Higuaín y Banega dan la victoria a Argentina ante Italia
Claudio Peri, As
El duelo entre Argentina e Italia, en pleno agosto romano, era como un regalo del cielo para los turistas. Y un pulso de alta gama entre el líder de las Eliminatorias sudamericanas y el tercero en la última edición de la Copa de las Confederaciones. Sobre todo, para evaluar a ambas selecciones sin Messi ni Balotelli. El resultado y el juego reflejaron un veredicto contundente: la albiceleste aprendió a jugar circunstancialmente sin Leo. Pero los italianos no hicieron pie sin su figura y encima tuvieron a Pirlo en el banquillo. La diferencia entre los equipos fue más grande que la distancia entre Madrid y el Vaticano.
Argentina e Italia no se enfrentaban desde hace 12 años, desde aquel 2 a 1 a favor del equipo de Bielsa en el 2001. Pero otra vez, el triunfo se fue para el rincón más austral de América. Con Higuaín encendido, Palacio y Di María como dos compinches astutos y un Mascherano más jefazo que Jefecito, la selección argentina mostró una idea global de juego de cara a su objetivo prioritario: la Copa del Mundo de Brasil. Puntera en el clasificatorio, la albiceleste llega con andar acompasado al choque contra Paraguay, que será el próximo 10 de septiembre en Asunción. A días de cumplirse los dos años del inicio de la era Sabella (debuto el 2 de septiembre del 2011), el examen contra Italia cayo como un bálsamo reparador para el entrenador argentino. Mejor, imposible. Al menos, desde el marcador, su equipo tiene un gen ganador: con los 11 titulares, la selección de Pachorra solamente perdió un partido, de visitante y contra Venezuela. Es un relojito que suma y sigue.
Italia quedo en deuda. Sin lucidez. Sin ambición. Fue ancho pero no profundo. Se mostró frágil en defensa y con poco desequilibrio en la zona media, la de mayor tránsito. A pesar de que el equipo de Prandelli reacciono en el segundo tiempo con la irrupción de ¡seis! modificaciones, Argentina estuvo mucho más cerca del tercero y del cuarto que los locales de segundo gol. Italia no hubiera podido ganar ni con un milagro del Papa. Que encima, es argentino. Con Messi, habría sido un repaso celestial a pedido de Francisco.
Italia: Buffon (Marchetti, m.54); Maggio (Cerci, m.72), De Rossi, Chiellini, Antonelli; Montolivo (Aquilani, m.45), Verratti, Marchisio (Insigne, m.45); Giaccherini (m.54, Diamanti), Candreva (Florenzi, m.45), Osvaldo.
Argentina: Andújar; Campagnaro, Fernández, Garay (Coloccini, m.72), Basanta; Di María, Mascherano (Rodríguez, m.75), Biglia; Lamela (Banega, m.45), Higuaín (Lavezzi, m.60), Palacio (Hernández, m.89).
Goles: 0-1: Higuaín, m.20; 0-2: Banega, m.49; 1-2: Insigne, m.76.
Árbitro: Wolfgang Stark (ALE) amonestó con tarjeta amarilla a Higo Campagnaro.
Incidencias: partido amistoso disputado en el Estadio Olímpico de Roma en homenaje al papa Francisco.
El duelo entre Argentina e Italia, en pleno agosto romano, era como un regalo del cielo para los turistas. Y un pulso de alta gama entre el líder de las Eliminatorias sudamericanas y el tercero en la última edición de la Copa de las Confederaciones. Sobre todo, para evaluar a ambas selecciones sin Messi ni Balotelli. El resultado y el juego reflejaron un veredicto contundente: la albiceleste aprendió a jugar circunstancialmente sin Leo. Pero los italianos no hicieron pie sin su figura y encima tuvieron a Pirlo en el banquillo. La diferencia entre los equipos fue más grande que la distancia entre Madrid y el Vaticano.
Argentina e Italia no se enfrentaban desde hace 12 años, desde aquel 2 a 1 a favor del equipo de Bielsa en el 2001. Pero otra vez, el triunfo se fue para el rincón más austral de América. Con Higuaín encendido, Palacio y Di María como dos compinches astutos y un Mascherano más jefazo que Jefecito, la selección argentina mostró una idea global de juego de cara a su objetivo prioritario: la Copa del Mundo de Brasil. Puntera en el clasificatorio, la albiceleste llega con andar acompasado al choque contra Paraguay, que será el próximo 10 de septiembre en Asunción. A días de cumplirse los dos años del inicio de la era Sabella (debuto el 2 de septiembre del 2011), el examen contra Italia cayo como un bálsamo reparador para el entrenador argentino. Mejor, imposible. Al menos, desde el marcador, su equipo tiene un gen ganador: con los 11 titulares, la selección de Pachorra solamente perdió un partido, de visitante y contra Venezuela. Es un relojito que suma y sigue.
Italia quedo en deuda. Sin lucidez. Sin ambición. Fue ancho pero no profundo. Se mostró frágil en defensa y con poco desequilibrio en la zona media, la de mayor tránsito. A pesar de que el equipo de Prandelli reacciono en el segundo tiempo con la irrupción de ¡seis! modificaciones, Argentina estuvo mucho más cerca del tercero y del cuarto que los locales de segundo gol. Italia no hubiera podido ganar ni con un milagro del Papa. Que encima, es argentino. Con Messi, habría sido un repaso celestial a pedido de Francisco.
Italia: Buffon (Marchetti, m.54); Maggio (Cerci, m.72), De Rossi, Chiellini, Antonelli; Montolivo (Aquilani, m.45), Verratti, Marchisio (Insigne, m.45); Giaccherini (m.54, Diamanti), Candreva (Florenzi, m.45), Osvaldo.
Argentina: Andújar; Campagnaro, Fernández, Garay (Coloccini, m.72), Basanta; Di María, Mascherano (Rodríguez, m.75), Biglia; Lamela (Banega, m.45), Higuaín (Lavezzi, m.60), Palacio (Hernández, m.89).
Goles: 0-1: Higuaín, m.20; 0-2: Banega, m.49; 1-2: Insigne, m.76.
Árbitro: Wolfgang Stark (ALE) amonestó con tarjeta amarilla a Higo Campagnaro.
Incidencias: partido amistoso disputado en el Estadio Olímpico de Roma en homenaje al papa Francisco.