La fiscalía del DF examina varios cadáveres en relación al ‘caso Heavens’

Las autoridades tratan de confirmar si los cuerpos hallados son de alguno de los 12 jóvenes desaparecidos en mayo

Pablo de Llano
México, El País
El fiscal de México DF, Rodolfo Ríos Garza, ha confirmado el hallazgo de al menos siete cadáveres en un municipio cercano a la capital y ha explicado que están haciendo pruebas de ADN para saber si entre estos muertos está alguno de los 12 jóvenes desaparecidos el 26 de mayo a la salida de un céntrico after-hours de la capital. En rueda de prensa, Ríos Garza ha explicado que siguen las excavaciones en la fosa donde se han hallado los cuerpos, el municipio de Tlalmanalco, en el Estado de México, para comprobar si hay más cadáveres.


Las autoridades están tomando pruebas de ADN para cotejarlas con las tomas genéticas de los desaparecidos en el centro del DF debido al estado de descomposición en el que se encuentran los cadáveres. El fiscal ha asegurado que hasta ahora no hay ningún indicio de que se trate de ellos. "Las muestras de ADN servirán para que se confirme o se descarte", ha dicho. También se ha informado de la detención de dos personas que estaban por la zona donde se ha encontrado la fosa, pero se desconoce qué relación puedan tener con el caso.

Por su parte, Ricardo Martínez, abogado de los familiares, ha asegurado en declaraciones a Milenio TV que en la noche del miércoles recibió una llamada telefónica de testigos que se encontraban en el lugar del hallazgo. Según su versión, las autoridades habrían encontrado dos fosas con 13 cadáveres, aunque el fiscal asegura que de momento solo han localizado una.

Los cuerpos han sido encontrados en un lugar conocido como el rancho de La Negra, junto a otro conocido como rancho La Mesa, que funciona como parque ecoturístico. La zona es un valle rodeado de cerros, boscoso y casi deshabitado. Solo se ven algunas casas pobres de vecinos de la zona. A un lado del valle, hacia el este, están los dos volcanes más famosos de México, el Iztaccíhuatl y el Popocatepetl. Al otro lado, hacia el poniente, hay un cerro conocido como la mina del Tenayo, donde hay explotaciones de grava.

La Procuraduría General de la República llegó el miércoles al lugar de la fosa común, en el rancho de La Negra, por una pista asfaltada que atraviesa el rancho de La Mesa, según detalló a este periódico un agente de la fiscalía. De acuerdo con su explicación llegaron sobre las ocho de la mañana y comenzaron a buscar. A las dos horas, aproximadamente, encontraron un coche con remolque, sin ocupantes, en el que había armas. Concretamente dos pistolas y una escopeta. Continuaron el rastreo y en torno a las tres de la tarde dieron con un sitio en el que la tierra estaba removida. Ahí vieron una superficie de dos por dos metros sobre la que habían echado cemento y bajo esa plancha, siempre según la versión de esta fuente oficial, empezaron a hallar cadáveres. "No se apreciaba que los cuerpos estuvieran desmembrados. Sí se veía que estaban cubiertos con una mezcla de cal y arena", precisó.

La entrada al rancho de La Mesa estaba cerrada la tarde del jueves. Una cadena impedía el acceso. La subía y la bajaba desde una caseta de madera un empleado. Delante de la caseta hay tres carteles. Uno de ellos explica los servicios del parque: paseos por el bosque, motos, caballos, tirolesas y también observación de venados.

El el Distrito Federal, ocho familiares de los desaparecidos en el bar Heavens irrumpieron en la fiscalía minutos antes de que comenzara la rueda de prensa y se quejaron de que la información se filtró a la prensa antes que a ellos. Durante la comparecencia de Ríos Garza escucharon al procurador en silencio, alguna de ellas llorando por lo bajo.

Las madres y otros familiares de los desaparecidos están a la espera de noticias concretas. Llevan casi tres meses pendientes del destino de los jóvenes, yendo cada semana a la fiscalía para escuchar la evolución de la investigación y frustrándose una y otra vez con la falta de novedades. Hoy, después de ir a la fiscalía a exigirle al fiscal que les informase a ellas antes que a los medios, decepcionadas con que la prensa se haya enterado antes que ellas del hallazgo de una fosa común, algunas regresaron juntas al barrio de Tepito y allí, en la tienda de una abuela de Jerzy Ortiz, uno de los desaparecidos, se fueron despidiendo para irse cada una por su lado a descansar.

María Teresa Urrutia, la abuela materna de Ortiz (16 años), estaba cuidando de una bisnieta suya recién nacida. Tenía confianza en que los cuerpos no sean los de los jóvenes desaparecidos. “Bendito sea, parece que no son ellos”, dijo. Su hija Leticia Ponce, madre del chico, estaba desde la mañana en el lugar de las excavaciones acompañada por otras dos madres. De momento no se conoce si han visto o conocido algo que sustente la confianza de la señora Urrutia.

En la tienda de la familia Ortiz otros familiares se preguntaban si será tan complicado identificar los cuerpos como ha dicho la fiscalía. En los últimos tres meses se les ha visto a veces cabreadas, a veces agotadas, a veces esperanzadas, a veces desesperadas. Hoy era diferente. Parecían asustadas.

En las primeras semanas el caso provocó un fuerte impacto mediático y político, dado que en el corazón urbano de la capital nunca se había dado un hecho criminal de este calibre. Hasta el momento no ha habido noticia del paradero de los raptados ni de la causa del secuestro. El hallazgo de la fosa, que el fiscal ha atribuido a la Procuraduría General de la República, tuvo lugar este miércoles por la tarde.

Hasta la fecha el caso Heavens ha estado marcado por la falta de resultados concluyentes en la investigación y por la proliferación difusa de hipótesis y rumores. Hace dos semanas fue arrestado uno de los 17 supuestos autores materiales del rapto, que según la fiscalía se llevaron a los 12 jóvenes en coches particulares el domingo 26 de mayo por la mañana. Este detenido declaró que al menos tres de los secuestrados fueron trasladados al Estado de Veracruz y que allí fueron asesinados, pero las autoridades no han confirmado su versión.

Desde que comenzó el caso han sido detenidos dos de los tres dueños del after y un tercero ha aparecido muerto (calcinado y con señales de tortura) en el Estado de Morelos, que limita con la zona sur del DF.

La hipótesis de la fiscalía sobre el motivo del rapto colectivo es que se trata de un enfrentamiento entre bandas delictivas por el control del narcomenudeo en zonas de ocio del centro de la capital, y que esas bandas radican en el barrio de Tepito, de donde son la mayoría de los jóvenes secuestrados, siete hombres y cinco mujeres con edades comprendidas entre los 16 y los 34 años.

Esta no es la primera vez que aparecen cadáveres enterrados en zonas de campo del municipio de Tlalmanalco. Una banda de secuestradores llamada Los Aboytes sepultó a al menos nueve víctimas en el lugar sobre el año 2010. A la entrada del rancho La Mesa un agente de la policía estatal del Estado de México reconocía este fenómeno de enterramiento de cuerpos.

-¿Se puede decir que no es algo infrecuente?

-Bueno -respondió-, más bien casi ya se está haciendo costumbre.

Pasadas las cinco de la tarde, 24 horas después del hallazgo, las excavaciones continuaban. El agente de la PGR consultado sobre el terreno por este diario definió la situación: “Esto es escabroso”.

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