido, haciendo imposible la celebración de unas elecciones justas.