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Según información publicada en infobae.com, los escándalos persiguen a Mario Balotelli. Nuevamente fue protagonista de un hecho insólito, o mejor dicho, su auto fue quién tomó el papel principal en un nuevo incidente. La Ferrari roja del italiano terminó envuelta en papel sanitario.
El atacante del AC Milan, que se encuentra de pretemporada con el equipo, paseaba por Piazza Rezzonico en Lugano, cerca de Milanello.
Montado en su lujoso auto, decidió detenerse en un lugar donde no estaba permitido. Al descender del vehículo fue inmediatamente hostigado por un grupo de aficionados que no dudó en pedirle autógrafos y fotografías.
Mal predispuesto y con poca amabilidad, Balo ahuyentó a sus seguidores. Tal muestra la imagen, y cómo informó el sitio local Liberatv.ch, los rechazados fueron en busca de papel sanitario para cubrir por completo la Ferrari de Súper Mario.
Los problemas lo persiguen y siempre tienen una cuota de excentricidad. Balotelli deberá plantearse un dilema la próxima vez que decida no quedarse unos minutos para firmar camisetas y sonreír en las fotos.
Según información publicada en infobae.com, los escándalos persiguen a Mario Balotelli. Nuevamente fue protagonista de un hecho insólito, o mejor dicho, su auto fue quién tomó el papel principal en un nuevo incidente. La Ferrari roja del italiano terminó envuelta en papel sanitario.
El atacante del AC Milan, que se encuentra de pretemporada con el equipo, paseaba por Piazza Rezzonico en Lugano, cerca de Milanello.
Montado en su lujoso auto, decidió detenerse en un lugar donde no estaba permitido. Al descender del vehículo fue inmediatamente hostigado por un grupo de aficionados que no dudó en pedirle autógrafos y fotografías.
Mal predispuesto y con poca amabilidad, Balo ahuyentó a sus seguidores. Tal muestra la imagen, y cómo informó el sitio local Liberatv.ch, los rechazados fueron en busca de papel sanitario para cubrir por completo la Ferrari de Súper Mario.
Los problemas lo persiguen y siempre tienen una cuota de excentricidad. Balotelli deberá plantearse un dilema la próxima vez que decida no quedarse unos minutos para firmar camisetas y sonreír en las fotos.