Kiprotich, más oro en maratón; Javi Guerra, primer europeo
Moscú, EFE
El ugandés Stephen Kiprotich dobló en el Estadio Luzhniki su oro en la maratón olímpica de Londres con el del Mundial moscovita. A 22 grados de temperatura, con humedad relativa en torno al 45%, Kiprotich resistió en el grupo de cabeza las habituales escaramuzas entre los grupos de Kenia y Etiopía, y en el kilómetro 30 lanzó un hachazo que seleccionó el pelotón. En el circuito urbano junto al río Móscova, que rodeaba hacia su mitad la Plaza Roja y el Kremlin, sólo pudieron seguir al fenómeno ugandés los etíopes Lelisa Desisa y Tadesse Tola. Ya cerca del Luzhniki, en pleno parque de acceso al estadio, Kiprotich aceleró una y otra vez en las curvas de modo demoledor hasta quebrar la resistencia de Desisa. El vigente campeón olímpico firmó el título mundial en dos horas, nueve minutos y 51 segundos. Desisa atrapó la plata en 2h10:12. El bronce fue para Tola: 2h10:23. El cuarto fue otro etíope, Tsengay Kebede, en 2h10:47.
Para España, la carrera tuvo un sabor algo agrio... y bastante dulce. Ayad Lamdassem fue al ritmo del grupo de los mejores, siempre entre los quince primeros (llegó a estar en el puesto 13), hasta que abandonó en el kilómetro 30, después de un principio de mareo. Pero tras Lamdassem llegaba el segoviano Javier Guerra Polo, campeón nacional y entrenado por Antonio Serrano: Javi Guerra realizó una carrera en progresión, de menos a más, que acabó dándole el puesto número 15, primero de todos los europeos en acción, con 2h14:33.
“He corrido con cabeza, con mucha cabeza”, se alegraba Guerra al llegar a la zona mixta, antes de que le sobreviniera una pequeña pájara. “No hacía demasiado calor, pero sí bastante humedad, íbamos siempre al lado del río y tampoco se trataba de responder a cada tirón, sino de ir en progresión para ir recogiendo gente. Después del kilómetro 30, he encontrado a un americano (Jeff Eggleston, de Colorado, puesto 11), nos hemos puesto de acuerdo y nos hemos coordinado a un buen ritmo que nos ha permitido ir adelantando gente”, reveló Guerra, con una pulsera de su colegio, los Maristas de Segovia, y otra de su club, el Bikila. “Ahora me está viniendo la bajada física, pero todo lo doy por bien empleado; ya sólo me toca disfrutar de las últimas horas del Mundial. Con ese puesto me gano la plaza para el Europeo. Ser el primer europeo aquí es como si hubiera ganado una medalla”, concluyó Javi Guerra.
El ugandés Stephen Kiprotich dobló en el Estadio Luzhniki su oro en la maratón olímpica de Londres con el del Mundial moscovita. A 22 grados de temperatura, con humedad relativa en torno al 45%, Kiprotich resistió en el grupo de cabeza las habituales escaramuzas entre los grupos de Kenia y Etiopía, y en el kilómetro 30 lanzó un hachazo que seleccionó el pelotón. En el circuito urbano junto al río Móscova, que rodeaba hacia su mitad la Plaza Roja y el Kremlin, sólo pudieron seguir al fenómeno ugandés los etíopes Lelisa Desisa y Tadesse Tola. Ya cerca del Luzhniki, en pleno parque de acceso al estadio, Kiprotich aceleró una y otra vez en las curvas de modo demoledor hasta quebrar la resistencia de Desisa. El vigente campeón olímpico firmó el título mundial en dos horas, nueve minutos y 51 segundos. Desisa atrapó la plata en 2h10:12. El bronce fue para Tola: 2h10:23. El cuarto fue otro etíope, Tsengay Kebede, en 2h10:47.
Para España, la carrera tuvo un sabor algo agrio... y bastante dulce. Ayad Lamdassem fue al ritmo del grupo de los mejores, siempre entre los quince primeros (llegó a estar en el puesto 13), hasta que abandonó en el kilómetro 30, después de un principio de mareo. Pero tras Lamdassem llegaba el segoviano Javier Guerra Polo, campeón nacional y entrenado por Antonio Serrano: Javi Guerra realizó una carrera en progresión, de menos a más, que acabó dándole el puesto número 15, primero de todos los europeos en acción, con 2h14:33.
“He corrido con cabeza, con mucha cabeza”, se alegraba Guerra al llegar a la zona mixta, antes de que le sobreviniera una pequeña pájara. “No hacía demasiado calor, pero sí bastante humedad, íbamos siempre al lado del río y tampoco se trataba de responder a cada tirón, sino de ir en progresión para ir recogiendo gente. Después del kilómetro 30, he encontrado a un americano (Jeff Eggleston, de Colorado, puesto 11), nos hemos puesto de acuerdo y nos hemos coordinado a un buen ritmo que nos ha permitido ir adelantando gente”, reveló Guerra, con una pulsera de su colegio, los Maristas de Segovia, y otra de su club, el Bikila. “Ahora me está viniendo la bajada física, pero todo lo doy por bien empleado; ya sólo me toca disfrutar de las últimas horas del Mundial. Con ese puesto me gano la plaza para el Europeo. Ser el primer europeo aquí es como si hubiera ganado una medalla”, concluyó Javi Guerra.